miércoles, 7 de junio de 2017

INTERNACIONALIZACIÓN, PARAÍSOS FISCALES, FUGA DE ACTIVOS, BLANQUEO Y SISTEMAS INFORMÁTICOS DE ENTIDADES FINANCIERAS, Por Vagos y Derecho



La globalización, o internacionalización, trajo consigo grandes cambios económicos, sociales, culturales, entre otros, y produjo efectos en la administración y en el procesamiento de las operaciones de las Entidades Financieras de todo el mundo.

Argentina pasó de una gran desregulación y apertura de capitales en la década del 90 (lo que terminó con la crisis del 2001), a establecer entre 2002 y 2015 regulaciones que previnieron los nocivos efectos que la volatilidad de los mercados internacionales tienen sobre las economías periféricas, volviendo recientemente a una liberalización (libertad para realizar cualquier tipo de transacción) y desregulación (mínima regulación y controles por parte del Estado) de todos los aspectos que hacen a la actividad bancaria y cambiaria.

En el pasado, las entidades financieras procesaban las operaciones en los países en los que las realizaban. Con la globalización, las transacciones bancarias dejan de ser procesadas en los países donde son realizadas, para pasar a ser procesadas en otros lugares. Muchas veces, se concentra el procesamiento de todas las transacciones realizadas a nivel global en uno o dos lugares.

En su libro “La caja fuerte de los evasores” Hervé Falciani sostiene que “el secreto se defiende adoptando el principio del rompecabezas, que es el sistema de protección más antiguo. Es un principio basado en la división de los elementos de la información: una parte se custodia en la caja fuerte, otra en un escritorio, y una tercera parte en un lugar bien alejado de los dos primeros. Para lograrlo hace falta habilidad. En el banco, los datos están separados en distintas ubicaciones físicas o en diferentes funciones que no permiten que quien las desempeña pueda ver el conjunto.”

Y agrega que los datos del banco “están desperdigados entre Gran Bretaña, Francia, Asia y otros continentes. Por ejemplo, toda la contabilidad del back office [servicios de gestión] del banco se hace en India. Oficialmente, la fragmentación geográfica se justifica por motivos de eficacia y de ahorro de costes, igual que el hecho de gestionar las cuentas pequeñas en los países donde se depositaba el dinero, pero el motivo más importante es que, en caso de que se inicie una investigación, el magistrado tendrá que indagar en distintos países para conseguir la información que necesita. El proceso llevará años, y mientras tanto es posible que hayan prescrito los delitos” (Falciani, 2015, pág. 114).

A ello debe adicionarse que los sistemas informáticos no garantizan la trazabilidad y la integridad de la información, por lo que los Estados quedan a merced de la buena fe de las entidades, sin poder conocer fehacientemente que no se hayan manipulado operaciones, importes, identidades, u otros datos relativos a las operaciones registradas, o que directamente se hubieran eliminado operaciones o registros de los sistemas, lo que cobra aún más importancia si tenemos en cuenta que los registros pueden vincularse, por ejemplo, con alertas de operaciones sospechosas de lavado de activos, que los bancos están legalmente obligados a emitir.

Falciani indica que “la industrialización del mundo bancario y la informatización facilitan la construcción de esas arquitecturas societarias y la creación de productos financieros que incrementan la opacidad del sistema. Hoy en día se puede hacer cualquier cosa a golpe de clic” y que “Algunos sistemas (…) permitían trasladar el dinero por distintos países sin que tuvieran que salir nunca del banco, y sin necesidad de pedir un código SWIFT, es decir, sin dejar rastro de los distintos movimientos.” (Falciani, 2015, pág. 117). “La intermediación es fundamental para impedir la trazabilidad de los flujos de dinero. El gestor de un cliente italiano o francés que ha depositado el dinero en las Islas Caimán tendrá acceso desde Ginebra a toda la información sobre su cuenta, pero si un magistrado busca en Suiza datos sobre ese cliente, no encontrará ningún elemento para remitirse al gestor, que tal vez tendrá un contrato de intermediación con alguna sociedad pantalla en Jersey o Guernsey” (Falciani, 2015, pág. 147).

Abunda Falciani sobre el tema al recordar que “uno de los programas que estudié (…) contemplaba la creación de una central de datos en Inglaterra. De esa manera, un magistrado que pidiera una incautación en Suiza no encontraría nada relevante, porque los empleados de Ginebra enviaban los datos a Gran Bretaña, mientras que el back office, el servicio que gestiona concretamente las operaciones bancarias, se había trasladado a India. Y así, cuando el front office solicitaba al middle office información para realizar una determinada operación, era preciso reunir datos procedentes de India, de Gran Bretaña y de otros países.”(Falciani, 2015, pág. 148) .

Desde otro punto de vista, contratando tecnología, desarrollos informáticos y trabajadores de otras latitudes (en desmedro del trabajo y del desarrollo de los países sonde operan), las entidades minimizan sus costos locales, lo que a su vez posibilitaría desvíos tales como la sobrefacturación de los servicios brindados en el exterior, transformando verdaderas remesas de utilidades en “pagos de servicios”.

