martes, 31 de mayo de 2016

BREVE TRATADO SOBRE EL APRIETE FINANCIERO, Por Pedro Biscay y Mario Santucho (Fuente: revistacrisis.com.ar)



Pedro Biscay, Director del Banco Central


Personajes
diálogos / la armada bonadío / pedro biscay

breve tratado sobre el apriete financiero

Por: Mario Santucho


29 de Mayo de 2016



Aunque no lo admita, Pedro Biscay es un sobreviviente. Con su título de abogado recién estrenado recaló allá por 2003 en el Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (Ceppas), donde aprendió el oficio con Alberto Binder. Luego se desempeñó como coordinador del área Fraude Económico y Bancario de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), junto a Carlos Gonella. Y arribó al Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) a fines de 2014, convocado por Alejandro Vanoli. Una carrera veloz y obsesiva por descifrar los entreverados circuitos del delito financiero, la verdadera placa madre de la democracia neoliberal.

Cuando el proyecto político al que tardíamente terminó adscribiendo fue derrotado en las urnas, él permaneció en su puesto en cumplimiento del mandato constitucional otorgado por el Senado de la Nación. Y desde allí pispea, atónito, el regreso del tren fantasma del endeudamiento y la fuga de capitales. Biscay es un sobreviviente de una época que no merece morir, al menos no del todo, pero parece estar apagándose sin remedio; mientras contempla con amargura el asomar de una era que no quisiéramos ver despegar, aunque casi nada parece ponerle freno.

Lo que sigue es la transcripción de una larga entrevista realizada en su despacho de Reconquista 266. Fue grabada el viernes 26 de mayo, el mismo día que la Cámara de Casación porteña rechazó su pedido de recusación contra el juez Claudio Bonadío en la causa conocida como “dólar futuro” y caratulada como “Banco Central de la República Argentina y otros s/defraudación por administración fraudulenta”. Porque Biscay es uno de los 16 procesados en ese expediente judicial y ultramediático, que avanza ante el asombro de una casta política que tira la piedra y luego esconde la mano.

Nuestro entrevistado se esfuerza para no parecer abatido por el contexto. Y ensaya una interpretación orgánica de la madeja que vincula el ajuste y la devaluación con las operaciones extorsivas orquestadas desde el poder judicial: un mapa para entender el devenir mafioso de las finanzas, y su arrastre sobre el conjunto de las instituciones de una república éticamente en bancarrota.

devaluación forzada de la moneda

La denuncia que da origen a este juicio fue presentada el 30 de octubre de 2015, por Mario Negri y Federico Pinedo, dirigentes políticos en ese entonces de la oposición, cinco días después de las elecciones generales donde Cambiemos ganó la Provincia de Buenos Aires y se proyectó hacia el ballotage. ¿Qué buscaban en ese momento?

La denuncia por la venta de contratos de futuro de dólar encierra una operación política montada en el último mes y medio del gobierno de Cristina Fernández con la finalidad de desplazar a Alejandro Vanoli de la Presidencia del Banco Central de la República Argentina. ¿De qué manera? Mediante una causa penal inventada para cuestionar su desempeño como presidente del Banco. Cuando asumen las nuevas autoridades de Cambiemos, buscan una refundación financiera orientada a despolitizar las finanzas. Lo que puntualmente significa: proscribir en la medida de la posible el financiamiento del Tesoro a través del Banco Central mediante el uso de adelantos transitorios; y reducir fuertemente la base monetaria, que entre enero y marzo del 2016 tuvo un ritmo de crecimiento negativo del tres por ciento, cuando la tendencia desde el 2010 en adelante fue de crecimiento positivo, producto de una determinada configuración política y de definición estratégica del rol del Banco Central en la economía. La denuncia viene a poner fin a un ciclo donde el Banco Central tiene una visión política y un rol a jugar con relación a la generación de empleo, la inclusión social y la expansión de derechos. Por eso la acusación fundamental es que el BCRA estaba politizado, que era una chequera, porque en el fondo de lo que se trata es de romper los atisbos o resabios de soberanía política que pueda tener la moneda argentina. Y de ahí el cambio de semblante en los billetes que vienen ahora. De ahí, también, que se piense exclusivamente en una tasa de interés de referencia dirigida a contraer la economía y generar desempleo como política para bajar la inflación.

¿No había también un objetivo táctico e inmediato en la denuncia, de forzar una devaluación por parte de la gestión anterior antes de entregar el gobierno?

Sí, este es el otro elemento. Nosotros luchamos contra la manifestación recurrente de corridas cambiarias. Fueron nueve las corridas, fue un período de fuerte especulación financiera, una especulación descomunal para desestabilizar el peso y para provocar una devaluación. De modo que, si el mercado lograba imponerle la devaluación al gobierno kirchnerista, sobre sus espaldas caería la responsabilidad por los costos salvajes en términos de aumento de los precios, caída del salario y aumento de la desocupación. De hecho, la narración sobre la pesada herencia que propone el macrismo ha sido tan desprolija que ni siquiera puede sostenerse en términos numéricos: tuvieron que maquillar el déficit para elevarlo al 7,1 por ciento dejando de lado incluso la metodología prevista en el Manual del FMI; tuvieron que negar la política de crecimiento del empleo informada según registro de aumento de CUILes que marca 590 mil puestos creados en el sector privado y 280 mil en el sector público entre 2010 y 2015; pero no pudieron ocultar que el país creció un 2.1% el año pasado, incluso según informes del INDEC de estos meses. Creo que la “pesada herencia” se construyó como relato sustituto ante la confirmación de que no estábamos dispuestos a devaluar la moneda.

Una vez que el macrismo llega al gobierno, cambia el sentido de esta causa. ¿Cómo y por qué?

Digamos que los usos políticos de esta causa mutan cuando cambia la administración del Banco Central, porque la actual conducción es responsable de la devaluación. La decisión de devaluar fue tomada coordinadamente por el Ministro de Economía y el Presidente del BCRA, y se instrumentó con la liberación del mercado de cambios a partir de la Comunicación “A” 5850. Esa normativa se votó en el Directorio, con la oposición de los tres directores que venimos de la anterior administración. Producida la devaluación, los contratos cambiaron de signo; esto es, la compensación de un contrato pagadero en pesos en el mercado de futuros que hasta ese momento daba resultados positivos para el Banco Central, con ganancias que habían alcanzado los 5.500 millones de pesos, se traduce en una compensación negativa que ahora tiene que empezar a realizar el BCRA con relación a los tomadores de esos contratos, entre los que hay empresarios que buscaban cobertura por operaciones a plazo y otros que estaban especulando. Como te decía, este cambio de signo implica que la causa empieza a mutar en sus usos políticos y se transforma rápidamente en una herramienta para cuestionar la línea de política monetaria y financiera que la administración del gobierno de Cristina Fernández llevaba adelante. Lo que quieren es hacernos pagar a nosotros las consecuencias políticas por no haber devaluado: el procesamiento es básicamente un castigo anticipado por intervenir en el mercado de cambios. Por eso el juez, mediante una interpretación que es disparatada y forzada por todos lados, involucra penalmente a la ex presidenta. Llegados a este punto solicité la recusación del juez Claudio Bonadío, por su manifiesta falta de imparcialidad. Es impactante el modo en que obstaculizó el acceso a fotocopias y a presentar y producir prueba de utilidad para dilucidar aspectos de la operatoria. Un disparate jurídico de esta magnitud solo se sostiene sobre la base de denegar el derecho de defensa en juicio.

