Y se fueron de copas No era un paisaje organizado Un farolito capitaneaba la gira
Tenían sobretodos tachados Los gatos solfeaban rumores de cartón Puñales
fingidos escondidos entre la ropa alardeaban una muerte Manos lloronas sin dioses ni
violines Otros que no llevan nada miran la vereda A ella se la veía desnuda
Llegando al centro mismo del fastidio La cuidan los fieles y tiernos cajetillas El
idiota levantó la mano Ellos tenían un plan completo como una paz sin destino Hay
grupos de sol orillero en la alborada El canto de pipas marineras anuncian la mañana
Bailarines de tango solitarios se mezclan con alfiles En el rincón retraído de un
poema las prudentes presencias Y todos … casi todos Durmieron en la plaza
aquella noche.
Juan carlos gil
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