Recientemente la agencia oficial de noticias argentina Télam informó (1) que con motivo de la ley de exteriorización de activos no declarados al fisco, 254 mil contribuyentes blanquearon 116.800 millones de dólares, de los cuales, el 80 por ciento (93.400 millones de dólares) se blanqueó en el exterior. “Del total de activos blanqueados, 55.900 millones de dólares fueron por inversiones, 20.500 millones fueron por inmuebles, 33.600 millones por cuentas bancarias (que incluyen los 7.300 millones de dólares “de debajo del colchón”) y 6.800 millones de dólares por otros activos como joyas, artes, embarcaciones y automotores. La exteriorización no implicó repatriación de los activos. Así, en Argentina se blanquearon inversiones por 900 millones de dólares, mientras que en el extranjero se sinceraron 55.000 millones (30% en Estados Unidos, 26% en Suiza y 15% en las Islas Vírgenes). Las cuentas bancarias también se ubicaron en su mayoría (68%) en el extranjero. Estos 25.900 millones se ubicaron 45% en Estados Unidos, 32% en Suiza y 9% en Uruguay.”(2)

Estos datos dan una idea de la magnitud de dinero fugado del país y permiten pensar en la responsabilidad que el sistema financiero tiene como vehículo para que el dinero ilícito sea remitido al exterior, sin ser declarado, ni detectado por el fisco.

El gráfico 1, presentado por la agencia de recaudación tributaria Argentina (AFIP), muestra una comparación del resultado de blanqueos efectuados en distintos países. De allí surge que el argentino fue el blanqueo más importante a nivel mundial, medido como porcentaje de recaudación con relación al Producto Bruto Interno (PBI).



Los párrafos precedentes nos muestran que el problema es de naturaleza global y que los flujos de dinero y otros activos ilegales impactan de manera desigual a los distintos países. Vemos como los recursos drenan de algunos países (Argentina, Indonesia, Brasil, Chile, México, Portugal, Italia e India) e ingresan a otros (Estados Unidos, Suiza, Islas Vírgenes y Uruguay).

Debe destacarse que el blanqueo no modifica de forma decisiva los perjuicios asociados a la fuga de divisas, porque no necesariamente exige su repatriación al país de donde previamente se fugaron, es decir, los activos pueden continúan en el exterior, aunque los contribuyentes, en general, deben abonar un impuesto especial por única vez, y luego tributar por los bienes exteriorizados en el Impuesto a los Bienes Personales.

Esto es importante con relación a la cuestión aquí tratada porque los sistemas informáticos de las entidades deben diseñarse y ser eficaces tanto en la prevención del delito de Lavado de Activos, como de la fuga de divisas, lo que evidentemente no ha ocurrido, pues -en el año 2012- habrían existido unos 200 mil millones de dólares de argentinos que se encontrarían en el exterior del país sin declarar (3)..

La ley de exteriorización de activos posibilitó que los contribuyentes argentinos blanquearan una enorme cantidad de dinero y otros activos. Pero ¿qué relación existe entre los sistemas bancarios y el dinero sin declarar de los argentinos en el exterior? La necesidad de colocar el dinero en lugares considerados seguros, o sea, financieramente estables, y los riesgos que implica el transporte de dinero en efectivo, hacen muy tentadora la posibilidad de utilizar el sistema financiero formal para mover dinero ilícito de un país a otro.

Hay algunos países en los que se puede abrir una cuenta bancaria online sin ser residente, aún sin tener que viajar al país. Desde hace unos meses Argentina se unió a ese “selecto” grupo de países, es decir que desde una oficina (o un cibercafé) en Delaware, Suiza, Londres, Montevideo, o cualquier otra ciudad del mundo, se pueden abrir cuentas bancarias en Argentina, sin haber pisado nunca, ni tener siquiera la intención de pisar, suelo argentino.

En momentos de mayor liberalización financiera y cambiaria, cuando se permite una mayor movilidad de capitales, se hace aún más necesaria la incorporación de mejoras en los controles a las entidades. Si todo es inmediato, resulta cada vez más importante que los reguladores tengan acceso en tiempo real a la información de los bancos.

Argentina ha sancionado una ley de exteriorización de activos, o lo que es lo mismo, ha dispuesto una amnistía respecto de quienes evadieron dinero del fisco, lo que hace imposible su persecución penal por el delito de evasión fiscal. Sería deseable que el Estado se ponga al frente de la lucha contra la evasión e investigue los mecanismos que históricamente han posibilitado la fuga de activos, evitando que dentro de algún tiempo volvamos a tener la “necesidad” de dictar una nueva ley de exteriorización de activos, nada lo impide.

La tolerancia internacional a los paraísos fiscales y la opacidad de las transacciones internacionales de las entidades financieras parecen ser dos elementos esenciales del problema aquí tratado, pero ningún país puede por sí sólo combatirlos efectivamente.

Es necesario lograr una consciencia internacional sobre el tema, CINFIN se propone ser un centro de discusión y propuestas de alternativas para lograr el fin de la impunidad en materia financiera y una integración financiera más justa.

Notas

[1] http://www.telam.com.ar/notas/201704/184603-dujovne-y-abad-informaran-manana-el-resultado-final-del-blanqueo-de-capitales.html
[2] http://www.lapoliticaonline.com/nota/104625/#galleryzoomv23856v18
[3] http://fortunaweb.com.ar/2016-04-09-176453-estiman-que-hay-mas-de-un-pbi-argentino-en-el-exterior-y-la-mitad-esta-sin-declarar/



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