Hay quienes creen que la causa se transformó en una jugada personal de Bonadío, ya que algunos voceros del actual gobierno han dicho que la acusación carece de fundamento: me refiero a Carrió, al propio denunciante Federico Pinedo, y a ciertas voces periodísticas de los principales medios empresariales.

Bueno, claramente hay una irresponsabilidad por parte de ellos en hacer este tipo de operaciones políticas para romper la estabilidad de mandatos que son definidos por voluntades constitucionalmente establecidas. El mandato de un director del Banco Central requiere aprobación del Senado de la Nación y se confiere por un tiempo determinado. Este procesamiento por la causa de futuro de dólar implica, por ejemplo, un serio cuestionamiento respecto de si el BCRA es un actor legítimo para fijar el tipo de cambio en una economía; si es un actor legítimo o no lo es para determinar una tasa de interés; y si el BCRA en última instancia es un actor legítimo para emitir moneda y para regular el mercado y el sistema financiero en su conjunto. Si preguntas, varios funcionarios de primera línea del Banco te dicen que el fallo crea tanta incerteza que prácticamente impide ejercer políticas de regulación de banca central sobre los mercados. De manera que, más allá que quienes han originado esta denuncia terminen diciendo que no tenían previsto que Cristina forme parte de la causa penal, hay un grado de irresponsabilidad mayúscula en tanto no se piensa los efectos nocivos que judicializar una política económica determinada genera en términos de estabilidad de un sistema monetario. En síntesis, la causa penal y el procesamiento reflejan una decisión política de alto nivel: no controlar ni regular las finanzas. Pero hay una segunda cuestión que me parece clave y es que Cristina Fernández de Kirchner aparece involucrada en esta causa penal de una manera forzada, caprichosa e ilegítima, porque la operación tiene un alcance geopolítico. Esta causa debe leerse en serie con otros ataques que en América Latina están sufriendo los pueblos y sus organizaciones sociales y sobre todo los líderes que han representado un proyecto de independencia política y económica de los poderes imperiales. Esta causa es una persecución. No solamente una determinada discrepancia con una política económica o monetaria, sino una persecución a quien lideró un proceso político de independencia y que representa los intereses de los sectores populares, con todas las limitaciones que pudo haber tenido ese proceso en términos históricos. Y me parece que hay que poder leer también esta denuncia penal, como una operación política que transcurre en paralelo a la persecución y encarcelamiento ilegal de Milagro Sala, que es la diputada en el Parlasur que representa al indigenismo y los sectores trabajadores del Norte argentino, y que ha logrado construir una alternativa de poder contra-oligárquico en Jujuy. Hay una línea de actuación muy precisa que busca desarticular líderes populares en América Latina, porque se está buscando dinamitar un proceso de independencia económica y crear las condiciones para que nuestros países firmen los acuerdos de libre comercio a nivel mundial. Es la vuelta del ALCA y en ese plan los sectores trabajadores ocupan un lugar específico como mano de obra intensiva y no calificada.

Volviendo a la causa: durante las indagatorias el juez parecía orientarse a acusarlos por asociación Ilícita, pero en el procesamiento cambia la figura penal. ¿Por qué? ¿Y de qué, concretamente, se los acusa ahora?

Cuando Bonadío toma la primera indagatoria, sorpresivamente aparece una imputación por asociación ilícita. Se dibuja de forma encubierta, porque aparecen los rasgos típicos de esta figura que en el derecho penal nació para perseguir a las organizaciones obreras. Nos imputaron el haber actuado en forma planificada, organizada y sistemática, con una jefa que daba las órdenes, organizadores que las ejecutaban y miembros que las cumplíamos. Un disparate que consiste en travestir una unidad política constitucional y democráticamente elegida en una banda criminal dedicada a cometer delitos. Lo que estaba tratando de decir Bonadío es que quiere ver presa a Cristina Fernández de Kirchner porque en la jurisprudencia argentina (y más en la de su tribunal), la asociación ilícita siempre ha sido la figura penal utilizada para encarcelar a alguien al momento de dictar su procesamiento. ¿Qué pasó entre la primera indagatoria y el 13 de abril cuando le corresponde declarar a la ex-presidenta? Se impuso en las calles una fuerte movilización popular de apoyo a Cristina que marcó, me parece a mí, un punto de inflexión, un cambio de dirección. Luego, al momento del procesamiento Bonadío se echó atrás y dijo que el hecho de que hubiese descripto los elementos típicos de la asociación ilícita no implicaba que la iba a imputar necesariamente por ese delito.

¿Y en el procesamiento, finalmente, de qué se los acusa?

La acusación es por administración infiel agravada en perjuicio de una administración pública. Un delito contra el patrimonio, que implica quebrantar el mandato de administración de un patrimonio ajeno, mediante la generación de un daño concreto o generando un aprovechamiento o un beneficio a favor de un tercero. El mismo delito por el que tienen presa a Milagro Sala, el mismo delito que encuadró la investigación por la deuda externa en la Argentina y por muchos otros delitos económicos cometidos por bancos y entidades financieras, como el caso Moneta o el Megacanje. El registro de presos por este delito es muy finito, sólo Milagro Sala está presa. No es curioso este dato, revela la condición de clase del sistema de justicia.

Puede decirse entonces que, de hecho, la causa empezó a morir con este cambio entre la indagatoria y el procesamiento.

Bajó de precio un poco la causa y me parece que quedó a las claras lo descabellado que resulta meter por la ventana a la ex Presidenta y también al ex ministro de Economía. La imputación por administración fraudulenta es descabellada porque no hay una violación a los intereses confiados. Haber devaluado la moneda, como lo pretendieron con esta causa, hubiese implicado violar ese mandato de confianza. Yo no tengo ninguna duda respecto de que la administración que llevamos adelante se encargó de custodiar el valor del peso frente a una embestida devaluacioncita que buscaba alterar esos valores, con un impacto directo que se ve hoy en los salarios que cayeron abruptamente. Argentina tenía el nivel de salarios más alto en América Latina cuando terminó el mandato de Cristina: 622 dólares. Y hoy cayó a 418 dólares aproximadamente. Cayó un 33%. Entonces, nosotros cumplimos con un mandato que teníamos de proteger al país de una devaluación y de generar inclusión social. Ese mandato está atado a una determinada atribución constitucional que nuestra Carta Magna pone en manos del Congreso, quien tiene la función de fijar el valor de la moneda local y la extranjera, vía el Banco Central. En este sentido Bonadío opera como representante de los sectores económicos a los cuáles les molesta que el Estado intervenga en la economía fijando, por el mecanismo técnico que sea, el precio de todas las relaciones comerciales. Se nos acusaba de que el tipo de cambio estaba retrasado y eso tornaba a la economía poco competitiva; sin embargo, la devaluación no mejoró los términos de competitividad de la Argentina: durante el primer cuatrimestre de este año las exportaciones fueron levemente menores respecto del primer cuatrimestre de 2015.

dólar delivery: de Redrado a Bonadío

Sin embargo, queda la idea de que el manejo que hicieron específicamente con el dólar a futuro fue ruinoso, y eso habilitaría la acusación por administración infiel.

