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domingo, 1 de agosto de 2021

SOBRE EL OFICIO Y LA EXPERIENCIA DEL DUDADOR por Claudio Javier Castelli

 

OBERTURA (31 de Julio y 1º de Agosto):


 DUDAS, AMBIGüEDADES Y CERTEZAS


¡Qué extraño es el mundo que vivimos? No hay nada sólido, basal en que apoyarnos, ni siquiera los abrazos, las caricias a los niños y niñas, el resplandor de lo sagrado. Todo es evanescente. Es como si viviéramos en un utópico no lugar que encierra todas las distopías posibles. Ni siquiera nos está permitido soñar, amar, ser como realmente somos. Los locos en realidad nunca se ajustaron o fueron resilientes a ningún mundo. Otros imponen la ley y los balazos.

Esos otros están fuera del mundo y son apuntadores teatrales que intervienen insistentemente ante la mínima amenaza. Pero todo los amenaza. ¿De qué tienen miedo? Mundo paroxístico, artificial. Mera apariencia. Nada hay más allá del mundo burgués, con sus muros, su estropicio, su vigilante estulticia. Sus discurseadores, admoniciones, sermones de odio y tentáculos inteligentes.

La estructura de los edificios está hecha de voces y trasquiladas. Hace treinta y dos años que deambulamos en este no lugar hecho de baratijas y mercachifles. Falta medrar con una pareja de osos amaestrados. ¿Y el mono que adivina el pensamiento? 

¿Qué vuelvan los gitanos? Ellos sí. Ellos saben de peregrinar. De rumiar. 

Los únicos que luchan son los astrólogos. 

Pronto los casamientos se harán en supermercados. El Gerente Comercial será el Oficial Público. 

¿Querían vivir en la naturaleza, en el campo? Ya estamos. No hay alambrados, ni tranqueras. 

No solo huyen los poetas, Raúl Gustavo Aguirre. Huyen todos y todas. Todos huimos. Nadie sabe bien de qué. 

Pensar en la muerte y esas cosas es como mirar el propio documento de identidad, archiconocido.

Es inútil hablar de perversión, de narcicismo, de falta de límites. Nadie tiene límites aquí.

El amor, cualquiera sea la forma o modo en que se exprese, es como un elefante en un bazar.

Ellas y elles también están huyendo. 

¿Habrá alguien lúcido aquí en la fila? 

Los poetas, los locos y los místicos, no. Solo reparten la mínima porción de caos imprescindible para estar vivos o vivas, como pedía Friedrich Nietzsche.

Nadie quiere caos. Todos están en una escalera con una pila enorme de libros en sus manos. Se mueven un poquito y se desbandan.

¿Alguien vendrá? Nadie.

Es como esas noches de insomnio en que deambulamos por la casa buscando en la música una migaja de vigilia. Y dormir después.

Si la porción de caos necesaria aumenta en un centésimo te descerrajan un balazo.

¿Noches de amor? Y sí. Todos y todas cambian los colchones. ¿Y?

¿Viajar? ¿Mirar series? ¿Vicios juveniles? ¿Divanes y divanes? ¿Y?

¿Escribir? ¿Antidepresivos? Se regalan como naranjas. ¿Y?

¿Encantos juveniles? ¿Y? 

¿Pasar con quien no debas pasar? ¿Y?

Ellas hablan de cuidado. Arturo Enrique Sampay también hablaba de lo mismo. Santo Tomás mucho antes. ¿Y quién cuida a quién? ¿Nos dejamos cuidar?

¿Cuidamos a quienes merecen ser cuidados? Pareciera que no.

Pero todos gozamos acá. No solamente los filósofos.

¿Buscar el lugar de lo real? No hay lugar. Todos son puntos de vista.

¿Este texto es malestar de viejo acomodado?

Siempre nos sentimos incómodos. Pero el mundo se volvió un lugar incómodo. Entonces ya no tiene gracia. Cansa.

Miremos a los costados. ¿Alguien mira a los costados? Las miradas son todas de soslayo.

Tato Bores tenía su momento de solaz con algún artista reconocido. Después venía la tanda de publicidad. La publicidad nos sobrevivirá.

¿Todo es grupo, todo es farsa, Discépolo? 

-Como la farsa de la ilusión.

¿Todos y todas dicen soñar? Soñemos entonces. 

No vale soñar mundos posibles que se parecen demasiado a la realidad.

Así no es el juego.

¿Pero quién pone las reglas?

¿Se acuerdan de la suspensión del mundo, del poner entre paréntesis, de la desconexión fenomenológica husserliana (Epojé)?. Recuerdan que no es duda positivista.

Bueno un poco de ese método nos hace falta para volver a contemplar  el mundo tal como es, y soñar tal como sueñan los que sueñan. 


Los textos 


Corría el año 1987, el escriba concurría al Taller de Escritura del fallecido Hugo Correa Luna (Novelista y poeta), cuando éste pidió a los talleristas,  como consigna, inventar un oficio y caracterizarlo, contar una experiencia con el oficio, y elaborar una teoría;  sobre los tres había que escribir. 

Uno de ellos, la teoría del dudador, se perdió en el tiempo. Solo resistieron los dos primeros.

No entiendo cómo han sobrevivido al paso de los años con sus vicisitudes, mudanzas, etc. 

Fueron pulidos este año.

No hay más. 


Basta de alharacas y vamos a los textos:




"-Mi trabajo es algo terrible. En otros tiempos era razonable; apagaba el farol por la mañana y lo encendía por la tarde. Tenía el resto del día para reposar y el resto de la noche para dormir".

Antoine de Saint-Exupéry



El dudador


El oficio de dudador importa el planteamiento permanente de interrogantes, de cuestionamientos, de dudas. Trata de lograr la hesitación en el interlocutor o interlocutoras o interlocutores.

