(El siguiente es un artículo, que hace algunos años publiqué en el periódico Reflexión Bautista, como hoy se celebra el día internacional de la mujer, y como solidaridad a la lucha de NI UNA MENOS, quería reproducirlo )
Juana
P. Manso, la educación pública y los derechos de la mujer - El rostro
femenino del espíritu de Mayo, Por Claudio Javier Castelli
Juana P. Manso |
Claudio Javier Castelli |
Apoyó
la Ley del Matrimonio Civil que otorga derechos a la mujer, así como
los derechos del niño y la eliminación de castigos físicos hacia él.
Nació
en Buenos Aires, el 26 de Junio de 1819, hija del ingeniero andaluz
José María Manso y de la porteña Teodora Cuenca. Bregó por ampliar la
participación de la mujer en el campo de la educación y por anular las
discriminaciones impuestas por su condición de género. Había leído con
fruición a George Sand y a Concepción Arenal.
Fue
periodista, novelista, poeta y educadora, destacándose en todos esos
aspectos de su personalidad batalladora. Sus vínculos con figuras del
protestantismo en Buenos Aires, y el exterior, a la vez que con hombres
de pensamiento liberal (como algunos de los exiliados Montevideanos,
como
José
Marmol; y como Avellaneda, Mitre y Sarmiento) la llevaron a acercarse a
las iglesias anglicana metodista y, finalmente, a abrazar la
fe
evangélica a los 46 años de edad,decisión en la cual tuvieron lugar
preponderantemente sus lecturas de la Biblia.
En las Sagradas Escrituras encontró el solaz que necesitaba su alma, tras el abandono del que fue objeto por parte de su esposo, como también por las constantes críticas a
En las Sagradas Escrituras encontró el solaz que necesitaba su alma, tras el abandono del que fue objeto por parte de su esposo, como también por las constantes críticas a
su accionar y a su persona, al parecer poco agraciada físicamente.
Conoció
las “escuelas dominicales” protestantes, a las que ponderó por su valor
educativo y por incluir actividades que facilitaba el acercamiento y el
consiguiente conocimiento entre maestros y padres de los alumnos.
Activa
cristiana evangélica, procuró ser luz y sal en los medios culturales y
educaciones en los que se desenvolvía. Perseguida por los que la
rodeaban, y muy especialmente por el clero, que consideraba subversivas y
peligrosas sus ideas, fue en palabras de Domingo F. Sarmiento, “el
único “hombre”entre los cuatro millones de habitantes en Chile y
Argentina que comprendiese mi obra de educación y que, inspirándose en
mi pensamiento, pusiese el hombro al edificio que veía desplomarse.”
La
actividad de Juana Manso como fundadora de escuelas para niños,
jardines de infantes y bibliotecas populares es particularmente notable.
El 10 de Noviembre de 1866 fundó en la ciudad de Chivilcoy, en la
Provincia de Buenos Aires, la primera biblioteca popular.
“Vosotros
ricos, ¿por qué no la educáis ilustradas en vez de crearlas para el
goce brutal? Y vosotros pobres ¿ por qué le cerráis torpemente la vereda
de la industria y el trabajo, y la colocáis entre la alternativa de la
prostitución y la miseria?.”, dijo con su pluma certera.
Los
aspectos más significativos de sus ideas pedagógicas son: Educación
popular, obligatoria, gratuita, igualitaria, toleranciareligiosa y los
derechos y el rol social de la mujer.
Es
amplia su labor como traductora del francés, del inglés y de sus
propias obras escritas en portugués. Trasladó al castellano el
Reglamento de Bibliotecas de Nueva York.
La primera edición de su novela Misterios del Plata, escrita en portugués, comenzó a aparecer por entregas en el periódico O Jornal da Senhoras, a partir del 4 de enero de 1852 hasta el 2 de Junio del mismo año. La narración expresa el cuadro de la época. Se percibe en ella el grito angustiado y hondo de la generación romántica argentina durante el período rosista.
La primera edición de su novela Misterios del Plata, escrita en portugués, comenzó a aparecer por entregas en el periódico O Jornal da Senhoras, a partir del 4 de enero de 1852 hasta el 2 de Junio del mismo año. La narración expresa el cuadro de la época. Se percibe en ella el grito angustiado y hondo de la generación romántica argentina durante el período rosista.
Manso
reintroduce la temática de civilización y barbarie, todos los males
provendrían de la incultura, consecuentemente la necesidad de la
educación se hace indudable. Si miramos el siglo XIX nuestro, es difícil
seguir pensando que todos los males provinieran de la incultura, y no
también, de una organización económica y social, que no favorecía la
integración de todas las provincias, y de sus ciudadanos, por una
economía, agroexportadora, cuyo puerto era Buenos Aires, y miraba a
Europa. Sobre todo si pensamos la educación como algo vertical del
maestro al alumno, y no que tenga también el alumno algo que aportar en
ese proceso.
De
todas formas, el acento puesto en la educación, la llevó a sostener que
la misma debía ser el cuarto poder del Estado, con Constitución,
Ejecutivo y Legislativo propio. Si algo ha traído el
pensamientoposmoderno, es la idea de defensa del diferente, por
cuestiones raciales, de género, de creencia religiosa, de identidad
sexual, de reivindicación política, en fin; lo que queda claro, es que
tales planteamientos no aportaron más soluciones que la tolerancia, que
es la misma de la cual hablaba Juana Manso en el Siglo XIX.
Conviene
recordar la novedad de las escrituras, que introdujo Pablo en Gálatas
3:28, “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón
ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”.
Todos
somos iguales y todos gozamos de los mismos derechos ante la ley y
Dios. Para ello habría que traer a cuenta el art. 16 de la Constitución
Nacional. Pero también es una ingenuidad de abogado, que cree que porque
está en la norma ya vive en la realidad, o de pastor, porque está en la
escritura, se cumple o se debe cumplir.
La
actualidad de los planteamientos de Juana Manso, nos salen al encuentro
en el Siglo XXI, pero es difícil pensar que sólo con la tolerancia,
individual y social, lograrán las mujeres los derechos de género, que
les son negados a diario, en la familia, en el trabajo, en la política;
es necesario que esa tolerancia sea introducida institucionalmente y
respetada en los hechos por los diferentes actores. Educacionista, de fe
protestante, activa luchadora en pro de los derechos de la mujer,
múltiple en su actividad de fundadora de escuelas para niños y en la
publicación de revistas femeninas, temprana novelista, traductora y
pianista, en su época mereció algún comentario irónico y hasta jocoso de
algunos, pero ganó la justificada admiración de la historia.
Fuentes:
• “Juana Manso”, Una vida al Servicio de la cultura argentina. Manon V. Guaglianone de Delgado Fito, Buenos Aires, 1968.
• “Juana Manso, educacionista. Un arduo Manual de Historia Rioplatense para las Escuelas. León Benarós, Todo es Historia Nº 452.
• “Juana P. Manso”, Misión, Enero-Marzo 1995, David R. Powell.
• “Juana Manso”. Lidia F Lewkowicz, Cuadernos Hispanoamericanos, Septiembre /03. Nº 639.”
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