miércoles, 24 de agosto de 2016

SOCIEDADES OFF SHORE Y CINISMO VERNÁCULO, Por Claudio Javier Castelli -Colectivo por la Justicia Social/Vagos Peronistas- (Fuente: Revista "Señales Populares", Junio/Julio de 2016)






SOCIEDADES OFF SHORE Y CINISMO VERNÁCULO, Por Claudio Javier Castelli



El delito económico es el delito de los poderosos, y la principal característica que posee es la impunidad. Es el delito de los banqueros, empresarios, ejecutivos de Compañías de Seguro, etc., en alianza con el poder financiero internacional. El perjuicio que provoca es mucho mayor, que el del funcionario público corrupto, porque se trata de millones de dólares. Por ejemplo el lavado de activos que involucra al BNP Paribás es de 900 millones de dólares, entre 2002 y 2008, cifra similar a la fugada del país por el JPMorgan, en otra causa penal, que está en el fuero federal de Comodoro PY. Similar maniobra es la del HSBC, con más de 3000 millones de dólares fugados del país.

El principal instrumento de los empresarios para fugar divisas, evadir impuestos y lavar dinero son las sociedades off shore, constituida siempre en un paraíso fiscal; el caso de los Panamá Paper, no hace más que poner en evidencia una conducta ilegal, delictual y antipatriótica, del establishment para contribuir al estrangulamiento permanente de divisas de la economía argentina; dada principalmente porque sus exportaciones son menores, que sus importaciones, en consecuencia, el desequilibrio de la balanza comercial lleva a devaluaciones periódicas, para que el porcentaje de las exportaciones supere a las importaciones, iniciando un ciclo, que nunca termina, y, que no puede ser solucionado solo, con la sustitución de importaciones, sino también, como lo ha dicho Aldo Ferrer, antes de morir, con el desarrollo de tecnología de punta. Pero la pérdida permanente de divisas realizada a través de sociedades off shore, configura la matriz de la expoliación de la riqueza nacional.

En ese marco, los gobiernos antipopulares contraen y aumentan la deuda externa, que  pasa no solo a endeudar a los ciudadanos argentinos, sino también a financiar esa fuga permanente de divisas.


Las clases altas mandan su dinero al extranjero, sin declarar, y sin ningún tipo de cuestión de conciencia, la conciencia colonial, es un tema largamente desarrollado por la historiografía de la izquierda nacional, aplicable generosamente a la ciudad puerto, principalmente.

Ya sabemos que los medios de comunicación dominantes se entretienen con resonados casos de corrupción pública, y ocultan deliberadamente la publicidad de las causas de delitos económicos, pues involucra a ellos mismos, sus anunciantes, y su propia clase social acomodada.


El ala quebrada del capitalismo es la corrupción económica intrínseca a su raíz de codicia megalómana. El capitalismo no funciona sin una estructura de criminalidad organizada desarrollada en todas las áreas de la economía.


El movimiento nacional y popular es antagónico con el bloque de poder económico corporativo y comunicacional, aliado al poder financiero internacional. Tienen distintos proyectos de país, uno habla de trabajo, distribución, empleo, consumo, ampliación de derechos, el otro de la teoría del derrame, de neoliberalismo, concentración económica, represión política y exclusión social.

En esa disyuntiva, si alguien es descubierto con máquinas para hacer billetes, es porque los tenía para fabricar billetes; si alguien es descubierto en una “cueva”, con una máquina para contar dinero, lo tenía para contar dinero, y si alguien es descubierto con sociedades off shore, las creó para fugar divisas, evadir impuestos, y lavar dinero: todos delitos económicos.

Claudio Javier Castelli
La indisimulable parcialidad de la titular de la Oficina Anticorrupción, no cabe sino tomarla a risa, más allá de los ilícitos penales que se le encuadren (incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento); sin embargo, el pueblo no esboza ninguna sonrisa; los que verdaderamente carcajean, como en los noventa, reunidos en el Club Americano, son los empresarios, banqueros, economistas, políticos neoliberales, con sus abogados y contadores del establishment,  brindando con Whisky importado, y pegando, con palos de golf, a gente en situación  de  calle, y pobres elegidos al azar, mientras Frank Sinatra canta “New York, New York”.


Por supuesto que el pueblo tiene para sí al Martín Fierro, de José Hernández: “No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte”.



Claudio Javier Castelli

Colectivo Por la Justicia Social

Vagos Peronistas

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