No creo para nada que exista un daño aquí que permita justificar un procesamiento por el delito de administración infiel. Fijate el siguiente aspecto que muestra la mutabilidad de las funciones o de los usos políticos de esta causa: cuando el proceso arrancó se nos acusó, e incluso está puesto por escrito en la denuncia, de que estábamos haciendo negocios para el sector privado, es decir que beneficiábamos a grupos económicos. Bastó con comprobar que quienes habían comprado futuros eran funcionarios de la administración del actual gobierno, e incluso funcionarios que fijaron el precio de los contratos en el re ajuste de precios, para que ese argumento desaparezca del mapa, desaparezca de la escena. Esta es la otra razón por la que cae la idea de una asociación ilícita, porque se demostró por los hechos objetivamente constatados, que no existía un contubernio entre la administración anterior y específicos actores del mercado. Creo que los medios esperaban, cuando se publicó la lista, encontrarse del otro lado a Cristina, a familiares de Vanoli, o mios, no sé. Pero no estábamos nosotros del otro lado, los que estaban eran los funcionarios que conforman el actual gobierno. Ahora hay un fiscal y un juez que tienen que investigar si manejaban información privilegiada, porque en realidad el único contubernio que existió fue entre el mercado y la actual gestión política. Y digo que era un contubernio porque si pensaban devaluar no tendrían que haber tomado posiciones en contratos de futuros. Entonces, rápidamente, ese argumento lo dejaron de lado. Pero ese hecho también pone en duda la acusación por “administración fraudulenta”, porque esta última tiene más peso cuando se utiliza o se comete el delito para beneficiar un tercero.

Insisto con algo: ¿existe un daño producido al Banco Central por la operación que hicieron con el dólar a futuro?

No existe. El balance del Banco Central que acaba de ser aprobado hace pocos días por el directorio refleja resultados positivos. Su patrimonio neto es positivo, nuestra gestión cerró el 2015 con un total de 177.346 millones contra 108.315 millones de 2014. Te leo: las utilidades del BCRA fueron 147 mil millones en 2015, frente a 78 mil millones de 2014. O sea, un 88 por ciento más. Pero hay más, para que tomes una dimensión de lo inconsistente que es la acusación: mientras las erogaciones monetarias ocasionadas por la devaluación en lo referido a las operaciones de futuros fueron de un poco más de 42 mil millones, la revalorización de los activos dolarizados arrojó una ganancia de casi 251 mil millones. ¿Se entiende en qué sentido el balance de un Banco Central es dinámico?

¿Y este balance lo aprobó el actual directorio del BCRA?

Hace apenas unos días. Pero quiero ir más allá: la discusión de fondo es también si un Banco Central puede o no registrar pérdidas contables. Toda política tiene un costo de implementación, genera consecuencias. La política monetaria también. La política de futuros de dólar generó, obviamente, consecuencias que se registran a nivel de balance. De hecho, el balance de un Banco Central, incluso desde la concepción de la Reserva Federal de los Estados Unidos, es en sí mismo un instrumento de política monetaria. Esto es, un Banco Central puede utilizar su balance como herramienta de política. La cuestión es si un balance presenta un patrimonio neto que decrece: ¿implica necesariamente que se está causando un perjuicio al Banco Central? ¿Ese perjuicio es jurídicamente relevante? ¿Es posible evaluar a un Banco Central con los criterios de una empresa comercial? ¿El objetivo de un Banco Central es tener ganancia o rentabilidad? No, un Banco Central regula la política monetaria y la política financiera, y su objetivo es dar estabilidad, ir contra la corriente. El balance de la Reserva Federal de Estados Unidos, cuando se produjo la crisis de 2008, mostró un crecimiento descomunal de los activos y pasivos porque la FED tuvo que salir a rescatar las hipotecas-basura de la crisis subprime. Compró los créditos, emitió letras del tesoro para amortiguar los efectos negativos de la crisis, y eso se vio reflejado en el balance. El presidente de aquel momento de la Reserva Federal, Ben Bernanke, sostuvo que el balance del Banco Central se ponía en juego para administrar la salida de una situación crítica, diciendo incluso que la compra de estos activos basura no generaba (pese al aumento descomunal) un “riesgo de crédito” para la FED. Te pongo otro ejemplo, en el año 1992 se produjo en Inglaterra una corrida descomunal contra la libra esterlina. El Banco de Inglaterra llegó a perder 3.300 billones de libras para parar una crisis devaluatoria contra la moneda mientras que Georges Soros ganó miles de millones de dólares vendiendo posiciones de corto plazo de esta divisa. Sin embargo, esto no implicó una discusión sobre si el Presidente o el board del Banco de Inglaterra era responsable penalmente por haber gastado la cantidad de libras esterlinas que gastó para frenar una devaluación que finalmente no logró frenar. La política de emisión de Lebac, con una tasa del 38 por ciento, también tiene consecuencias, porque implica aumentar el déficit cuasi fiscal del Banco Central en función de una deuda con el mercado financiero y hasta con los consumidores que invierten en este título. La cantidad de Lebac colocadas en el mercado casi iguala la base monetaria, con lo cual la presión de esa deuda cuasi fiscal es poderosísima. ¿Esto implica que el Banco Central está sufriendo un deterioro contable en su patrimonio o en su balance por los pagos comprometidos? Yo creo que no, porque forma parte de la política que hoy el Banco lleva adelante con un fin determinado. La política de Lebac con una tasa tan alta sí tiene consecuencias sobre la economía real porque implica enfriar los niveles de actividad económica e implica, también, aumentar los niveles de tasa de interés de toda la economía, con lo cual, deteriora la actividad productiva.

Un argumento que utiliza el juez es que los dólares a futuro que se canjeaban a 10 u 11 pesos en Buenos Aires podían venderse a 14 en Nueva York. ¿Eso es verdad?

Eso es falso. Pero más importante es lo siguiente: también es falso lo que sostiene Bonadío, y que en su momento plantearon quienes orquestaron esta operación política, de que el precio del mercado de los contratos de futuro se define por una referencia del exterior, el NDF. El Non-Delivery Forward no es un mercado sino un tipo de contrato que se pacta en el exterior entre un banco y un cliente, que no está institucionalizado ni responde a reglas preestablecidas. Es bilateralidad pura, donde las partes acuerdan las cláusulas de forma privada. Además, el NDF es una operatoria que se llama “over the counter”, OTC, es decir que no hay un mercado institucionalizado que regule las relaciones jurídicas comerciales y financieras que tienen allí lugar. Mientras que el mercado donde nosotros operamos, el ROFEX, sí está institucionalizado y regulado, además de operar en pesos a diferencia de los NDF que son contratos pagaderos en dólares. El precio de un mercado se determina en el ámbito en que las operaciones se realizan y no en otro. Las operaciones realizadas en el ROFEX nunca fueron atacadas ni nulificadas porque eran válidas. Por otro lado, la intervención del BCRA siempre es regulatoria, es decir que obedece a esa finalidad.

¿Y por qué hay tanta diferencia entre un precio y otro?

