miércoles, 25 de septiembre de 2019

BANCOS CENTRALES ORIENTADOS AL DESARROLLO Y LOS DELITOS FINANCIEROS, Por Claudio Javier Castelli para Vagos y Derecho



A propósito del libro: “BANCOS CENTRALES ORIENTADOS AL DESARROLLO”, Notas para la discusión pública de una eventual reforma a la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina. De Pedro Biscay, Iara Hadad, Mariano Bonilla y Eduardo Codianni, con Prólogo de Sergio Omar Palazzo. Publicado por CINfin, Inecip y Ceppas, Ediciones del Jinete Insomne, Buenos Aires, 2018. Se presenta hoy miércoles 25.09, a las 19hs., en Talcahuano 256, primer piso (Auditorio INECIP-CEPPAS) 



El 03,09.2015, en el blog de Vagos y Vagas Peronistas se publicaba: "LA NOTA DE UN TRAIDOR A LA PATRIA: JOSE LUIS ESPERT, EN LA NACIÓN, Y EL NEOLIBERALISMO COMO FENÓMENO CRIMINAL", POR quien habla (http://vagosperonistas.blogspot.com/2015/09/la-nota-de-un-traidor-la-patria-jose.html ), a raíz de la nota que el mismo día en el diario “La Nación”, había publicado José Luis Esper: MODELO AGOTADO, LA UNICA OPCIÓN ES EL AJUSTE –se agregaba el artículo referido en el comentario-. 

El neoliberalismo volvía con su vieja receta oligárquica, en la nota de Vagos caracterizaba al neoliberalismo como un fenómeno del Código Penal más que como doctrina económica-política-cultural y dije que esa propuesta era lo que iban a hacer en el gobierno. Lamento no haberme equivocado, pero hay algo destinal en la historia del país en este péndulo nefasto de oligarquía y gobierno popular. Creo que tenemos que romper esa matriz para dar paso a un ciclo peronista de 20 años, con planificación larga de 20, planificación mediana de cuatro, y planificación corta de 2, porque cada 2 años se vota. La derecha oligárquica de esta época no está capacitada para gobernar, su atroz codicia y egoísmo, así como su exaltado cipayismo la hace inepta para gobernar un país como la argentina, intrínsecamente peronista. Hasta que la oligarquía no aprenda que cuando tome el poder no podría provocar una regresión de los ingresos, ni pretender reformas laborales, ni someter el país al capital financiero internacional y sepa que siempre habrá peronismo en el país, porque el peronismo es la raíz de la nacionalidad en la argentina no podrá gobernar. 

Si hablamos del neoliberalismo como fenómeno criminal lo es por la inmensa deuda externa que contrae, la infinita fuga de divisas, la pornográfica desocupación que provoca, el aumento exagerado de la pobreza, la cantidad enorme de evasión impositiva, y lavado de activos que se producen en sus gobiernos. Todos delitos económicos. Por eso al presentar este libro tenemos que tener presente la experiencia del CAEP EN EL BANCO CENTRAL REPÚBLICA ARGENTINA, conducido por David Baigún. 

El derecho penal económico se inició en la Argentina con los estudios de Enrique R. Aftalión –discípulo del iusfilosofo argentino Carlos Cossio- en los años 40 y 50. Desde Aftalión se produce un salto hasta el libro de Esteban Righi en los años 70, la primera edición en México, su “Derecho Penal Económico” donde promovía una amplia intervención del Estado. La segunda edición de ese libro mantiene el mismo tono y toma el toro por la  raíz en su crítica del derecho penal económico neoliberal. Simultáneamente David Baigún profundizaba sus estudios de Derecho Penal Económico, siendo convocado por Alfonsín al Banco Central República Argentina, para atender querellas con los bancos quebrados en la década de los 80, sobre todo a partir de Marzo de 1980, con la quiebra del BIR, ODDONE, GRUPO GRECO, y más adelante; Banco de Italia, del Oeste, Banco Cabildo, Grupo Pirillo, en fin. También fueron contratados por el Banco Central los ex jueces que habían condenado a las juntas militares: León Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, etc. 

Pero solo Baigún planifica con sentido estratégico y propone la creación dentro del Banco Central del CAEP (El mítico Centro de Asuntos y Estudios Penales del BCRA) de corta y esplendorosa vida y que sacudió la justicia federal por aquel entonces. Hasta Baigún las causas de Bancos la llevaban abogados sin dedicación absoluta al derecho penal, lo que provocaba errores de todo tipo en el manejo de la causas. Hasta Baigún los organismos del Estado ni se planteaban tener un grupo de penalistas que lleven adelante las querellas y estudios económicos criminales. Por David Baigún es que en el 2003 se creó el CIPCE (Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica, y en 2012 la PROCELAC dentro del Ministerio Público (La Procuraduría en Criminalidad Económica y Lavado de Activos), y como consecuencia el cuerpo de peritos especiales en corrupción y delitos económicos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Asimismo, el devenir de Pedro Biscay en el Banco Central es también deriva del influjo de Baigún.

Tuve el honor de integrar el CAEP, junto a "Tute" Baigún, y el Dr. Abelardo Giménez Bonnet, la Dra. Patricia Llerena, el Dr. Alejandro “Fredy” Pochat, luego asesinado en una auditoría de la Anses en Mar del Plata, en el año 1997 ( https://www.lanacion.com.ar/sociedad/honras-para-pochat-nid75601) y otros letrados. Pero sólo Gimenez Bonnet, Patricia Llerena –Jueza en un Tribunal Oral-, y el que suscribe permanecieron fieles a seguir trabajando dentro de alguno de los poderes del Estado, la mayoría eligió pasarse a defender a los delincuentes económicos, algo, claro, más rentable. Se consiguieron por primera vez medidas procesales contra los banqueros, y se llegaron a las primeras condenas como las del BIR, la del Banco Los Andes (Grupo Grecco), en Mendoza, etc.. 

Claro que el sistema financiero sintió que lo investigaban y que el derecho penal no sirve solamente para meter pobres en la cárcel. Las resistencias más fuertes llegaron con Menem y Javier González Fraga a cargo del Banco Central, fue él y su directorio –algunos procesados en las causas que investigaba el CAEP- quienes despidieron a Baigún, disolvieron el centro, y se volvió a un nuevo período de acumulación del capital financiero en perjuicio del pueblo, el trabajo y la patria. 