Brinda servicios individuales, grupales, institucionales, estaduales, y empresariales, etc.

Es imprescindible su actuación en las ciencias jurídicas, sociales y también en las dadas en llamarse Exactas.

En la matemática al remanido ejemplo que dos más dos es cuatro, le impone que no puede descartarse que sea cinco o siete u ocho.

Esta ciencia -ciencia ¿digo? - ha superado la Teoría de la Relatividad, el Origen de las Especies, el materialismo dialéctico, la teología sistemática, la economía según los economistas de los medios de comunicación, el absoluto hegeliano, los dioses griegos, naturales y cristianos, las creencias del sentido común, el Tarot, las almas de los espiritistas,  las brujerías y los  manosantas.

La “Unión de Dudadores argentinos” es el Colegio que se ha organizado o desorganizado con la Ley 12533 -de la época de Perón si es que es cierto que existió este personaje- que regula todo lo concerniente al ejercicio profesional.

Entre sus normas se establecen las horas diarias de trabajo que no pueden exceder de las 24horas, y las vacaciones anuales que pueden ser de trescientos sesenta y cinco días, según dicen.

El carnet habilitante exige trabajar no menos de dos años como ayudante de un Dudador Matriculado, siempre que fuese su deseo.

El servicio individual puede resultar abismoso en personalidades autoritarias, o inciertas que hacen de la duda su modo de vida sin saberlo. Pero en las primeras pueden ser peligroso, así como en místicos, dogmáticos, absolutos, etc., dada la conocida dificultad de éstas para aceptar un estado dubitativo en su espíritu. Quizá por el famoso dicho de un famoso pensador: “La duda es una jactancia de los intelectuales”; sin embargo, los dudadores no son más que pensadores, o psicoanalistas, o, tal vez, intelectuales, o una simple actitud vital, o mera jactancia, o, todo lo contrario, en fin.

La asistencia a parejas es muy importante, pues ayuda a definir o indefinir situaciones críticas; o bien crear rencillas en parejas aparentemente sólidas en sus vínculos. Es vital en adolescentes y hombres y mujeres maduras.

A las empresas les resulta útil o inútil poner duda: cálculos de costos, liquidaciones de sueldos, ganancias esperadas, utilidades a distribuir, porcentajes de las economías manejadas “en negro”, o porcentaje del capital en “guaridas fiscales”, montos de las evasiones impositivas, capital atentamente distribuido en sobornos, dibujos contables, honorarios de abogados defensores, periodistas militantes de las empresas, posibilidades de la quiebra, etc.

En las llamadas filosofías absolutas o metafísicas del Ente o del Ser puede llegar a elucubrar que más allá, o después de todo: hay un Fuher o un Duce, o un príncipe, una ley natural, un mito o un capricho; y pueden también diferenciar aquello que, teniendo signos característicos de humanidad, tiene mayor semejanza con las cosas, los artefactos, los animales, por ejemplo: los perros.

En la política, sobre todo, en los países antiguamente denominados del Tercer Mundo, o en vías de desarrollo, o subdesarrollado, algunos dudadores afirman y otros niegan, otros dudan, de las grandes posibilidades o imposibilidades abiertas para esta ciencia, profesión, oficio o actitud. Si verdaderamente existen esos países y esa denominada profesión.

Algunos dudadores convencidos y otros, inseguros, pusilánimes, no tan seguros, insisten que en esos existentes, inexistentes, supuestos o imaginarios países: la incertidumbre es natural de su pasado presente y futuro.

Somos bastantes escépticos de todo esto, no lo descartamos o inclusive lo creemos…

Quizás…


1987.2021



             Experiencia o inexperiencia de un dudador


Felipe miraba sin ver

diferentes puntos, circunstancias 

o nadas.

La cita era a las cuatro de la tarde 

o de la madrugada.

Dolores esperaba diez minutos antes de lo acordado

y cinco minutos después de la cita; su actitud contrastaba

con el tránsito alocado de la avenida. 

Era similar.

Felipe vino antes, pero esperaba mucho después.

El final era previsto. No así el desenlace.

En el ambiguo pasillo se opacaba un letrero:


CECILIO AZNARES

DUDADOR


Éste sobrevivía a expedientes

prolijamente desordenados

en las bibliotecas 

de su estudio,

casa,

o departamento,

o vivienda,

aguantadero

o bulín.

No lo sorprendió el inesperado timbre.

Lo exaltó.

Felipe habló del pasado

Dolores del futuro.

Felipe habló de su profesión

Dolores de su empresa,

Felipe habló del azul

Dolores del celeste,

Felipe habló de ella,

Dolores habló de él,

Felipe dijo que ella exigía todo el tiempo

Dolores dijo que él soñaba todo el año. 

Felipe habló del horizonte,

Dolores habló del ocaso,

Felipe calló,

Dolores enmudeció,

Ambos sollozaron.

Aznares puso todo en duda:

el amor, el odio, el pasado, el futuro, 

el azul, el celeste, el ocaso, el horizonte,

el silencio, el llanto,

el vínculo, sus nombres, profesiones,

y hasta si se conocían, no como novios,

sino como se conocen las gentes

en un barrio.

La pareja entretejía pensamientos,

manías, pulsiones,

obsesiones

y compras en la feria.

Avanzado el tiempo o la entrevista

se dejaba entrever el desenlace

no así el final.

En eso estaban cuando Aznares

con cuarenta años de Dudador,

nunca convencido de su oficio,

advirtió que los servicios prestados

eran menos necesidades profesionales

que artificios de la costumbre,

laberintos de la rutina;

como en las películas yanquis 

sobre abogados 

que encuentran en un caso

la ilusión de su vida,

habló 

de la injusticia de la soledad, 

los tormentos de la nostalgia,

“del misterio de adiós”

que dejan los trenes;

la infinita pasión

resistente al paso de los años;

la vejez que acobarda 

a los hombres,

la muerte irresoluble,

a la tolerancia sin ambages,

a la ilusión en todo

lo que existe,

y la desilusión persistente

cuando se cierran las puertas,

al coraje de la insistencia,

a la fuerza de continuar,

al sencillo hábito de cultivar

los sanos y perdurables afectos.