Bueno, el precio de un mercado de futuro en la Argentina se define por el precio del tipo de cambio, el dólar presente, más una tasa de interés. Ese valor es el precio del mercado de futuro de dólar, el que rige ese contrato de dólar a futuro. Históricamente, el precio del mercado del ROFEX, donde interviene el Banco Central, define su precio siguiendo esta fórmula que te comento. Luego, el NDF se acopló siempre al nivel de precios del ROFEX excepto en dos momentos. En 2008, con la crisis financiera internacional, hubo un período muy cortito en que se despegó el NDF del Rofex; en esa ocasión Martín Redrado intentó “traerlo”, es decir intervino vendiendo contratos en el NDF, como la denuncia de Bonadío sugiere que debíamos haber hecho nosotros, pero le fue mal, no lo logró y dejó de hacerlo. Luego, disipada la turbulencia financiera, el precio se acomodó. El segundo momento cuando el NDF se autonomiza del ROFEX es en 2015, durante el mes previo a las elecciones, especialmente en el marco del ballotage. Queda más que claro que se trató de un ataque especulativo con intenciones políticas, y que nuestra tarea consistió en resistir esa corrida, sosteniendo el precio pactado en el ROFEX. Otro punto para mostrar hasta qué punto lo que sostiene el procesamiento es inconsistente, es que la participación del Banco Central en el mercado del Rofex no es del cien por ciento de los contratos sino que es del 36 por ciento. Los contratos que vendió el Banco Central fueron el 36 por ciento de los que se celebraron, es decir no fue el único vendedor en el mercado, como se sostiene en la denuncia.

En la foto del presente, entonces, podemos decir que ese ataque especulativo comandado desde el NDF fue exitoso, pues logró doblegar a la moneda argentina forzando su devaluación.

Se habría disipado sí no devaluaban la moneda. De hecho nosotros teníamos un plan de convergencia de precios de futuro de dólar con los ajustes parciales al tipo de cambio que veníamos realizando. Esa convergencia se producía al mes de junio a un precio que rondaba los 11,39. Otro punto que muestra lo miserable de esta denuncia es cuando sostiene que habían actores que compraban acá en el ROFEX, se daban vuelta y vendían allá en el NDF. Eso también es falso, porque el Banco Central tenía controles a la circulación de capitales y solamente se podía vender o girar plata al exterior si se contaba con autorización previa. Con lo cual, no es cierto que se compraba acá un contrato y se lo vendía en el exterior. No había ningún arbitraje posible entre el mercado de futuros locales y el mercado de futuros de Nueva York. Quienes dicen esto tratan de confundir haciendo pasar un análisis de portafolio por un arbitraje de activos financieros.

altas mafias de interés

Te propongo que nos pongamos un poco cínicos y asumamos como inevitable esta politización de la justicia: “bueno, dejémonos de llorar por un rato”. El gobierno anterior fue derrotado políticamente y el rumbo económico cambió radicalmente. La pregunta sería entonces: ¿qué tipo de autocrítica se pueden hacer teniendo en cuenta esta dura derrota?

Desde el lugar donde yo he aportado, lo primero que debe explicitarse en un esbozo de autocrítica es el contexto en el que actuamos: la pelea que nosotros dimos contra cierta concepción de las finanzas estuvo articulada fuertemente por la agenda de los fondos buitre, en un contexto donde la Argentina fue forzada a entrar en un escenario de default creado por un Juez de los Estados Unidos, impidiéndole al país pagar sus compromisos internacionales con los acreedores reestructurados, lo cual impactó en el funcionamiento del sistema financiero dificultando la toma de créditos y elevando las tasas de interés. Asumiendo esa complejidad y esa limitación, me parece que llegamos tarde a la discusión sobre el sistema financiero. Creo que el kirchnerismo llegó tarde a discutir el sistema financiero. Esta discusión debería haberse planteado mucho antes, y creo que todavía hay cuestiones claves que están pendientes como discusión política a futuro. El sistema financiero argentino es profundamente dependiente de las finanzas internacionales, rechaza fuertemente las políticas de supervisión financiera, de control de la actividad ilegal de la banca y de las finanzas, y es un sistema financiero que orienta poco el crédito. La gran discusión que tenemos por delante es cómo profundizar la implementación de las reformas que se lograron con la Carta Orgánica, y que fueron un avance muy significativo; a su vez, avanzar con las reformas a las ley de entidades financieras que abre la pregunta respecto a qué sistema financiero queremos y qué condiciones de funcionamiento no queremos volver a reproducir. Primero, necesitamos una política financiera y de créditos que apueste fuertemente al impulso de la banca pública y nacional, para evitar la dependencia financiera de lógicas globales y de organismos internacionales. Segundo, es fundamental diferenciar tasas de interés por sectores productivos, apostando a controlar los niveles de las tasas. Tercero, queremos un sistema financiero que esté fuertemente supervisado, tanto en términos de liquidez, de solvencia, como de participación de la banca en actividades delictivas. Tendríamos que haber introducido antes esta discusión en Argentina y por eso, si bien la reforma de la Carta Orgánica en el 2012 fue muy significativa, no se logró avanzar en la implementación de políticas claves, como las referidas a la orientación del crédito. Claro que la línea de créditos para la Inversión Productiva fue un gran ensayo y hay que seguir defendiéndola, pero fue muy resistida por el mercado. Quienes conducen hoy la administración del Banco Central tienen una visión orientada a profundizar más aún la participación de las finanzas en el producto bruto, pero si nosotros hubiésemos logrado una mayor contundencia, una mayor raigambre de las políticas de orientación del crédito, hoy sería más difícil de cuestionar lo que considero nuestro aporte. No estoy tan seguro que profundizar la incidencia de las finanzas en el producto bruto mejore la calidad de vida de la sociedad. No estoy tan seguro de que estén dadas las condiciones para que la inclusión financiera no sea expulsiva. Los niveles de tasa de interés en las periferias del sistema financiero, en los proveedores no bancarios son salvajes y predatorios. Muy poco se hace desde la supervisión para regularlos.

En ese sentido, ¿qué tipo de actores son los que impiden un cambio en la orientación política de las finanzas?

Bueno, en primer lugar están los sujetos de las finanzas globales, de los que ya hablamos sobradamente. Los bancos tampoco han sido muy amigos de acompañar una política de orientación del crédito. Orientar el crédito significa fundamentalmente establecer prioridades de financiamiento y diferenciales en la tasa de interés, para que ciertos sectores productivos o ciertas actividades específicas tengan tasas de fomento o tasas amigables al dinamismo de la actividad productiva, a la realidad de cada sector. Hoy, en el contexto de ajuste y recesión, las Pymes necesitan todo el apoyo del Estado con políticas de estímulo y tasas subsidiadas. Creo que otra de las grandes críticas para hacerle al sistema financiero argentino es que ha puesto mucho énfasis en el financiamiento al consumo como correlato del poco énfasis puesto en la producción. La actividad de consumo ha estado fuertemente financiada y ha desarrollado una red, muy compleja y muy opaca a la vez, de financierización de los sectores populares, que son justamente los más vulnerables frente a las finanzas, los que sufren de forma completamente desigual las condiciones o las lógicas de funcionamiento de las finanzas. Porque los sectores populares tienen que pagar una tasa del 150 por ciento o 200 por ciento por un crédito, mientras los sectores de la clase media y alta por el mismo crédito y para comprar el mismo producto operan con una tasa de interés que estaba en el orden, antes de la desregularización de las tasas de interés, del 30/35 por ciento. La expansión de redes de financiamiento ligadas a la industria de los proveedores no financieros, de las entidades para consumo, de las bancas especializadas, de las mutuales que dan créditos, de las cooperativas crediticias, permitió expandir una dinámica de desarrollo de la actividad financiera en la cual los sectores populares quedaron atrapados a los modelos de tasas de interés más usurarios, encima atrapados por los códigos de descuento sobre el salario. Y la banca, en vez de expandirse con los mecanismos tradicionales de una banca pública bien desarrollada y cercana a la gente, quedó acotada.