En el nuevo período que se reinicia en Octubre hay que volver a recrear un centro como el CAEP dentro del Ente Rector de las finanzas que además de la persecución penal a los banqueros que provoquen perjuicios se haga una debida evaluación del concepto baiguniano de DAÑO SOCIAL, que es el provocado por un conjunto indeterminado de perjuicios y que no es posible cuantificar claramente porque es el momento del punto nodal en que la cantidad se transforma en cualidad –concepto hegeleano- y los daños individuales a los ahorristas se transforman en daños sociales al sistema económico en su conjunto y a la nación. 

Para finalizar recuerdo el Discurso de Juan Domingo Perón en la Bolsa de Comercio siendo Secretario de Trabajo y Previsión, el 25 de Agosto de 1944 (http://repositoriorecursos-download.educ.ar/repositorio/Download/file?file_id=da8289f8-a130-488d-b287-98decb485b3d ) les habla de la necesidad de organizar el trabajo y el capital, pero claramente le pone límites al capital si unos ganan, los otros también deben ganar, pero para ello tienen que dejar la plata aquí, en este país. 

Todas estas reflexiones son consecuencia del espíritu que propugna este libro que presentamos. 

Agradezco a todos los presentes al resto de los expositores compañerxs: Javier Azzali, Juan Escobar, Susana María Orcaje, Mariano Bonilla y Pedro Biscay. 

Celebro profundamente la realización de este texto realizada con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, y felicito hondamente a sus autores.-

martes, 17 de septiembre de 2019

SINFONÍA NOCTURNA, Por Claudio Javier Castelli (") para Vagos y Derecho (Taller Literario)


Hay una sentencia borgeana en la literatura argentina: la reticencia sentimental. 

Ha hecho estragos. Todos deben limitar los sentimientos e intelectualizar o, lo que es peor, nombrar sin metáfora, el mero nombrar casi narrativo. Y en soliloquio. 

Los tres poemas más deslumbrantes de la poesía argentina los escribió, Enrique Molina: “Alta marea”, “El pasajero de la habitación nro. 23”, y “El desamparo junto a un muro”. Los tres moran en infinita soledad, desolación y romanticismo. 

En agosto, de 2017, estaba releyendo “El desampara junto a un muro”, cuyos versos finales dicen: 



“en la desamparada callejuela donde, contra el muro, 

una pareja se desvanece en el aire sin socorro 

en una interminable cacería”. 



He acentuado la palabra cacería, la empleé en las redes (Twitter, Facebook, grupos de Whatsapp), y en un comentario a una nota de Horacio González, en la prestigiosa revista digital de Cultura y Política “latecl@eñe”,  referente al entonces reciente caso Maldonado, y específicamente para señalar la desaforada persecución de la Gendarmería sobre el grupo que solidariamente compartía Santiago Maldonado. Hasta ese momento nadie había empleado la palabra cacería para referirse al hecho de la persecución judicial, ese sábado, Sandra Russo la empleó en la contratapa de página, en días todo el país se refería a esa persecución como una “cacería”, hasta Cristina lo hizo. 

Más allá del hecho trágico, de desaparición de persona, y homicidio calificado del hecho. Lo cierto que la palabra “cacería” empleada como adjetivo a la persecución de Gendarmería le daba un tono de irrefrenable, impiadosa, y avasallante  intervención del Estado y del Ministerio de Seguridad dirigido por Patricia Bullrich; pero de alguna manera la potencia de la palabra se debía a la potencia de la palabra utilizada en el final del poema “El desamparo junto al muro”, por Enrique Molina, y por él fue motivada en mi memoria, y en mi caleidoscópica opinión en el acontecimiento periodístico para describir el cruento hecho. 

“cacería”. Las feministas abominan usar cacería para referirse a la relación de amor y deseo entre un hombre y una mujer. Sería machista. Pero Enrique Molina la emplea para la relación recíproca de amor y deseo de un hombre a una mujer o una mujer a un hombre. Y no me parece equivocado. 

El amor, el deseo romántico está devaluado. Al finalizar la obra de teatro: “Eva Perón resucitada en los tiempos del rencor”, de Vicente Zito Lema y dirigida por él, en el Centro Cultural “Padre Múgica”, en la calle Piedras, el poeta y dramaturgo (y abogado) Zito Lema además de agradecer al caluroso público presente, entre quien se encontraba el escriba se refirió con cierto desdén “a los poetas que escriben versos románticos a las mujeres”. 

Esta última circunstancia, nimia en el acontecimiento conmovedor presenciado, hubiera pasado desapercibido si el escriba no fuera un ser infinitamente romántico, quien se sintió aludido, porque entre otros temas les dedica versos románticos a las mujeres. Lamento no compartir el juicio con tan honroso y admirable autor y poeta, pero creé que es una derivación de la sentencia borgeana. Si hay reticencia sentimental dediquemos los versos a la política nacional y popular. No es que esté mal. Está perfectamente justificado pero porqué el desdén por las relaciones amorosas y las redes de imágenes y metáforas y meras palabras a ellas referidas. 

Perdón ¿hay algo más trascendente que el transitar juntos con la relación amorosa, cualquiera sea: novio/a/e. No era la de Evita misma una inmensa historia de amor con el General, no lo fue la reciente que asistimos todos de Néstor y Cristina?. 

Repetimos lo que está mal es desvalorizar el desborde romántico porque es la raíz de todo este universo histórico social y cósmico; lo que está más allá de lo cósmico queda en cada uno. Y queda en cada uno si el amor y deseo romántico es de un hombre a un mujer, de una mujer a un hombre, de mujer a mujer, de hombre a hombre, de trans a su pareja, tanto transitoria como permanentemente. 