Se levantó de la silla

como hablándose a sí mismo,

y al más allá,

como quebrándose de dolor,

porque él también pasajero

de un mundo inexplicable

a pesar de interminables certezas,

ambigüedades, y sutilezas;

trató de rescatar

de un desván

sin hospitales,

ni curas,

ni pastores,

ni filósofos,

ni políticos,

el cogollo en penumbras

del amor 

como única apuesta titilante

entre toda esta celosa podredumbre.

La pareja dudó 

su irresolución permanente;

no se sorprendió,

pero Felipe y Dolores

se sorprendieron

del grosero desliz 

del profesional requerido,

y recomendado

como el Dudador

más brillante

exitoso,

enriquecido,

y fracasado

en su especialidad.

Aznares reconoció

su irrazonable actitud,

su razonable

descreimiento

del éxito y

del fracaso,

y su injustificado heroísmo.

Hizo un gesto

y los tres no se levantaron

 se pusieron de pie.

Saludos 

con gestos torpes,

e incómodos.

Dolores impresionada

por la escena imprevista,

abrochó su cartera,

y antes que Felipe abriera la puerta

le echó un vistazo a Aznares,

quien prendió un cigarrillo,

escupió las volutas

en aguardentosa voz

transformada en prédica

sobre el calor de los abrazos,

los irresistibles olvidos,

y las posibilidades inextinguibles

de un hombre y una mujer

que se acompañan

y sueñan.


...

En la calle,

Dolores y Felipe

sin rencores,

sin lágrimas,

y sin despedida

se dieron un largo

y doloroso abrazo

comprensivo 

del ignorado adiós.

Felipe y Dolores formaron nuevas familias

y olvidaron en el absurdo trajinar del tiempo

aquel amor juvenil.

Semanalmente en un conocido hotel

de un desconocido barrio

se desencuentran con desesperación.

Para ellos: 

Aznares les irresolvió

sus vidas.

Esta experiencia fue relatada

por el citado profesional en unas jornadas

organizadas por la Facultad del Dudador

de la Universidad de Buenos Aires.

Dicha experiencia nunca fue comprobada,

ni mucho menos las documentadas jornadas.

Ningún Aznares figuraba en la inexistente matrícula

de la dudosa profesión.

Algunos mayores dicen que lo conocieron

 y que la UBA le entregó el doctorado Honoris causa

a Cecilio Aznares en 1990. Pero no aceptó la distinción

pues dudó de su merecimiento.

Hubo un Cecilio Aznares, poeta 

sin mayores pretensiones

que en un desconocido 

suburbio del conurbano

contó esta experiencia

al calor del alcohol,

los cigarrillos,

y el taller de escritura.

Otros dicen que Aznares había muerto

de cáncer generalizado

el dos de septiembre de 1975

a los ochenta y pico de años

después de una vida

sin mayores sobresaltos.

Cecilio Aznares, 1992.

Este relato no fue incluido en ningún libro.

El Editor.

1987.2021











sábado, 24 de julio de 2021

PASAJE OBELISCO SUR por Claudio Javier Castelli

 

OBERTURA: 


Demasiados muros para una conciencia


Pierre Menard, quiso escribir “El Quijote” tal como Miguel de Cervantes Saavedra lo hizo; pero Borges sabía que era imposible tendría que haber vivido en el Siglo XVI, haber combatido contra los Turcos, ser un católico de la época, y haber transitado todas las peripecias vitales del autor original, y aunque lograra escribir párrafos iguales nunca serían interpretados de la misma forma que al primero.

Repetir es imposible: “nadie se baña dos veces en el agua de un mismo río”, pero hay tramas históricas que vuelven una y otra vez a configurarse, y cierta permanencia de corte metafísico -en el sentido hegeliano- de complejidades dialécticas insistentes en la matriz de las realidades históricas y los proceso sociales.

La dictadura significó represión, torturas, desaparecidos, crímenes variopintos, exilios, dolores, luchas,  y Martínez de Hoz y los “Chicago Boys" Fue  “Monseñor” Magliocco sacándonos de una Comisaría, y las clases de Alejandro Chafuen en la Facultad de Derecho de la UBA, sobre la libre empresa, el libre mercado, los beneficios de Chile de Pinochet,  y el origen del capitalismo que encontraba en los escolásticos Hoy Chafuen, residente en los Estados Unidos,  es presidente de una poderosa red de derecha –ATLAS- con vínculos en las élites corporativas norteamericanas. Era un “Chicago Boys”. 

Las clases eran buenas, los debates encendidos e interminables.

El escriba –formado en el nacionalismo popular de José María Rosa, el nacionalismo de izquierda de Jorge Abelardo Ramos, y el provinciano de transitar el sentir popular- sabía entonces las consecuencias perversas que tendrían en nuestro país las políticas económicas neoliberales. La propia historia del país lo demostraba. ¿Qué más pruebas necesitaba?.

Acaso necesitaba ver el ascenso del capitalismo financiero, su origen, sus trapisondas, su voracidad, desde el Banco Central a fines del alfonsinismo y comienzos del menemismo. En eso anduvo.

Tales experiencias le cambiaron la visión provinciana del mundo burgués. Era mucho más serio y poderoso el adversario. ¿Qué podría hacer el Estado nacional y que podría hacer el escriba con su propia vida como testigo privilegiado?