Vos sos uno de los tres sobrevivientes de la gestión anterior: ¿hay algún tipo de solidaridad por parte de tus compañeros de Directorio en esta causa judicial que parece tan arbitraria, y cuyos argumentos en el futuro podría ser usados también contra ellos?

Yo no me consideraría un sobreviviente. Los tres que estamos aún somos directores con mandato otorgado por el Senado de la Nación, conforme una Carta Orgánica que fija plazos para el cumplimiento de esos mandatos que son distintos al que establece la Constitución Nacional para el cargo de una función presidencial. Por lo tanto, somos directores que venimos de una administración anterior y tenemos nuestra propia visión sobre el funcionamiento de la política monetaria y la política financiera del Banco Central. Así nos hemos presentado en el directorio y así trabajamos, con esa visión crítica sobre las políticas económicas implementadas por esta gestión del Banco Central, porque ya conocemos las consecuencias de estas políticas. El núcleo de este diferendo hoy en día se relaciona con la propensión del nuevo gobierno al endeudamiento financiero y el financiamiento de la fuga de capitales que son, creo yo, los dos grandes vectores que articulan la organicidad de las relaciones financieras en la actualidad.

¿Pero en la institución hay conciencia sobre lo que implica esta causa? ¿Se discutió este tema en el Directorio, por ejemplo?

Bueno, la devaluación la produjeron las actuales autoridades del banco. Además, hay funcionarios que antes del diez de diciembre eran empresarios y habían comprado futuros y actualmente deciden parte de la política económica y financiera del país; ellos están involucrados en otra causa penal por esta misma historia. Lo cierto es que todos han notado que el procesamiento de Bonadío abrió escenarios y consecuencias hacia distintos vectores, entonces se introducen reaseguros adicionales cuando se trata de tomar hoy en día una decisión de política económica que puede implicar incurrir en alguno de los estándares que Bonadío considera que pueden ser factores delictivos, como puede ser fijar una tasa de interés o intervenir en un mercado. Es en ese nivel donde hemos debatido el tema.

Siendo vos un procesado en esta causa, que a su vez ocupás tu lugar en el Directorio, ¿que reflexión te surge sobre las garantías constitucionales que en tu caso personal están siendo puestas en juego, con consecuencias concretas sobre tu persona y sobre tu futuro?

La Cámara de Casación acaba de rechazar mi recusación al juez, con lo cual la causa va a proseguir seguramente. Yo recurriré ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero la causa avanzará como reflejo de una profunda crisis democrática que hay en Argentina. El hecho de que no se discuta este tema en el Directorio tiene que ver con que quienes denunciaron una maniobra que era absolutamente absurda quedaron ahora manchados por los efectos no previstos de judicializar una política monetaria. Pero, me parece, en el fondo hay una profunda crisis en la democracia que tiene que ver con naturalizar operaciones judiciales como un recurso para intervenir la política económica de un gobierno; que tiene que ver también con usar causas judiciales para perseguir políticamente una determinada idea de país, con fuerte tono independentista y latinoamericano. Este es una causa emblemática porque es un caso contra el Estado de derecho. No hay argumentos jurídicos para justificar siquiera aparentemente un procesamiento, y cualquier argumento que se utilice tiene como objetivo maquillar esta operación política, como por ejemplo sostener que el Banco Central no puede intervenir en la fijación del tipo de cambio, que es lo que está implícito en la afirmación de Bonadío cuando dice “Cristina Fernández de Kirchner estaba obsesionada con el tipo de cambio, con el dólar en Argentina”. Y claro que estaba obsesionada, y está muy bien que lo estuviera, porque la historia argentina muestra cómo el dólar ha sido uno de los factores de desestabilización más potentes de nuestra economía, es el mecanismo de transmisión de los golpes de mercado. Si esta causa realmente investiga un delito o no, a nadie le importa. Y a “la política” menos. Lo que importa es que la causa despliega usos políticos. Y desde ese punto de vista, me parece a mí, algunos jueces hacen suya la dimensión mafiosa de las finanzas. Y de ese modo, la dimensión mafiosa del poder judicial se vuelve más explícita. No alcanza con decir que hay jueces mafiosos, o que hay banqueros mafiosos: es la dinámica de funcionamiento de las finanzas contemporáneas la que impone parámetros mafiosos. Porque es extorsiva: ponés la tasa de interés por las nubes o te provocan una corrida cambiaria. Esta es una lectura política de las inferencias de correlación de variables entre el tipo de cambio y la tasa de interés. Si esta última está en niveles bajos, el primero sube. Entonces, tenés que subirla para que el dólar no vuele y con él no vuele la economía por el aire.

Lo que se está discutiendo es la posibilidad misma de una soberanía política que sea capaz de regular dinámicas corporativas y ponerle límite a los intereses de los especuladores.

Lo que se discute es exactamente eso. La conclusión de esta causa penal, en última instancia, es que nos castigan porque nosotros no devaluamos la moneda. No es casual, porque se trata de la primera vez que en Argentina se pudo parar una corrida cambiaria, que en realidad fueron varias corridas cambiarias. Se nos criminaliza por haber cumplido con una función que es lógica. ¿Qué tiene que hacer un Estado soberano cuando atacan su moneda para forzar una devaluación? Nuestra convicción es que el Estado tiene que parar la devaluación, porque sino: ¿quién la para? No la para nadie y entonces pierden los asalariados y ganan los señores de las finanzas.

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lunes, 30 de mayo de 2016

VERDAD Y TRANSPARENCIA EN ÉPOCAS DE MACRI, Por Ricardo Augusto Nissen (Fuente: Página12, 29/05/16)


Ricardo Augusto Nissen

1 Hace unos pocos días, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, volvió a manifestar que, en noviembre de 2015, los argentinos votaron un cambio, que tenía y tiene que ver fundamentalmente con la verdad y con la trasparencia. Esta manera de razonar coincide con lo expuesto por algunos de sus más entusiastas seguidores, que ponen como ejemplo, para avalar lo expuesto, la constitución por Macri de un fideicomiso al cual se lo ha denominado como “ciego”, en el cual nuestro presidente habría traspasado fiduciariamente las acciones que es titular en las empresas “4 Leguas SA”, “Agropecuaria del Guayquirao SA”, “Molino Arrocero SA” y “María Amina SA”, como así también su participación del fideicomiso “Inmobiliario Caminito”.