En los noventa ocurrió todo inclusive “los lentos atardeceres de verano”. Un atardecer de esos, digamos, febrero de 1992, fue a visitar al poeta, Enrique Molina. Había publicado su primer libro de poemas de una trilogía, que 26 años después publicó completa; pero además tenía una inmensa curiosidad: cómo es que un poeta que habiendo vivido la vida tan intensamente había llegado hasta los 82 años. El escriba, acuciado por las palabras, el alcohol, las noches, las mujeres, las drogas y el sorpresivo resplandecer de las mañanas, estaba abrumadoramente curioso. Molina lo trató como un viejo amigo –y así le puso en la dedicatoria de la obra poética- por el conocimiento que tenía de su vida y obra y por la enorme afinidad que habían tenido: 



“la pasión de vivir, Castelli, vuela una mosca y para mí es una revelación” 



Fue el reformador  Juan Calvino, quien dijo que la ceremonia de la Santa Cena en las iglesias protestantes –Comunión entre los católicos- es un “anticipo del Banquete Celestial”. Un "anticipo del Banquete Celestial" es también vivir la vida sorprendiéndose del metal que retiñe, del brillar de cada cosa, de la revelación que es cada instante de nuestra existencia. "Anticipo del Banquete Celestial" es vivir la vida como la vivió el poeta Enrique Molina, y como modestamente el escriba realiza con rudimentos artesanales en el “macondo porteño”. 

Creé que en gran medida por el deslumbramiento que le provocaba y provoca la poesía de Molina, y unas cuantas cosas más, por ejemplo, que “sin antisicóticos no hay esperanza”, frase que siempre repitió el escriba, es que éste, sobrevivió a las noches larguísimas de los 90. 

Una noche de 1992 fue en compañía de su amiga Silvana (una mujer muy linda y muy formal) a presenciar un recital de Mercedes Sosa en el Gran Rex. La "Negra", que el próximo 4 de Octubre se cumplen diez años de su fallecimiento, presentaba el Compact “Sino”. Para el escriba Mercedes sosa era la cantante popular imbuida en su propia vida desde muy chico. La había visto cantar en su pueblo por primera vez en 1967, cuando tenía 9 años y había sido cautivado por su voz que siguió escuchando siempre en los programas de folclore de la radio del pueblo que iba a sintonizar en los atardeceres en las barrancas del Paraná, con una Hitachi de un solo auricular. 

Pero esa noche al finalizar el hermoso recital pretendía reunirse con la acompañante en una pizzería de Corrientes para comentar el evento. No pudo ser. Silvana se quería volver –creo que era un Jueves- para levantarse temprano para sostener la “carrerita judicial”, Fue eso, o reticencia borgeana o cristiana. 

Hay una deriva muy fuerte en la clase media que es la “carrerita profesional”, a los pies de la misma se suelen dejar los buenos sentimientos, los sentimientos verdaderos. Pero, en fin, no está mal que uno tenga su vocación de carrera profesional (a juicio del escriba hace estragos en la clase media), el tema es ¿qué deja uno a sus pies?. El escriba ya había arrojado los dados en la carrera judicial durante mediados de los setenta y hasta fines de los ochenta, y había visto de ella lo que Benedetto Croce había caracterizado de una época en Italia: “Una mezcla de policía y sacristía”. Ya había renunciado y trabajaba en el Banco Central República argentina, en delitos económicos. 

Esta pequeña digresión carreril está justificada porque el escriba estaba profundamente enamorado de Silvana. Supongo que a ella le causaba vértigo la azarosa vida de aquel entonces. No pudo ser. Pero esa mujer fue persistente en la memoria. Tampoco pudo ser la pizza después del recital. 

Dos años antes había asistido, creo que también en el Gran Rex, esta vez con Ana, y una pareja amiga, a presenciar un recital de Mercedes. El año 1990 fue un hermoso año en la memoria del escriba, la canción de Soda, los recitales en Obras de Los Redondos, en fin. Al final del recital de Mercedes como siempre quería ir a una pizzería de Corrientes a comentar el recital. No lo dijo pero un recital de Mercedes era como el absoluto, la realización de la belleza. No pudo ser. Mis amigos y amigas tenían una sorpresa: asistir a un recital de Roberto Goyeneche por la noche tarde en un bar porteño. se negó. No podía ver en una misma noche a los dos máximos cantores populares. Era una noche pantagruélica, como los excesos de "La Gran Comilona" –de Marco Ferreri-. Lo que no puedo entender hoy es que en aquella época estaba cruzada por excesos la vida del escriba, pero se negó y no fue; con Ana fue a la pizzería, la otra pareja amiga fue al recital del "Polaco". ¿sentencia borgeana?, ¿estoicismo? o, ¿sólo por dosis médicas podemos ser felices? La vida del escriba en aquella época contradecía estas antinomias. Pero no fue. 

¿seremos todos amarretes con los sentimientos? 

Kant al tratar la belleza y ver el fondo oscuro desde donde se daba “retrocedió aterrado” –dice Hegel- No hay sentencia borgeana aquí, hay luteranismo puro y duro, cristianismo en suma. 

Tal vez, haya tenido razón Isaiah Berlin, en las conferencias de “La raíces del Romanticismo”, Taurus, 2015, de que el cambio profundo en la conciencia de los siglos XIX y XX lo provocó el movimiento romántico transformando lo político y lo moral. El ve sus consecuencias aún en los movimientos liberadores de mayo del 68. 

Hegel, en el tomo 5 de su estética, “La forma del arte romántico” (Siglo xx, traducción Alfredo llanos, 1985) lo localiza en la redención cristiana, el amor religioso, en el espíritu de la comunidad, en la caballería, el honor, el amor, la fidelidad, y la aventura. Si el arte romántico había disuelto el arte clásico, el romántico finaliza en su propia disolución que es la disolución del arte mismo en la subjetividad infinita que se mezcla en toda expresión artística. Todo es subjetividad, a veces a las disparadas: ¿todos nosotros somos románticos?. 

La poesía actual no abusa de la metáfora. Insinúa un soliloquio que no se resuelve y si hace el amor lo disfruta con palabras procaces, como si el uso de palabras prohibidas las convirtiera en bellas imágenes. 

¿quién tendrá razón en un horizonte donde todos han muerto? 



“con promesas que no se cumplirán nunca”. 



Toda relación amorosa se realiza en la impronta del deseo, en la planicie de los cuerpos, en las metástasis de las sombras, pero nunca verán el día. El sol, ese viejo Dios de los norteños, no es generoso para los litoraleños, aunque crecieron en sus barrancas y atardeceres. 