Por empezar abandonar sus clases de Derecho Penal en la Facultad de Derecho de la UBA y buscar un esquema conceptual filosófico potente que fuera contundente como el adversario. Ni Marx daba las respuestas a ese nuevo mundo en gestación aunque tanto él, como Lenin, lo vislumbraron.

¿Se habían dado cuenta en el país el significado para el presente y el futuro de sus habitantes y de sus instituciones democráticas? Pareciera que  muchos sí, y es posible que les gustara la apuesta. Otros iniciaron o continuaron el camino de la resistencia pero dirigieron sus acciones en otros campos. Y otros, algunos, buscaron las formas de atenuar los perjuicios en ese “mundillo”. 

Apartado del Banco Central por Roque Fernández –en Diciembre de 1993- acompañó a Alberto Fernández –hoy presidente- en la Superintendencia de Seguros de la Nación, y se encontró con el mismo poder financiero haciendo estragos. 

Simultáneamente los yanquis comprendieron el problema del capital financiero como forastero en la tierra y crearon el delito de lavado de dinero y las UIFs. a través del GAFI (Grupo de acción financiera internacional) que reunía a las grandes potencias e integra hoy la Argentina.

Era ese el lugar donde finalmente trabajó durante quince años – la UIF, con interrupciones-. Ya en los noventa concibió que el peronismo en su doctrinario fundante, el cristianismo, la doctrina social de la Iglesia Católica, el pueblo unido, la cultura del país, las personalidades indóciles y rebeldes, el ejercicio de una ética de las convicciones y jugarse por ellas, y posteriormente comprendió que el feminismo, la radicalización de la democracia, el populismo peronista, las luchas de las minorías, la raíz del romanticismo alemán -cuyas consecuencias se extienden hasta los movimientos de “Mayo del 68” en París, tesis de Isaiah Berlin compartida-,  podrían contrarrestarlos aunque no neutralizarlo.

El capital financiero disuelve las fronteras de los Estados Nacionales, pulveriza la cultura de un país, degrada sus instituciones democráticas, somete a sus dirigentes, genera más pobres y excluidos en todos lados, concentra la economía, beneficia a una minoría y construye una subjetividad lábil, acomodaticia, desmemoriada, acompañante de los procesos, sin convicciones, sin resistencias ni valoraciones, cuya principal característica es el afán de “sentirse bien”, sin mayores lazos con lo social e histórico, sin compromiso con el devenir de los otros, sin complejidades conceptuales, y funcional para trabajos precarios, subempleos, inestabilidades, vida azarosa.

Es de “esto” de lo que hablamos desde los dos blogs y  la agrupación de Vagos y Vagas Peronistas con las tramas, pliegues, sutilezas, o firmezas con que el capital financiero se configura en el mundo.

Cristina Fernández de Kirchner entendió más que nadie de qué va la cosa en este bendito país  con el entramado financiero mundial.

Disolvamos los “fantasmas” anclados en un mundo que ya no existe, tendamos lazos entre quienes luchamos por la emancipación y la radicalización de la democracia desde el Frente de Todos y el lugar que cada uno ocupe,  y resistamos este adversario que no es ningún fantasma sino realidad efectiva del poder en el mundo y nuestro país.

El Estado nacional es la viga más poderosa que tenemos, el Mercosur, la necesaria UNASUR, los pueblos soberanos de Latinoamérica cualquiera sea el sistema político que hayan concebido son vías para poder pergeñar otro mundo posible, “abuenar” el capitalismo, o emular a los rebeldes primaverales de Praga, y pensar un “capitalismo con rostro humano”. ¿Se podrá? Debemos poderlo.

Al fin y al cabo en los setenta decíamos que la primera contradicción del mundo capitalista era Imperio-Nación. Hoy el Imperio, sometido también a sus servicios ofrece sus tentáculos financieros, mascarón de proa, como antiguamente la espada y la Biblia de los conquistadores. 

Ideas compartidas  fueron vertidas por Eugenio Raúl Zaffaroni y Ricardo Rouvier en sus últimas notas en la Revista Cultural Tecla Ñ.

La democracia no es un formulario que uno tenga que llenar con adhesiones para ser admitido en un club cuyo ideario fundacional son los “paraísos artificiales del consenso”, sino vida y acción pensante de sujetos individuales y colectivos integrados en comunidades que satisfagan las necesidades sociales, económicas, políticas y espirituales de cada uno de sus miembros respetando la diversidad, la pluralidad, el disenso o aún la indiferencia, sobre el destino compartido.

Observemos el presente de algunos países centroamericanos –tan cerca del Imperio-: minorías acomodadas (30% estimativamente) y el resto (70%) a la “buena de Dios” mientras circulan de un lado a otro los productos financieros y mercaderías de las corporaciones multinacionales disuelto todo límite nacional. Esos productos y esas mercaderías son  inaccesibles a esas mayorías. 

¿Queremos ese destino para nuestro país?

En los setenta, en la Residencia Universitaria “San José”, en la Abadía de San Benito, después de almorzar nos sumergíamos en el “Tute Cabrero” –en plena  dictadura- el escriba, empleado judicial, sabía del tenebroso presente en aquel entonces, ante esa ritualidad sentía una angustia infinita, posiblemente la misma que siente hoy cuando muchos compañeros políticos o no parecen estar apostando al mismo juego y las esquirlas financieras nos están tapando los pies y la tierra hace treinta y un años que tiembla debajo.

¿Habrá que haber tenido el privilegio de ser testigos?

¿Cuántas veces dijimos desde este blog: “Abramos los ojos”? ¿O resulta que es demasiado tarde?

Mientras haya peronismo en el poder del Estado hay esperanzas.

Claudio Javier Castelli

24 de Julio de 2021


El poema se escribió una noche larga de este Julio, el recuerdo de una ciudad  puede ser una forma de atenuar los sinsabores pandémicos y de resistir a los dueños del mundo. 