2 Sin embargo, y salvo que la Real Academia de la Lengua Española haya cambiado el significado de las palabras “verdad” y “transparencia”, la realidad no parece apoyar ni sostener tales manifestaciones, pues la aparición de los Panamá Papers, los primeros días del mes de abril, y la acabada demostración –ahora confirmada por su propia declaración jurada presentada a la Oficina Anticorrupción– de la participación de Mauricio Macri en la ilegítima actividad off shore, a través de compañías fantasmas y abultadas cuentas bancarias, parecen demostrar exactamente lo contrario y, al respecto, la delegación de la administración de su patrimonio en un fideicomiso, por más “ciego” que este fuera, nada aporta a la tan cacareada transparencia, que hoy brilla por su ausencia.

3 Ni bien se conoció el 3 de abril del corriente año, la activa participación empresaria del presidente de la República en las denominadas “cloacas fiscales” del mundo, sus más fieles seguidores, entre ellas la titular de la Oficina Anticorrupción, la inefable Laura Alonso, siguiendo las iniciales declaraciones de Mauricio Macri, negaron que ello constituyera delito alguno, sino que era un instrumento más para operar financieramente en el mundo, en especial cuando, como aquel declaró públicamente al día siguiente en los medios de mayor repercusión en el ámbito empresario nacional, su inclusión en la sociedad “Fleg Trading Ltd.” había sido un capricho de su padre, ocupando solo el cargo de “director ocasional”, en una sociedad que nunca había tenido actividad comercial. Pero como las mentiras tienen patas cortas, esas afirmaciones no soportaron el menor de los análisis ni el paso del tiempo, pues la acabada demostración, durante las semanas siguientes, de que Mauricio Macri no solo tenía también activa participación en otras compañías constituidas en paraísos fiscales, sobre las que nunca dio la menor explicación (Kagemusha SA), sino que su afición por las compañías simuladas venía de antiguo (caso “Ophalsen”, del año 1995), sumado al hecho de que la sociedad “Fleg Trading Ltda.”, constituida en Bahamas, estaba muy lejos de ser una sociedad inactiva e improductiva, obligaron a Mauricio Macri, para ratificar los principios de transparencia que tanto predicó durante su campaña electoral, a hacer conocer a la comunidad la puesta en marcha de un “fideicomiso ciego” para que una empresa privada administre sus bienes mientras dure su mandato, denunciando, el día 8 de abril de 2014, ser propietario de bienes por la suma de 52 millones de pesos, según su última declaración jurada a esa fecha, suma que implicaba un 26 por ciento más de lo que había declarado en el año 2014.

4 El fideicomiso es una figura legal que fue muy resistida en la República Argentina, hasta el año 1995, cuando fue incorporada a nuestra legislación por la ley 24.441. Recordemos al respecto que fue en esa época cuando el fraude empresario estaba en su total apogeo, traducido en el uso indiscriminado de las sociedades off shore, la utilización de la “contabilidad creativa” en los estados contables de las principales compañías nacionales, las estafas corporativas a terceros y minorías accionarias, a través de la manipulación de los “aportes irrevocables “ y “resultados no asignados”, así como la incorporación a la legislación concursal de la dudosa figura del “cramdown” por la ley 24.522 de concursos y quiebras, también proveniente del derecho anglosajón, que por entonces se había convertido en el especial referente de nuestros legisladores nacionales.

Concretamente, el fideicomiso es un convenio por el cual una persona –fiduciante– transmite a otro la propiedad de ciertos bienes, obligándose el que lo recibe –fiduciario– a administrarlos bien y fielmente por cierto tiempo, al cabo del cual debe entregarlos a la persona indicada en el contrato, que puede ser el primer transmitente o un tercero, al cual la ley lo conoce como “beneficiario” o “fideicomisario”. La finalidad de este contrato, a diferencia del denominado “fideicomiso ciego” de Macri, no es exhibir la transparencia de la administración de un patrimonio particular, sino la creación de un patrimonio separado, tanto del patrimonio del fiduciante como del fiduciario, totalmente invulnerable respecto de las acciones que pudieran iniciar los acreedores particulares de uno y otro, quienes carecen de la posibilidad de embargar y ejecutar dichos bienes. Este es el secreto y la finalidad del fideicomiso, y como toda figura legal, que tiende a restringir de alguna manera la responsabilidad patrimonial de una persona en el cumplimiento de sus obligaciones, el fideicomiso puede convertirse fácilmente en un instrumento de fraude, como ha acontecido en nuestro país, que pasó a ser la herramienta preferida de muchos dirigentes inescrupulosos y poco afectos a la transparencia y al cumplimiento de la ley, cuando la Inspección General de Justicia, a partir del año 2003 comenzó a combatir la radicación en la República Argentina de las sociedades off shore, a las cuales llegó expresamente a prohibir, a través de la Resolución General nº 7/2005, que actualmente rige, conforme lo dispone el artículo 218 de la Resolución 7/2015.

5 De manera tal que el contrato de fideicomiso , por mas “ciego” que se lo llame –en el sentido que en el convenio que nos ocupa, las partes se comprometieron a no comunicarse directa o indirectamente, cuestión realmente imposible de creer–, no constituye una herramienta susceptible de dar transparencia a la administración de ningún patrimonio, pues ello no dependerá del fiduciante, sino de la lealtad y diligencia del fiduciario que, en el caso particular, es una sociedad anónima, de carácter privado, que tendrá su cargo la administración de las acciones que Macri es titular y cuyo fundador, el Escribano General de la Nación, el notario Carlos Marcelo D´Alessio, responde directamente en su función oficial a la Presidencia de la Nación.

6 No parece entonces que este tan particular fideicomiso pueda ser ejemplo de transparencia alguna, en especial cuando, según sus cláusulas, el Presidente se reserva el derecho de “remover” a su administrador sin expresión de causa y mediante una simple notificación por escrito y en el mismo sentido, si bien se pactó en el aludido convenio que el fiduciario solo podrá vender o transferir los activos que impliquen conflicto de intereses para el Presidente de la Nación, estas decisiones deberán ser consultadas por el fiduciario con la Oficina Anticorrupción, que curiosamente encabeza Laura Alonso, esto es, la primera que salió a defender la participación de Macri en las empresas off shore, todo lo cual poco aporta a la credibilidad de este mecanismo y muy lejos se encuentra de ser un acabado ejemplo del concepto de transparencia, máxime cuando en su primera declaración jurada como Presidente de la Nación, Mauricio Macri reveló ser titular de una cuenta en Bahamas de 18 millones de pesos y ser propietario de un patrimonio que equivale a más del doble que como candidato, esto es, tener un patrimonio de 110 millones de pesos en lugar de 52, suma con la cual, pretendiendo dar un ejemplo de transparencia, creó un fideicomiso ciego hace menos de 50 días, ofendiendo, una vez más, la inteligencia de los habitantes de nuestra República Argentina.

jueves, 26 de mayo de 2016

FREUD Y LA LITERATURA, Por Carlos Gustavo Motta= (Fuente: Página12, 26/05/16)

Sigmund Freud

Freud y la literatura

Si se piensa que el premio más prestigioso que obtuvo en vida Sigmund Freud fue el Goethe de literatura puede percibirse la importancia que ésta tuvo en su formación y en los elementos que le aportó a su creación. Para Carlos Gustavo Motta, el autor del libro Freud y la literatura que distribuye desde esta semana Editorial Paidós, “los historiales freudianos son verdaderas obras de literatura. No sólo transmiten los detalles de los signos y rasgos de una estructura psíquica sino que nos permiten aún hoy comprender las reacciones frente a la angustia”.