Como "el alma presiente la inminencia del mar" -dijo Borges- así presiente el escriba la inminencia de  la primavera, y por sobre todo el mes de octubre. Es el mes de sus amores. Ama octubre. 



“en la irrealizable ansiedad de sus almas”. 



A pesar de tanto romanticismo no se podrán realizar. Creé en “nuevos cielos y nuevas tierras” lo dice la palabra, acaso del día, pero las palabras y ungüentos nocturnos dicen otra cosa. Que en el Seol vagaran todos en infinita soledad, como golpeándose de injusticia y desazón. En el suplicio de Sísifo y Tántalo solo queda la verdad: la reticencia abundante. 

Septiembre de 2019.- 


(“) Nacido en La Paz, Entre Ríos, el 16 de Diciembre de 1957, abogado penalista (UBA), maestrando de filosofía del derecho (UBA), periodista egresado de la Escuela de Periodistas del Círculo de la Prensa, ex docente del Departamento de Derecho Penal y Procesal de la Facultad de Derecho de la UBA, ex docente de Introducción a la Sociedad y el Estado materia obligatoria del CBC. Miembro fundador del INECIP (Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales), miembro de la Comisión Directiva del CIPCE (Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica) y colaborador desde su fundación en 2003 del CEPPAS (Centro de Políticas Públicas para el Socialismo). Ex miembro de la Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ex Asesor Jurídico del CAEP (Centro de asuntos y estudios Penales del Banco Central República Argentina), ex Asesor Jurídico de la Superintendencia de Seguros de la Nación, ex Asesor Jurídico en la Unidad de Información Financiera, actualmente es Asesor de la Biblioteca Doctor Raymundo Miguel Salvat. En toda esa actuación laboral desempeñó su profesión en el área criminal económica, criminal financiera. Ha publicado numerosos artículos de derecho Penal, Filosofía, Política, Literatura y Poesía, en libros y revistas, así como en los dos blog de los cuales es editor: vagosyvagasperonistas.blogspot.com y vagosyderecho.blogspot.com . Concurrió durante varios años al Taller de Escritura del escritor Hugo Correa Luna, posteriormente del poeta Enrique Blanchard, y finalmente de los poetas Daniel García Helder y Arturo Carrera. -Libros: -"Todo y Nada”, Ediciones de la Cantiga, 1990, Bs. As. -"LLueve en las raíces. Trilogía poética de fin de siglo”, Ediciones del Jinete Insomne, Bs. As, 2018. Actualmente es Coordinador de la Agrupación Vagos y Vagas Peronistas.-











¿QUÉ ES GENERAL INTELLECT? (ESBOZO POPULAR), CAPÍTULO 2, Por Pedro Cazes Camarero(") para Vagos y Derecho


El ser humano es un animal social, y desde la más lejana antigüedad, los individuos no pueden pensarse como ajenos a una sociedad. En cualquier sociedad humana los integrantes de la misma establecen relaciones ente sí, las cuales pueden ser públicas o individuales (privadas). 

En el capitalismo, las relaciones privadas están privilegiadas respecto a las relaciones públicas, que son dominantes en otros modos de producción. Por ejemplo, en el feudalismo las relaciones entre las personas solamente pueden concebirse bajo la forma de pertenencia de un determinado estamento social, público: siervo de la gleba, artesano o señor. Las relaciones sociales privadas se hallan en el mundo feudal completamente subordinadas a esta pertenencia. 

En el sistema capitalista, las privilegiadas relaciones privadas entre las personas no son predominantemente directas, sino que se hallan mediadas institucionalmente por el Estado. Ante todo, a través del dinero, el que constituye la encarnación del trabajo abstracto; y en segundo lugar, a través de un sistema jurídico, que asume las formas de la burocracia estatal. Por supuesto, las relaciones privadas directas existen también, en términos de sexo, de parentesco, de afinidad, amistad, etc., pero las identidades humanas están determinadas de manera abrumadora por las relaciones de propiedad. 

En el Capítulo 1 hemos visto que el trabajo humano abstracto, bajo su forma de valor, se encuentra por todas partes en el sistema capitalista, encarnado en las mercancías. Todo lo que nos rodea no es otra cosa que mercancías, y cada mercancía puede ser comprada o vendida porque está constituida por trabajo humano abstracto, o sea que posee valor. Pero, además, toda mercancía tiene un dueño, esto es, un propietario. La propiedad privada constituye el fetiche social del valor: la relación entre las personas, en el capitalismo, se ve reemplazada por las relaciones de propiedad. 

Cuando en una sociedad mercantil se efectúa un cambio entre diferentes mercancías, cada sujeto se concentra en el valor de uso de la mercancía que adquiere, y sólo presta atención a que el valor (de cambio) de esa mercancía sea equivalente al de aquella por la que la intercambió, a fin de no resultar perjudicado en la operación. 

Cuando la sociedad mercantil es además una sociedad capitalista, hemos visto que estas operaciones se ven mediadas por el dinero y se apoyan en el sistema jurídico- estatal burgués. Para este sistema jurídico, resulta indiferente la naturaleza de las mercancías que se intercambien, en tanto que se respete el precio, o sea la forma monetaria del valor. Pero si para el consumidor de la mercancía lo que importa es su valor de uso, para el capitalista que la vende lo que importa es el dinero (o sea solamente el trabajo abstracto) que recibe en el intercambio como propiedad privada. 
En el capitalismo, solamente los capitalistas obtienen plusvalía; los trabajadores únicamente obtienen su salario. El excedente de trabajo abstracto, fugazmente materializado en mercancías y luego convertido en dinero, es apoderado por el capitalista como propiedad privada. En la forma desarrollada de la plusvalía, la propiedad privada es solamente el concepto jurídico de la relación repetitiva, tautológica, del trabajo abstracto, que es igual a cualquier otro por definición. 

En el Capítulo 1 hemos visto que el marxismo prevé el advenimiento de una sociedad post- capitalista, el socialismo/comunismo, cuya nota fundamental ha de ser que las relaciones entre las personas ya no se regirán por el intercambio de valor, esto es, ya no serán mercantiles. De alguna manera, que veremos más adelante, el valor contenido en los bienes ha de extinguirse y desaparecer. Esto implica que en esa etapa, los seres humanos se hallarán en condiciones de regular sus relaciones sociales y la propiedad privada ya no existirá. 