Basta de alharacas y vamos al poema: 




Pasaje obelisco sur


Tarde con peso de escoba lustrando zapatos,

hilera subterránea,

manicuras sin revistas de modas.


Cómo cansarse de lustrar zapatos,

aprendiz de estatua, bronce,

bronce, digo bronce acicalado.


Arola gamuzada en secador de pies,

-Oiga: casa sin sucursal,

 con vueltos fáciles.


Desnudez en papel de zapatos,

Calendario llagado de aserrín y espuma.


Días y días desparramando aceite

en escaleras y pasillos entre humanos entretejidos

sin mirar zapatos atentamente brillosos.


Olor a almanaque recién cocido,

batahola, desbande musical vespertino,

tarde arrojada como abrochadora de escritorio,

como colectivo rojo de tanto violar semáforos.


Manos y pies para lustrar palabras,

para quedarse así nomás 

como  betún atardecido,

como cepillo.

No importa la cera gamuzada en hileras,

no importa el batifondo huidizo de zapatos.


Huyentes zapatos porque tienen miedo

de alcanzar las escobas con tardes embrujadas

de tanto aspirar betún.


Rincones espumosos de pasos y Arola,

se enjuagan las manos con jabón del andén,

y las escaleras repletas de hollín y raso

descienden al festín 

mientras el enano 

se rasca la cien.


Allí el peluquero

muestra los tamangos

y corta la tarde

pasada las seis.


Tarde peatonal,

los espejos y los relojes

te llaman: Diosa.


Claudio Javier Castelli

Julio de 2021




 

 



jueves, 21 de marzo de 2019

¿SHAMPOO, CHAMPÚ O SHAMPÚ?, Por Claudio Javier Castelli para Vagos y Derecho

OBERTURA DEL EDITOR: El texto siguiente se escribió originalmente como nota de Facebook, el 21 de Septiembre de 2013, a propósito del Manifiesto sobre la Soberanía Idiomática que difundían por aquel año un grupo de intelectuales entre quienes estaban Horacio González y María Pía López, Director de la Biblioteca Nacional y Directora del Museo de la Lengua, respectivamentehttps://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-229172-2013-09-17.html. Viene a cuento su publicación en este blog en relación al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, que se realiza en la Pcia. de Córdoba este año; y como tentativa de reinstaurar el debate sobre la Soberanía Idiomática, imprescindible en una Nación autónoma e independiente. 



¿SHAMPOO, CHAMPÚ O SHAMPÚ?


La utilización de palabras extranjeras, en el habla culta y popular es muy antigua en el castellano pero en los últimos tiempos con el avance de la informática, y la hegemonía cultural norteamericana es un modismo utilizado permanentemente aun cuando en el castellano existan términos equivalentes. 

Por ejemplo, en los medios académicos es muy común el término "abstract", para referirse a un resumen o extracto de un artículo o investigación. Pero esas dos palabras que lo explican son sus equivalentes en el castellano. Cada uno puede utilizar la que crea conveniente. Pero el idioma tiene mucho de la identidad cultural y de referencias simbólicas y significativas de los habitantes de un país, o región para internalizar en las conciencias un aura, un "aire de aquí".

Hace unos días un grupo de escritores, ensayistas, intelectuales, Licenciados en Letras, etc., hizo un manifiesto sobre la Soberanía idiomática, poniendo como eje de la discusión al mundo latinoamericano en relación a la Real Academia Española. 

No vamos a explayarnos aquí sobre esa cuestión, solamente queremos puntualizar en el uso en el Río de la Plata de la voz del título como ejemplo del problema a resolver.

En el año 2005 se publicó el "Diccionario Panhispánico de dudas", de la RAE, al respecto dice: "champú: Adaptación gráfica de la voz inglesa shampoo, "jabón líquido para lavar el pelo". Su plural es champús.

Sabido que la ch en castellano se pronuncia che, y en algunas hablas dialectales de hispanoamérica y del sur de España se pronuncia sh, semejante a la sh inglesa.

Lo cierto es que en el castellano del Río de la Plata se pronuncia shampú. El diccionario mencionado dice que "Es inadmisible la forma híbrida -de escritura- shampú, que no es ni inglesa ni española". Sin embargo es la forma en que se pronuncia en esta zona y muchas otras como derivación y pronunciación del inglés al castellano. 

¿Por qué no podría escribirse así a medio camino de los dos idiomas y como referente del sentido en la conciencia del hablante?. Pues quien dice "shampoo" sabe que es una voz extranjera cuando menos. ¿Por qué no escribimos shampú?

Se podría parangonar con champán, adaptación gráfica de la voz francesa "champagne", y que también se pronuncia con el sonido sh.

Tampoco podría conseguirse un atajo con el yeismo, y escribir yampú, o yampán. Esto último parecería claramente incorrecto, pero ¿por qué?

En el castellano hay una correspondencia más segura entre la grafía de las palabras, y la pronunciación, que en el Inglés por ejemplo. Parecería que acercar cada vez más los grafemas y los fonemas en una vocalización uniforme es hasta si se quiere más racional.

Defender el habla de un país no es exactamente lo mismo que defender el idioma de un país. La lengua tiene contornos más amplios para ser defendida.

Pero tal vez, propugnar una armonía entre la escritura y la pronunciación, pueda ser parte de esa bandera de soberanía idiomática que proponen algunos, hoy elegidos, pero que tienen que ampliarse en un debate más profundo donde puedan participar todos los que quieran, hablen bien o mal. Porqué en definitiva ese bien o mal es una norma y debe cuestionarse quién la impone desde dónde y hacia dónde.