Escribir sobre la relación que Sigmund Freud estableció con la literatura es recorrer los textos que lo influyeron en la creación del Psicoanálisis en tanto investigó una formalización clínica terapéutica en obras cuyas problemáticas son universales, permitiendo así una comprensión de su teoría para los legos.

Sus lecturas abarcaron desde las Tragedias de Sófocles y la poesía de Virgilio, los grandes personajes creados por Shakespeare, Swift, Milton, Spencer, George Eliot, Kipling, Kingsley, Haggard, Max Müller, Charles Dickens; como también las novelas francesas de Balzac, Flaubert, Zola, Maupassant, Rabelais, Molière, Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Pascal, Alexandre Dumas hijo y los grandes clásicos rusos: Dostoievski, Tolstoi y Merejkovski. También la tradición escandinava representada por Ibsen y la literatura alemana en boga durante el siglo XIX leída en autores como Kleist, Uhland, Grabbe, los hermanos Grimm y Goethe fueron objeto de su estudio y la referencia que a ellos hace es reconocible en su obra. No obstante, Goethe y Schiller encabezan la lista de los escritores más citados por el maestro vienés.

Freud hizo foco en las leyendas anónimas [Nibelungenlied] y en autores como Bürger, Christian Fürchtegott Gellert, Herder, Kortum, Lessing, Lichtenberg. También estuvieron en la mira de su avidez intelectual Fritz Reuter, Heinrich von Kleist, Grillparzer, el austrohúngaro Theodor Herlz –uno de los fundadores del sionismo– y novelistas como Gottfried Keller, Joseph Viktor von Scheffel y Arthur Schnitzler, entre otros. Aunque decidió ignorar a Marx y a Hegel, las lecturas atentas que hizo de Kant, Schelling, Hartmann, Brentano (padre de la fenomenología, que lo tuvo entre sus alumnos en las clases que dictara en Viena), Schopenhauer y Nietzsche son de fácil rastreo en sus investigaciones.

Asimismo –de acuerdo con esta argumentación inicial– se encuentran las obras que no cita directamente y que pueden inferirse a lo largo de sus escritos e intervenciones. En materia de influencias filosóficas, tuve en cuenta las que tenían la misma orientación utilizada para sus propias investigaciones.

Didier Anzieu afirma que la noción de inconsciente no resulta sorprendente para alguien educado en la cultura germánica. Las aproximaciones al concepto comenzaron con las percepciones confusas de Leibniz, luego se desarrollarían con Herbart y Schopenhauer, para culminar con la lectura de Eduard von Hartmann, quien había escrito Das Unbewusste [Lo inconsciente], libro conocido en 1870 y traducido a todas las lenguas europeas. Freud además se encontraba interesado por la obra de Wilhelm Jerusalem, Urteilsfunktion [La función del juicio], según expresaba en una carta a Fliess del 25 de mayo de 1895. He aquí algunos ejemplos que indicarían ya entonces la existencia de la palabra “inconsciente” en obras de autores germanos, pero de ninguna manera con el significado que Freud le otorgaría a partir de su investigación y de la aplicación del método de la asociación libre en la dirección de un tratamiento clínico psicoanalítico.

Ser un lector. ¿Acaso no es el propio Freud quien lo dice?

Mi padre se divirtió cierta vez, dejándonos a mí y a la mayor de mis hermanas un libro con láminas de colores (descripción de un viaje a Persia) para que lo destrozáramos. Pedagógicamente fue algo apenas justificable. Yo tenía entonces cinco años y mi hermana, menos de tres; la imagen que tengo de nosotros, niños, deshojando dichosos ese libro (hoja por hoja, como un alcaucil, no puedo menos que decir) es casi la única que me ha quedado como recuerdo plástico de esa época de mi vida. Después, siendo estudiante, se desarrolló en mí una predilección franca por coleccionar y poseer libros (que, análogamente a la tendencia a estudiar en monografías, era una afición, como ocurre en los pensamientos del sueño con respecto al ciclamen y al alcaucil). Me convertí en un gusano de biblioteca [Bücherwurm].

Desde que comencé a reflexionar sobre mí mismo, he reconocido que esa escena infantil es un recuerdo encubridor de mi posterior bibliofilia. Desde luego, también muy pronto supe que las pasiones [Leidenschaften] fácilmente nos hacen padecer [Leiden]. A los dieciséis años llegué a tener una considerable deuda con un librero pero no los medios para saldarla y mi padre apenas admitió como disculpa que mis inclinaciones no me hubieran hecho caer en algo peor. (Lo destacado en itálica apunta a lo investigado en la presente publicación.)

Es notable la vastedad bibliográfica puesta de manifiesto en Die Traumdeutung [La interpretación de los sueños –1900–]. A partir de la cita inicial, “Flectere si nequeo superos, Acheronta movebo” (La Eneida, libro VII; “Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré a los de los infiernos”), da cuenta de los alcances del psicoanálisis: una apuesta dirigida a la tensión entre la realidad y el placer.

Cruzar el río Aqueronte implica un viaje de ida. Marca un acontecimiento tal como el cruce del Rubicón para Julio César. Un antes y un después. En La interpretación de los sueños, una cantidad impresionante de citas bibliográficas confirma la envergadura de una investigación en torno al sueño como nunca se había hecho hasta entonces.

Por eso fue que, frente al interrogante de algún incrédulo sobre si había leído todas esas obra citadas, cabe solo una respuesta que confirma la personalidad de Freud: sí, las había leído todas.

En 1899, Freud eligió una cita de Goethe para La interpretación de los sueños pero, como le escribía a Fliess en julio de ese mismo año, “desde que mataste mi sentimental epígrafe de Goethe para el libro de los sueños, no encontré ningún otro que me convenciera. Creo que me decidiré por aludir simplemente a la represión”. Entonces optó por una cita del poeta Virgilio.

En otra carta, esta vez fechada el 4 de diciembre del 1896, momento en el que programaba escribir un libro sobre la histeria, le comentaba a Fliess los posibles epígrafes que había pensado para cada uno de sus proyectados capítulos:

Mi Psicología de la histeria será encabezada por estas altivas palabras: “Introite et hic dii sum”. El capítulo de la sublimación: “Sie treiben’s toll, ich fürcht es breche, Nicht jeden Wochenschluss macht Gott die Zeche”. El de la formación de síntomas: “Flectere si nequeo superos Acheronta movebo”, y el de la resistencia: “Mach es kurz! Am jüngsten Tag ist’s nur ein”.

Todos estos datos se encuentran a mano de cualquier investigador, y el nexo entre Psicoanálisis y Literatura se ve reflejado en numerosos ensayos.

Abordar esta relación en el siglo XXI presenta el desafío de comunicar y articular discursos nuevos sobre el tema y al mismo tiempo estar advertidos de los aportes bibliográficos pertinentes que han sido publicados.