Pero mientras las relaciones sociales estén, como ahora, dominadas por el trabajo abstracto, persistirá también una relación de propiedad privada (incluyendo la extracción de plusvalía de los asalariados), y todos sus portadores se encontrarán en un estado de particularidad abstracta, que erige como su polo opuesto al aparato jurídico del Estado. La existencia del dinero y de un sistema jurídico constituye la manifestación de que los sujetos no son capaces de regular ni dominar conscientemente sus relaciones sociales. Ello es verdad tanto para los países capitalistas, como para los países denominados del “socialismo real”. 

El dispositivo capitalista ya existente para la utilización abstracta de la fuerza de trabajo, tiende a devorar en sus fauces vacías de contenido al hombre, la naturaleza y todo aquello de lo que pueda echar mano, digiriéndolos y evacuándolos después en la forma muerta del trabajo: el dinero, sin que se añada ninguna otra finalidad cualitativa. Este engendro, sin embargo, mueve la cualidad material: materias primas, fuerzas naturales y trabajo humano vivo. 
Pedro Cazes Camarero

Se produce, por lo tanto, una inversión entre medios y fines: el trabajo ya no es un medio para el fin cualitativo de la simbiosis del hombre con la naturaleza, sino que, por el contrario, la apropiación material de la naturaleza se convierte en la estratagema para el cambio del trabajo abstracto por más trabajo abstracto, como un fin en sí mismo. 

A pesar de las masas incontables de trabajadores sumergidos en la miseria y la explotación, al principio prevalecieron los efectos emancipatorios y civilizadores de este proceso. Bajo el capitalismo de los siglos XIX y XX, el trabajo, al incluir en escala creciente el aporte científico-técnico a la producción, como medio para obtener su finalidad abstracta, permitió un creciente consumo masivo de bienes que en el pasado eran considerados suntuarios, y generó un conjunto nunca antes visto de nuevas necesidades. El horizonte cultural y científico del hombre se amplió. Sin embargo, como veremos más adelante, el capitalismo nos abrió de par en par las puertas de la riqueza y la sabiduría, pero no nos deja atravesar el umbral. 

Continúa Capítulo 3

(") Pedro Cazes Camarero, argentino, farmacéutico, 1945. Magister Scientiae en Metodología de la Investigación Científica y Epistemología. Ex director de "Estrella Roja" (órgano del Ejército Revolucionario del Pueblo- ERP-), "El Combatiente" (órgano del Partido Revolucionario de los Trabajadores - PRT-) y "Crisis". Autor de numerosos artículos y libros, entre ellos "Las Estrategias de la Aurora", de próxima aparición (Ed. Prometeo, Buenos Aires, 2019). Premio "Ramón Carrillo" (2010). Miembro del Encuentro de Profesionales contra la Tortura. Columnista de "Cuadernos de Crisis/Purochamuyo".




 

viernes, 13 de septiembre de 2019

LA AMAZONIA: BIEN COMÚN DE LA TIERRA Y DE LA HUMANIDAD, Por Leonardo Boff


Los recientes incendios de la Amazonía brasileña y boliviana pusieron de manifiesto la importancia del bioma amazónico para el equilibrio y para el futuro de la vida. El descuido con el que el presidente de Brasil trató la cuestión ambiental, negando los datos científicos más serios y las amenazas a las reservas indígenas, aumentándolo además con el desmantelamiento realizado por el ministro del Medio Ambiente de los principales organismos de protección de la selva y de las tierras indígenas, y de la vigilancia del avance descontrolado del agronegocio sobre la selva virgen, mostraron la gravedad de la situación.

Según algunos especialistas internacionales, la Amazonía es la segunda área más vulnerable del planeta en relación al cambio climático provocado por los seres humanos. El propio Papa Francisco advirtió «que el futuro de la humanidad y de la Tierra está vinculado al futuro de la Amazonia; por primera vez, se manifiesta con tanta claridad que desafíos, conflictos y oportunidades emergentes en un territorio, son la expresión dramática del momento que atraviesa la supervivencia del planeta Tierra y la convivencia de toda la humanidad». Son palabras graves, menospreciadas por las grandes corporaciones depredadoras, porque se dan cuenta de que deberían cambiar de modo de producción, de consumo y de descarte. Pero prefieren el lucro al cuidado de la vida humana y terrenal.

No sin razón, el Papa Francisco ha convocado un Sínodo Panamazónico para octubre del presente año cuyo tema es: Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Se trata de la aplicación de su encíclica “sobre el cuidado de la Casa Común” para evitar una catástrofe socioecológica mundial. No se trata de una ecología ambiental y verde, sino de una ecología integral, que involucra el ambiente, la sociedad, la política, la economía, lo cotidiano y la dimensión espiritual.

Veamos algunos datos generales sobre el bioma amazónico: Cubre una extensión de 8.129.057 Km2 en nueve países: Brasil (67%), Perú (13%), Bolivia (11%), Colombia (6%), Ecuador (2%), Venezuela (1%), Surinam, Guyana y Guyana francesa (0,15). Viven allí 37.731.569 habitantes, 2,8 millones de los cuales son indígenas de 390 pueblos diferentes, que hablan 240 idiomas, de la rica matriz de 49 ramas lingüísticas, un fenómeno inigualable en la historia de la lingüística mundial.

Existen tres ríos amazónicos: el visible de la superficie; el aéreo, los llamados “ríos volantes” (cada copa de árbol con 20 metros de extensión produce 1000 litros de humedad que va a traer lluvias para el [bioma llamado] «cerrado», hacia el sur hasta el norte de Argentina); el tercero, invisible, es el río “rez do chão” (no confundir con el sitio turístico Rez do Chão), un río subterráneo que corre debajo del actual Amazonas.

Todo el bioma amazónico es un Bien Común de la Tierra y de la humanidad. En la visión de los astronautas eso es evidente: desde la Luna o desde sus naves espaciales, Tierra y Humanidad forman una única entidad. El ser humano es aquella porción de la Tierra que comenzó a sentir, a pensar, a amar y a cuidar. Somos Tierra, como enfatiza el Papa y la propia Biblia.