Cuanto más democrático sea el debate mayores serán los matices de los problemas a resolver de la lengua y océano en que nos encontramos sumidos una veintena de países que hablan el castellano, en esta parte del mundo.





viernes, 21 de diciembre de 2018

LA TONTERÍA DEL ANTIGLOBALISMO, Por Leonardo Boff



OBERTURA DEL EDITOR: 


"Lo que tienen en común las ultraderechas actuales es haberse librado de los complejos e inhibiciones democráticas procedentes del clima político posterior a la segunda guerra mundial del siglo XX. El decidido y sobreactuado retorno a una identidad nacional que se presenta con un relato épico sin fisuras tiene a lo “extranjero” como la amenaza, el exterior, que puede atentar contra la unidad plena y consistente que las ultraderechas presentan como identidad nacional",  así empieza la nota publicada el 20 de diciembre en Página12 realizada por Jorge Alemán  (https://www.pagina12.com.ar/163276-ultraderechas), que es justo relacionar con esta nota de Leonardo Boff, pues ambas ponen en el acento en la vuelta de cierto "nacionalismo" racista -Alemán- y ciego y tonto -Boff-. Es interesante también lo que agrega Alemán: "La ultraderecha se opone al establishment político, pero nunca al entramado corporativo que sostiene al Capitalismo neoliberal. Su antagonismo real es con lo extranjero". La pregunta que nos hacemos es ¿Qué nacionalismo es este que no pone en cuestión el poder financiero internacional? Nacionalismo de "pacotilla" decimos nosotros, que devotos del nacionalismo popular y liberador en un país colonial sabemos anteponerlo al nacionalismo de los países opresores usinas del capitalismo neoliberal. Pero sabemos no solo por los años vividos, sino porque el peronismo nos lo contó, y un narrador destacado fue Juan José Hernández Arregui, en "Nacionalismo y Liberación", Peña Lillo, Ediciones Continente,2004, sobre todo en el brillante artículo introductorio: ¿Qué es el nacionalismo? (Alrededor de los temas centrales del libro), pág. 11/51. Allí dice: "Toda teoría nacionalista que prescinda de la potencia numérica y la conciencia histórica de las masas es una abstracción inservible mutilada de la lucha nacional del pueblo" (...) "Un nacionalismo ligado a las clases privilegiadas -aunque adopte, a veces, cierta actitud crítica frente a ellas- y un nacionalismo que se expresa en la voluntad emancipadora de las grandes masas populares" -pág.13-. Pero como dice Hegel -recordado también por Hernández Arregui (pág. 15)- "Lo único que enseña la historia es que la gente jamás aprendió nada". Ahora sí, basta de alharacas y vamos al artículo de Leonardo Boff:



La tontería del antiglobalismo

Se está produciendo en todo el mundo una ola anti-globalista. Tal vez pocas cosas sean más regresivas y disparatadas en el mundo actual que ésta. Había un cierto anti-globalismo, fruto del proteccionismo de varios países, pero que no amenazaba el proceso general e irreversible de la globalización. Esa ola fue asumida como plataforma política por Donald Trump que, según el premio Nobel en economía Paul Krugman, sería uno de los presidentes más tontos de la historia norteamericana. Lo mismo sirve para nuestro recién electo presidente brasileño, el ex capitán Bolsonaro y sus Ministros de Educación y de Relaciones Exteriores, negacionistas de este fenómeno, que sólo personas desinformadas y con prejuicios no perciben.

¿Por qué se trata de un disparate de los más insensatos? Porque va directamente contra la lógica del proceso histórico incontenible. Hemos alcanzado un nuevo estadio en la historia de la Tierra y de la Humanidad. Si no, veamos: hace miles de años, los seres humanos, surgidos en África (todos somos africanos), empezaron a dispersarse por el vasto mundo, comenzando por Eurasia y terminando en Oceanía. Al final del paleolítico superior, hace cuarenta mil años, ya ocupaban todo el planeta con cerca de un millón de personas.

Desde el siglo XVI comenzó la vuelta de la diáspora. En 1519-1522 Fernando de Magallanes realizó la primera vuelta al planeta, comprobando que es redondo. Cada lugar puede ser alcanzado desde cualquier lugar. El proyecto colonialista europeo occidentalizó el mundo. Grandes redes, especialmente comerciales, conectaron a todos con todos. Este proceso se prolongó desde siglo XVII al XIX cuando el imperialismo europeo, a hierro y fuego, sometió el mundo entero a sus intereses. Nosotros, los del Extremo-Occidente nacimos ya globalizados. Este movimiento se reforzó en el siglo XX, después de la segunda guerra mundial. Y en los tiempos actuales, cuando las redes sociales nos hicieron a todos vecinos, a la velocidad de la luz, y la economía comandó el proceso, especialmente a través de la “gran transformación” (K. Polanyi), que significó el paso de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Todo, todo, hasta lo más sagrado de la verdad y de la religión, se convirtió en mercancía. Karl Marx en La Miseria de la Filosofía (1847) llamó a esto “la corrupción general” y la “venalidad universal”.

La globalización que los franceses prefieren llamar, con mayor razón, planetización, es un hecho histórico innegable. Todos nos estamos encontrando en un mismo lugar: en el planeta Tierra. Estamos en la fase tiranosáurica de la globalización, que viene siendo hecha bajo el signo de la economía mundialmente integrada, voraz como el mayor de los dinos, el tiranosaurio, al ser profundamente inhumana, por la pobreza que causa y por la acumulación absurda que permite.

Ya hemos entrado en la fase humano-social de la globalización por algunos factores que se han vuelto universales, como la ONU, la OMC, la FAO y otros, los derechos humanos, el espíritu democrático, la percepción de un destino común Tierra-Humanidad y el ser el homo sapiens sapiens y demens, una única especie.