Lo que el lector tiene a continuación es un estudio a partir de datos dispersos que podrán orientarlo hacia las fuentes primeras del psicoanálisis, disciplina que resulta siempre un work in progress. Porque, si bien es cierto que la práctica del psicoanálisis es una tarea donde lo que falta siempre estará presente, no es menos cierto que el uso de herramientas precisas en la elaboración de conceptos –que no siempre funcionan de una vez y para siempre– deberá atenderse con singular empeño para que la teoría psicoanalítica continúe avanzando.

Hoy es tiempo de ser claros con las ideas aquí expuestas y, además, ser claros con todos los argumentos que propone el psicoanálisis.

Asimismo advierto que, como en todo proceso creador, es posible que el resultado sea otro distinto al planteado inicialmente, teniendo en cuenta que la época que nos toca vivir se encuentra bajo el imperio del discurso de la Ciencia que siempre tiene en su horizonte la ilusión del progreso.

El psicoanálisis propone incorporar ideas diversas, perspectivas ubicadas más allá del límite, espacios construidos por un pensamiento original dirigido a lo propio y a lo singular y que se aleja de lo estadístico, lo medible, lo universal. El Para-Todos de la Ciencia debe convivir con El-Para-Cada-Uno del Psicoanálisis, postulados ambos que no se excluyen entre sí sino que comparten el mismo universo.

Sigmund Freud intentó despejar el binarismo desde sus primeros escritos. Como lector de los clásicos de la literatura universal, incorporó un lenguaje particular a lo que una historia clínica podía transmitir una vez que se toma la decisión de contarla.

Los historiales freudianos son verdaderas obras de literatura. No solo transmiten los detalles de los signos y rasgos de una estructura psíquica sino que nos permiten aún hoy comprender las reacciones frente a la angustia.

Considerado como un hombre de su tiempo, Sigmund Freud es el resultado de un contexto social y político. En el libro La Viena de fin de siglo. Política y cultura, Carl Schorske señala al nacimiento del Freud intelectual como el producto de una Austria convulsionada por un clima político efervescente. Con la llegada al poder de los antisemitas en 1895, liderados por Karl Lueger, se había asestado un certero golpe a los judíos.

Freud seguía con preocupación este fenómeno porque lo golpeó donde más le dolía: en su vida profesional. Así, se postergaban nombramientos académicos a judíos que estaban en la Facultad de Medicina y esta dificultad se acrecentó a partir de 1897. Fue entonces cuando se incorporó a la fraternidad hebrea B’nai B’rith, lugar que utilizó como refugio científico. Fueron años particularmente frustrantes para él, que se han visto reflejados fundamentalmente en La interpretación de los sueños.

Por entonces, fines del siglo XIX, Viena se había constituido en el refugio de los inmigrantes judíos del este, principalmente de Rusia. Muchos se establecerían a posteriori en Alemania hacia donde en algún momento Freud pensó emigrar aunque luego también consideraría como destinos posibles Estados Unidos e Inglaterra, país que amaba desde su juventud.

Que alrededor del 1900 Viena se convirtiera en la capital cultural de Europa Central está estrechamente relacionado con el rápido crecimiento de la ciudad, en abierta competencia con otras metrópolis europeas como Londres, París y Berlín. Entre 1870 y 1910 duplicó su población, pasando de unos novecientos mil habitantes a más de dos millones. Viena era la capital del Imperio austrohúngaro en el que convivían más de cincuenta millones de habitantes de quince nacionalidades. El garante y símbolo de la unidad de esta monarquía era Francisco José I, nacido en 1830, quien gobernara de 1848 a 1916. La capital recibía oleadas de inmigrantes de diferentes grupos étnicos y religiosos que venían de todos los confines de ese imperio multirracial. Allí también confluían estratos sociales diversos, aumentando así la tasa de conflictividad, dado que los inmigrantes fueron el blanco fácil de la explotación laboral de la época, situación que favoreció la organización del movimiento obrero.

A modo de pincelada del clima cultural imperante en la Viena de aquellos años, consignaré algunas manifestaciones. Otto Wagner (1841-1918) era vienés pero casi la mitad de los alumnos diplomados de su escuela especial de arquitectura en la Academia de Bellas Artes, la llamada Escuela de Wagner, eran oriundos de las provincias del sur y del este del Imperio. Josef Hoffmann y Adolf Loos son los nombres más representativos de la corriente arquitectónica del 1900 que junto con otros colegas, pintores, músicos, poetas, periodistas y demás intelectuales se daban cita en el Café Griensteidl, en el Café Central o en el Café Museum.

Gustav Mahler (1860-1911), nacido en Bohemia, fue director de la Ópera de Viena entre 1897 y 1907, razón por la que era considerado una especie de regente del mundo de la música europea de entonces.

A raíz de conflictos suscitados por el antisemitismo y por sus frecuentes actuaciones en otras ciudades, Mahler se vio obligado a dimitir del prestigioso cargo. Alma, su esposa, es conocida no solo por los melómanos sino que su fama llegó más lejos debido a su vida amorosa y matrimonial. Gustav y Alma se habían conocido en casa de Bertha Zuckerkandl, anfitriona de uno de los salones donde se reunía la alta burguesía vienesa. Probablemente cuestiones sentimentales en torno a la difícil relación con Alma hayan sido uno de los motivos que condujeron a Mahler a asistir en 1910 a una consulta con Sigmund Freud cuando ambos se encontraban de viaje en Holanda.

Los artistas ponen en tela de juicio las obras de la generación precedente. En aquel final de siglo los jóvenes, en gesto de rebeldía, comenzaron a formar el Movimiento de la Secesión, del que eran miembros activos Gustav Klimt (1862-1918), Kolo Moser (1868-1918), Josef Hoffmann (1870-1956), Joseph Maria Olbrich (1867-1908), Otto Wagner y Gustav Klimt.

Pocos años antes de la Primera Guerra Mundial, una nueva generación de jóvenes volvió a sacudir la percepción visual: Egon Schiele (1890-1918) y Oskar Kokoschka (1886-1980), los más destacados representantes del expresionismo austríaco. Ambos, bajo el patrocinio de Gustav Klimt, tuvieron la oportunidad de exponer sus obras en 1908 y en 1909 en la Feria de Arte de Viena. Un poco antes, en 1907, Picasso pintaba en París Les demoiselles d´Avignon [Las señoritas de Aviñón], considerada la obra fundante del cubismo, una de las pocas corrientes modernas que no surgieron ni pasaron por la Viena de fin de siglo.

Después de esta fecunda primavera vienesa sobrevendrá, con la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el desmoronamiento de esa cultura y de toda la riqueza estética que allí había florecido a principios de siglo XX.

Así, aquella Viena del fin de siglo quedó anclada en la memoria de los supervivientes y de las generaciones posteriores como símbolo del ocaso de una brillante cultura europea.

* Psicoanalista y realizador cinematográfico, magíster en Psicología Clínica por la Universidad John F. Kennedy y doctor de la Universidad del Salvador. Es asimismo miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Argentina de Salud Mental. Preside la fundación Centro de Estudios Superiores en Psicoanálisis y Psiquiatría, e integra la World Foundation for Mental Health.