Ahora, en la fase planetaria, todos nos encontramos en una misma y única Casa Común. El tiempo de las naciones está pasando; ahora es el tiempo de la Tierra y tenemos que organizarnos para garantizar los medios que sustentarán nuestra vida y la de la naturaleza. Nadie es dueño de la Tierra. Ella es nuestro mayor Bien Común. Todos tienen derecho a estar en ella. Como la Amazonia es parte de la Tierra, nadie puede considerar sólo suyo lo que es un Bien de todos y para todos. Brasil, a lo máximo, posee la administración de la parte brasilera (67%) y lo está haciendo de forma irresponsable. De ahí la preocupación general.

Actualmente el bioma amazónico es objeto de la codicia mundial por causa de sus riquezas. Se está usando mucha violencia. Desde mediados de los años 1980 ha habido en la Amazonia brasilera más de 12 mártires, indígenas, laicos y religiosos; en Ecuador 6, en Perú 2 y en Colombia innumerables.

Los G 7 reunidos en agosto en Biarritz, se dieron cuenta de la importancia del bioma amazónico para el equilibrio de los climas y de la propia Tierra. Sospecho que la ven convencionalmente todavía, como un baúl de recursos para sus proyectos económicos. Sospecho que no han incorporado la visión de la nueva ecología que entiende la Tierra como un superorganismo vivo, y nosotros como parte de él y no como sus señores. Si la Amazonia fuese completamente abatida, todo el sur de Brasil hasta el norte de Argentina y de Uruguay se transformaría en un desierto. De ahí la importancia vital de ese bioma multinacional.

La irresponsabilidad de Bolsonaro es de tal magnitud, que juristas mundiales planean acusarlo de ecocidio, crimen reconocido por la ONU en 2006, y llevarlo al tribunal de los «crímenes contra la Humanidad». Termino con palabras de un indígena yanomami Miguel Xapuri Ianomâmi:

“Ustedes tienen Dios, nosotros tenemos Omama. Ella creó la vida, creó a los yanomamis, permite todo lo que sucede. Nosotros nos comunicamos con ella permanentemente”. ¿Quién en el mundo secularizado hablaría de corazón de esta forma?






lunes, 9 de septiembre de 2019

LA ECONOMÍA DE FRANCISCO, Por Frei Betto


El papa Francisco celebrará en Asís, Italia, del 26 al 28 de marzo de 2020, un encuentro mundial para repensar la economía global. Se invitará a jóvenes economistas de hasta 35 años de edad, empresarios y militantes de movimientos comprometidos con los cambios sociales.

Según Francisco, hay que buscar “una economía diferente, que haga vivir y no mate, incluya y no excluya, humanice y no deshumanice, cuide de la Creación y no la deprede. Un evento que nos ayude a estar juntos y conocernos, y que nos lleve a establecer un ‘pacto’ para cambiar la economía actual y darle un alma a la economía del mañana”.

En la encíclica Laudato si, Francisco escribió: “Subrayé que hoy, más que nunca, todo está íntimamente conectado, y la salvaguarda del ambiente no puede separarse de la justicia para con los pobres y la solución de los problemas estructurales de la economía mundial. Por tanto, es necesario corregir los modelos de crecimiento incapaces de garantizar el respeto al medio ambiente, la protección de la vida, el cuidado a la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores y los derechos de las generaciones futuras”.

Francisco afirmó en la convocatoria: “Queridísimos jóvenes, sé que son capaces de escuchar con el corazón los gritos cada vez más angustiosos de la Tierra y de sus pobres que claman por ayuda y responsabilidad, o sea, por alguien que responda y no se vuelva hacia el otro lado”.

Asís, la tierra de San Francisco, pionero de la crítica al capitalismo naciente y aliado de los más pobres, es la ciudad más adecuada para celebrar este evento, porque durante siglos fue “el símbolo y el mensaje de un humanismo de fraternidad”, dijo el papa. Juan Pablo II la eligió como emblema de una cultura de paz, y Francisco la considera un lugar que inspira una nueva economía.

Para el líder católico, es necesario “corregir los modelos de crecimiento incapaces de garantizar el respeto al medio ambiente, la aceptación de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores y los derechos de las futuras generaciones”.

Los interesados en el evento pueden inscribirse en el sitio http://francescoeconomy.org/ hasta el 30 de septiembre. También a través del sitio se podrán seguir todos los preparativos y, en marzo, la realización del encuentro.

En Asís habrá talleres, eventos artísticos y plenarias con renombrados economistas, especialistas en desarrollo sostenible, empresarios comprometidos con la búsqueda de una economía alternativa al capitalismo neoliberal que profundiza la desigualdad social y la devastación ambiental.

Ya han confirmado su presencia los premios Nobel Muhammad Yunus, conocido con “el banquero de los pobres”, y Amartya Sen, profesor de filosofía y economía en Harvard (EE.UU.) y Cambridge (Reino Unido). Participarán también especialistas en desarrollo sostenible y economía solidaria, como Bruno Frey, economista suizo; el músico y escritor brasileño Tony Belotto; Carlo Petrini, el italiano fundador de Slow Food; Kate Raworth, economista inglesa; Jeffrey Sachs, economista estadounidense interesado en las causas de la pobreza; la india Vandana Shiva, directora del Fórum Internacional sobre Globalización; y Stefano Zamagni, economista italiano.

No se trata de un evento en el que pocos hablan y muchos escuchan. El objetivo es promover intercambios entre teoría y práctica, a fin de elaborar una propuesta alternativa a la economía hegemónica, que genera exclusión social. Francisco espera que el encuentro trace las líneas generales de una economía justa, sustentable e inclusiva. En varios países, incluido Brasil, ya se vienen reuniendo grupos de trabajo.

Entre los inscritos seleccionados, se invitará a 500 jóvenes al pre-evento programado para el 24 y 25 de marzo de 2020 en Asís.

El modelo económico vigente en la mayoría de las naciones ha fracasado para 2/3 de la humanidad. Según Yuval Noah Harari en 21 lecciones para el siglo XXI, “hoy el 1% más rico es dueño de la mitad de la riqueza del mundo. Y lo que es aún más alarmante, las 100 personas más ricas poseen, en conjunto, más que las 4 000 millones más pobres” (p. 104).


Frei Betto es autor, entre otros libros, de Reinventar a vida (Vozes).