Notamos ya los albores de la fase ecozoico-espiritual de la globalización. La ecología integral y la vida en su diversidad, y no la economía, tendrán la centralidad, la reverencia ante todo lo creado y un nuevo acuerdo con la Tierra, vista como Madre y como un super Organismo vivo que debemos cuidar y amar, valores profundamente espirituales. Crece la noción de que somos aquella porción de la Tierra viva que con un alto grado de complejidad comenzó a sentir, a pensar, a amar y a venerar. Tierra y Humanidad formamos una única entidad, como bien testificaron los astronautas desde sus naves espaciales.

Ha llegado el momento, como profetizaba el paleontólogo y científico Pierre Teilhard de Chardin ya en 1933, en que “la edad de las naciones ha pasado. Si no queremos morir es la hora de sacudir viejos prejuicios y construir la Tierra”. Ella es nuestra única Casa Común, la única que tenemos, como enfatizó el Papa Francisco en su encíclica Sobre el cuidado de la Casa Común. (2015). No tenemos otra.

Estamos oyendo prejuicios extraños a los futuros gobernantes y ministros en el sentido de que la globalización es una trama de los comunistas, para dominar el mundo. Son los que, según Chardin, no se ocupan de construir la Casa Común, sino que se vuelven rehenes de su pequeño y mezquino mundo, del tamaño de sus cabezas, escasas de luz.

Si no consiguen ver la nueva estrella que ha irrumpido, el problema no es de la estrella sino de sus ojos ciegos.

viernes, 10 de agosto de 2018

EL 40% DE LOS BENEFICIOS TERMINA EN PARAÍSOS FISCALES, Por Isidro Esnaola

Obertura del Editor: Después de más de treinta años trabajando en diversos organismos públicos en el área penal económica, el editor no tiene la menor duda en afirmar que el lavado de activos más importante que hay en el país -Argentina- se debe a la evasión impositiva provocada por la fuga permanente de divisas. La evasión de divisas es más grave en un país en vías de desarrollo que en un país desarrollado, es que en aquel la necesidad  de realizar contención social y garantizar derechos sociales establecidos en sus constituciones implica la necesidad de recursos cuantiosos, no así para el gasto militar muy importante en el país del norte, que mucha contención social no tiene. Después de las quiebras bancarias de los años ochenta -a partir de la quiebra del Banco de Intercambio Regional en marzo de ese año- el tipo penal más utilizado era la administración fraudulenta -art. 173 in. 7 del Código Penal- para analizar los casos de fraudes bancarios, desde el Banco Central República Argentina -en el Centro de Asuntos y Estudios Penales (CAEP), que dirigía el prestigioso penalista David Baigún- este editor utilizó en varios casos la subversión económica en la acusación -Ley 20840, art. 6- donde se lograron condenas, en el 2002 el Fondo Monetario Internacional pidió la derogación de esa ley porque a su juicio promovía inseguridad jurídica. En realidad no es que promovía la inseguridad jurídica sino que neutralizaba la impunidad porque era un tipo penal más descriptivo y abarcaba todos los casos posibles en el delito económico, sabido es que las maniobras realizadas en este tipo de delincuencia es muy complejo y no alcanzan con las figuras típicas tradicionales como la Administración Fraudulenta. Hay quienes como Zaffaroni cree que con este último tipo penal es suficiente. Es cierto que el lavado de activos ha provocado que el poder judicial penal tenga un recurso amplio para investigar la delincuencia económica; siempre y cuando los organismos del estado encargados de perseguirlos lo hagan eficazmente, no es lo que ocurre actualmente. Pero la persecución de la evasión impositiva de los banqueros y empresarios debería ser política de estado, cosa que tampoco ocurre actualmente. Vamos al artículo:









Isidro Esnaola
Naiz.eus

La cantidad de beneficios que evaden las empresas y que suelen terminar en paraísos fiscales es una gran incógnita. Muchos son los intentos de cuantificar esta fuga de recursos, aunque por su propia naturaleza no es una tarea sencilla; a fin de cuentas, evadir es poner fuera de circulación. Esas ganancias no aparecen en las estadísticas públicas y quedan camufladas en las cuentas de las empresas. Uno de los últimos intentos de cuantificar este fraude está protagonizado por Gabriel Zucman, investigador de la Universidad de Berkeley que ha colaborado entre otros con Thomas Piketty. Zucman y dos profesores de la Universidad de Copenhague, Thomas Tørsløv y Ludvig Wier, han publicado un estudio 1/ en el que concluyen que el 40% de los beneficios de las multinacionales termina en paraísos fiscales. Según los datos que han recopilado, las multinacionales estadounidenses son las más activas en este tipo de evasión; sin embargo, son los países de la Unión Europea los que más recaudación pierden en el Impuesto sobre Sociedades.

A juicio de estos investigadores, el principal problema para detectar la evasión de beneficios es que estos no aparecen como tales en las cuentas financieras de las empresas. Los autores estiman que solamente el 17% de los réditos de las multinacionales es visible. Diversas ONG y grupos contra la evasión fiscal han exigido reiteradamente que se obligue a las grandes multinacionales a presentar sus cuentas de tal modo que se pueda conocer cuál es la parte del beneficio que se genera por la actividad de las empresas locales y cuál por las filiales extranjeras. Esa presión ha dado algunos frutos. Así, la Unión Europea aprobó la directiva 2013/36/EU que, entre otras cosas, obliga a los bancos a desglosar su actividad país por país. La mejora en los datos de pagos intragrupo y el comercio bilateral entre filiales de un mismo grupo han permitido a los investigadores afinar sus estimaciones. Esos movimientos, así como los datos de inversión directa de los propietarios finales, han posibilitado conocer qué multinacionales evaden impuestos.