Traducción de Esther Perez

Copyright 2019 – Frei Betto -


QUIÉN ES FREI BETTO

El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico. conocido internacionalmente como teólogo de la liberación. Autor de 60 libros de diversos géneros literarios -novela, ensayo, policíaco, memorias, infantiles y juveniles, y de tema religioso en dos acasiones- en 1985 y en el 2005 fue premiado con el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores. 

Asesor de movimientos sociales, de las Comunidades Eclesiales de Base y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, participa activamente en la vida política del Brasil en los últimos 50 años.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

DECADENCIA DE OCCIDENTE O DECADENCIA DEL CAPITALISMO, Por Miguel Ángel Ramos Estrada


Antecedentes

Existe un intenso debate en muchos círculos académicos, think tanks, e instituciones de investigación en torno a la época histórica en que nos encontramos. Y más en este periodo en donde algunos afirman que las ideologías pasaron al cementerio de las ideas muertas o la persistente insistencia de un autor en afirmar que después de la desintegración de la URSS nos hallamos en el fin de la historia. Y uno de esos debates es la decadencia de Occidente.

En primer término que es Occidente. Según muchos autores y textos que se pueden hallar fácilmente en bibliotecas e incluso en el internet, Occidente es el conjunto de comunidades históricas y políticas que se ubicaron en la parte más occidental del continente europeo y que desarrollaron su cultura y proceso civilizatorio como producto de la evolución de Grecia y Roma y que de acuerdo a la visión eurocéntrica de la historia cubre la última fase de la época antigua y que culmina con la caída del Imperio Romano en el año 476 de nuestra era. Lo cierto es que el colapso del imperio romano se dio mucho antes cuando en el año 378 el ejército romano es derrotado en la Batalla de Adrianopolis por los godos y Roma nunca logró recuperarse de dicha derrota.

Otra definición mucho más concreta nos dice: “se entiende por occidente, a las naciones donde predomina la religión católica o protestante, el capitalismo y la democracia". Estas características, sin embargo, no son excluyentes, ya que hay países que no cumplen con alguno de estos requisitos pero, de todas formas, se incluyen dentro del mundo occidental. Alguien consideró en algún momento a Japón como la ventana de occidente en Asia, pero parece que los japoneses no están de acuerdo con esta acepción.

Lo cierto es que cuando los europeos arriban a las Américas en 1492, la historia del mundo registra un punto de inflexión y desde entonces españoles, portugueses, ingleses, franceses y holandeses se lanzan a la conquista del mundo a sangre y fuego y para el siglo XIX Europa controla extensas zonas de los territorios de los cinco continentes. A este periodo de control colonial y de auge de imperialismos europeos los historiadores la denominan la Bella Época y más específicamente su apogeo y consolidación se extiende entre 1870 a 1914.

Este capítulo de la historia europea entra en crisis con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-18) que resulta en el desmoronamiento del Imperio Alemán, el Imperio Austro húngaro, el Imperio Otomano y el Imperio Ruso, lo que da paso a la Revolución Rusa de 1917 y al debilitamiento de los imperios británico y francés. Vale anotar que la Guerra hispano americana de 1898 estrena a los EU como potencia imperialista. Al entrar EU en la Primera Guerra Mundial, Woodrow Wilson proclama: “Hay que hacer del mundo un lugar para la democracia” y que fue una respuesta ideológica a la Revolución Rusa.

La catástrofe que significó para Europa la Primera Guerra Mundial motivó a Oswald Spengler (1880-1936), filósofo e historiador alemán, a escribir una copiosa obra titulada la “Decadencia de Occidente” cuyo primer tomo se publica en 1918 y el segundo en 1923 y que se sigue discutiendo hoy. Lo destacado de este título es precisamente la palabra Occidente pues las convulsiones políticas que afectaron al continente europeo en las décadas de 1920 y 1930 llevaron al mundo a la Segunda Guerra Mundial con los resultados ya conocidos. Y el advenimiento de la Guerra fría conduce a una institucionalización del concepto Occidente y más exactamente Mundo Occidental como anatema del denominado mundo comunista.

Algunas ideas de Spengler

De una página web titulada 15/15/15 destacamos un extracto de un autor que se identifica con las iniciales GDF y que se titula “la Democracia y la Decadencia de Occidente y publicado el 2019-01-11”. El extracto es el del tenor siguiente:

“Spengler tenía una teoría “orgánica” de la Historia, y pensaba que todas las civilizaciones pasaban inevitablemente por las mismas fases que los organismos vivos, esto es: nacían, crecían, llegaban a su plenitud, entraban en decadencia y acababan desapareciendo. Desde luego, esa podemos decir que ha sido la trayectoria de todas las civilizaciones del pasado; y, para Spengler, la Civilización Occidental, que llamaba “Fáustica”, no será una excepción, a pesar de que esto contradecía y contradice el pensar mayoritario de los miembros de nuestra civilización (como ha ocurrido, por cierto, en el resto de todas las civilizaciones las cuales sentían todas eternas y ser la cima la Humanidad). Es mayoritario el pensamiento de que de alguna manera nuestra civilización, liderada por la Razón, la Ciencia y la Tecnología desarrolladas a partir del Renacimiento, es nada más y nada menos que la evolución natural del Ser Humano como especie, y no un caso particular más de civilización, una forma de entender el mundo entre otras muchas posibles. No, el destino de nuestra civilización, según el consenso existente, era —y es— sacar al Ser Humano, hasta en el último rincón del Mundo, de las tinieblas de la miseria, el miedo, la ignorancia y la superstición y encaminarnos hacia nuestro destino más allá de las estrellas… ¿Verdad que sí? Pero para Spengler no (bueno y en la actualidad para una minoría de personas, entre las que me incluyo, tampoco), y osa afirmar que nuestra civilización también perecerá, como el resto de las civilizaciones que la precedieron, junto con sus propios e inmensos sueños de grandeza”. 


Es obvio que Spengler partiendo de la idea de que la cultura y la civilización es un proceso vivo producto de la actividad del género humano a través del tiempo tiene un origen y tiene un fin y hasta cierto punto es un enfoque dialéctico y por tanto está en la lógica del orden natural. 


Otro autor, Andrés Ortega, en la página blog El Espectador Global, Política global, con fecha 10/04/2018 explica el fenómeno de manera más explícita y clara de la siguiente manera: 


“Cien años después vuelve a cundir que estamos ante el declive de Occidente –y más aún del orden relativamente mundial liberal que instauró–, aunque sea en términos relativos y poco tenga que ver con las causas que le atribuía Spengler a ese devenir. El pensador alemán, que rechazaba la visión eurocéntrica de la historia vista como antigua, medieval y moderna, consideró como inexorable, y casi mecánico, el desarrollo de lo que llamó las “altas culturas” (la “civilización” la veía como el comienzo del declive), en cuatro fases vitales: juventud, crecimiento, florecimiento y decadencia. Y en 1918 le había llegado el turno de esta última fase a ese fratricida Occidente, una de las ocho altas culturas que divisó: babilonia, egipcia, china, india, mesoamericana (azteca/maya), clásica (griega/romana), árabe (hebrea, semítica y cristiano-islámica) y occidental o europea-americana. 

Es una visión de lo que es “civilización” no tan lejana de la que planteara con su “choque” Samuel Huntington, pero muy distinta de la del filósofo iraní-canadiense Ramin Jahanbegloo. Éste, en su reciente Declive de la civilización (The Decline of Civilization), 100 años después del libro de Spengler, va más lejos. Considera que estamos en un proceso de “des-civilización” de la sociedad, que no significa ausencia de civilización, sino “un estado de civilización sin sentido e irreflexivo”, con un “déficit de empatía”, no sólo en Occidente sino en el mundo en general. 


Spengler se equivocó, claro, mas no sin interés. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) resultó en el ascenso de EEUU a preeminencia mundial y después a superpotencia global tras la segunda fase (1939-1945) de lo que fue una guerra civil europea y un conflicto mundial, que terminó llevando a la pérdida de sus imperios a las potencias del Viejo Continente. Entretanto surgió y se derrumbó (1917-1991) la Revolución Soviética, la URSS y la Guerra Fría que ganó Occidente, aunque quizá no tanto o tan bien como se creyó. Pues mientras Occidente la ganaba frente a la URSS, China resurgía de la mano de las Cuatro Modernizaciones de Deng Xiaoping a partir de 1982. Y desde la línea divisoria de 1989 –caída del Muro de Berlín y masacre de Tiananmén– ha revivido una Rusia nacionalista que Occidente no supo atraer e incorporar cuando pudo. Sobre todo, China, con un régimen de partido comunista y economía mixta, está recuperando un lugar en el mundo incluso más importante que el que tuviera antes de 1870, en parte gracias a haber sabido aprovechar al orden liberal y la globalización que impulsó Occidente”. 


La segunda cita de Andrés Ortega es muy clara y acertada, pues aun sin quererlo explica todo el proceso de contradicciones y asimetrías que ha sacudido al sistema capitalista en el siglo XX y XXI. No es la civilización occidental lo que está en crisis sino todo el orden económico, político, cultural, e institucional, es decir, de toda la formación económico social de nuestro tiempo y que muchos historiadores e intelectuales de nuestra época soslayan. 


Después de la desintegración de la URSS en 1991, paradójicamente se cumple la previsión de Marx descrita tanto en el Manifiesto Comunista como el El Capital, que el mundo entero seria cubierto por el capitalismo. En el siglo XVIII la declaración de Independencia de los EU reivindico el derecho de los pueblos a buscar la felicidad; la Revolución Francesa adopta como consigna La libertad, la Igualdad y la Fraternidad y el Reino Unido justifica su imperialismo bajo el manto de la Misión del Hombre Blanco. Hoy en día todos esos ideales y consignas han perdido su significado y para las elites económicas que dominan el mundo su único ideal es dinero, dinero y más dinero porque, como dice la novela, si el dinero no da la felicidad es todo lo demás. 


A esta realidad de hoy el Papa Juan Pablo II lo denominó capitalismo salvaje y hace 100 años Lenin lo califico como Capitalismo Parasitario y en Descomposición. Es lo que Karl Polanyi describiera en su obra la Gran Transformación como el colapso de la utopía liberal. Schumpeter introduce la idea de la destrucción creadora como producto del inevitable proceso de mutación industrial, pero con la robótica producto de la revolución 4.0, se genera la destrucción depredadora porque anula al ser humano como principal fuerza productiva. 


Lo anterior es lo que genera el escepticismo, el pesimismo, el auge de la religiosidad, la perplejidad, la crisis moral, la desvertebración de los valores y la desorientación ideológica y de metas que caracteriza nuestra época ante la clara desvalorización del ser humano. Esto es el típico entorno del mundo de las ideas de una sociedad en crisis y que ha entrado a un periodo de reacción. 


¿Existe realmente la Civilización Occidental? Una pregunta parecida se la hicieron a Gandhi y el respondió: “Es una buena idea”. El capitalismo tuvo sus primeras manifestaciones en Europa y más específicamente en Italia por los alrededores del siglo XII en los albores de la Baja Edad Media, por lo que no es casual que el renacimiento europeo tuviera su centro en Italia. Después del arribo de los europeos a las Américas en 1492, Europa registra una verdadera revolución en todos los campos. El capitalismo fue predominantemente comercial en los siglos XVI, XVII y parte del XVIII hasta el estallido de la Revolución Industrial. El capitalismo logró asentarse en Asia inicialmente en Japón lo que dio paso a la Revolución Meijji de 1868 y en la segunda mitad del siglo XX en Asia. Si como afirma Fernand Braudel, el capitalismo es una civilización que tuvo su origen en Europa, y posteriormente se difundió en América del Norte, tanto el Asia, Irán y Turquía, demuestran que no es patrimonio exclusivo del denominado mundo Occidental porque, como afirmara Gandhi, Occidente no es más que una buena idea. Siendo esto así, lo que estalla en la Primera Guerra Mundial no es la Decadencia de Occidente sino la Crisis General del Capitalismo que se ha expresado en diferentes episodios y manifestaciones desde entonces hasta hoy. El largo siglo XX, que algunos consideran terminó en 1989 con el derrumbamiento del Muro de Berlín, en realidad no ha terminado sino que entró en una segunda parte y que vivimos hoy.