Las vías de evasión

El informe identifica tres vías contables por las que las multinacionales esconden beneficios. La primera se conoce como la de los «precios de transferencia». Consiste básicamente en manipular los precios de los productos que se mueven entre la matriz y las filiales: unos precios bajos a lo producido en las sucursales dejan sin ganancia a estas y dan la oportunidad de acumular los beneficios a la matriz, lejos del escrutinio de la administración tributaria. También permiten, llegado el caso, cerrar la filial aduciendo pérdidas. Esta forma de evasión no requiere complejas estructuras, solamente situar estratégicamente la matriz y las filiales.

El segundo sistema son los pagos de intereses dentro del grupo. Normalmente el abono de intereses suele ser un gasto deducible, se restan de los beneficios a la hora de declarar las ganancias. La lógica es sencilla. Si una empresa pide un préstamo para realizar una inversión, comprar una máquina por ejemplo, los intereses de ese préstamo son un gasto asociado a la inversión y por tanto se descuentan de los beneficios. Los grandes grupos utilizan esta posibilidad para traspasar rendimientos utilizando los préstamos entre filiales. Pero es una vía que también se utiliza dentro de los países, lo que ha llevado a la administración tributaria a establecer límites sobre la cantidad de intereses pagados que se pueden deducir.

El tercer canal para la evasión es la colocación estratégica de los intangibles de la multinacional. Patentes y marcas se domicilian en paraísos fiscales. La multinacional exige a sus filiales elevados cánones por el uso de estos intangibles, trasladando de esta manera los beneficios de los lugares donde opera a los paraísos, camuflados en este caso como gastos por uso de patentes o marcas.

La magnitud de la riqueza evadida

Definidos los principales canales de evasión, los investigadores han establecido la proporción de cada uno de estos gastos en las cuentas de las corporaciones locales y de las multinacionales, y a partir de esos coeficientes han calculado la dimensión de lo evadido. Así, por ejemplo, han determinado que, mientras la proporción de beneficios en relación con el gasto en sueldos supone el 36% de media en el mundo, en los paraísos fiscales supera el 200%; es decir, las multinacionales tienen unos beneficios anormalmente altos para los pocos trabajadores que mantienen en esos territorios. Correlativamente, las grandes corporaciones suelen tener menos beneficios que las empresas locales en aquellos países que no son paraísos fiscales.

Los autores se inclinaron por ese criterio para cuantificar la evasión: el porcentaje de beneficios en relación con el gasto en sueldos. Valoraron que la única distorsión posible era que esas sucursales pudieran haber realizado importantes inversiones de capital; es decir, que las filiales en paraísos fiscales fueran más intensivas en capital que el resto de delegaciones. Pero una somera comparación confirmó que no era así. Los beneficios se mueven, pero las máquinas no. Especialmente significativo era el aumento de los beneficios de las filiales de las multinacionales norteamericanas registrados en los paraísos fiscales. Sin mayores inversiones en capital, los beneficios eran del 100% sobre los sueldos de los trabajadores a principios de los años 90 y en la actualidad alcanzan ya el 350%.

Para valorar quiénes son los perdedores, los autores del estudio han calculado las pérdidas comparando las operaciones dentro de los grupos multinacionales con la balanza comercial de los países. En este cotejo destaca que los paraísos fiscales no reciben beneficios netos y, en cambio, cobran una enorme cantidad de intereses y sus filiales tienen un balance comercial positivo con las empresas del propio grupo multinacional. Ese balance comercial positivo indica claramente que los precios de transferencia están manipulados para mover discretamente los beneficios.

Siguiendo ese criterio, los países que más pierden son los de la UE, alrededor del 20% de sus ingresos por el Impuesto sobre Sociedades; después le sigue Estados Unidos con el 15% y el resto de la OCDE, y los países en vías de desarrollo pierden entre un 6% y un 7%. Aunque cuantitativamente la pérdida sea mayor en los países desarrollados, el daño es mucho mayor en los países en vías de desarrollo, que no cuentan con grandes posibilidades para la recaudación de impuestos.

Crítica a las autoridades fiscales

Los autores del estudio señalan, por último, que los países con altos impuestos suelen dirigir sus esfuerzos a evitar la evasión hacia otros territorios con los que comparten altas tasas impositivas, pero que ignoran a los paraísos fiscales. Es como si se robaran contribuyentes mutuamente mientras dejan que los paraísos fiscales florezcan. Así lo demuestran las estadísticas de disputas y acuerdos fiscales entre administraciones tributarias: solo un 10% de los casos se dan con los paraísos fiscales.

Una afirmación que contiene ciertas dosis de verdad, pero que olvida un importante detalle. Si bien es obvio que las administraciones tributarias tratan de recuperar los impuestos que se evaden a través de otras administraciones tributarias, lo cierto es que para perseguir el fraude fiscal es básico tener acceso a la información y, precisamente, la ausencia de información es lo que convierte a determinados territorios en paraísos fiscales. No se trata por tanto de que no haya voluntad de investigar esas operaciones, sino que muchas veces la administración tributaria de países con alta tributación carece de información relevante para hacerlo.

Implicaciones políticas de la evasión de capitales

Los autores del informe concluyen que su trabajo tiene dos implicaciones políticas. Por una parte, los modelos utilizados sugieren que entrar en una dinámica de competencia a la baja en el Impuesto sobre Sociedades, como ha hecho la Administración Trump, no conduce a una mejora de los salarios de los trabajadores. Eso solo ocurre cuando otros factores de producción también se modernizan, para lo que es necesario que haya un flujo de capital real, no un mero flujo de ganancias contables. Por otra parte, la evasión de beneficios reduce la tributación de las multinacionales con respecto a las empresas locales, lo que condiciona la capacidad de maniobra de estas últimas. Además, se reducen los impuestos pagados por los propietarios de las grandes corporaciones, que habría que compensar cambiando la tributación de las multinacionales o los impuestos individuales para que las grandes fortunas coticen. Por último, los autores se muestran escépticos sobre el alcance de los mecanismos que negocian la UE y la OCDE si dejan fuera a los paraísos fiscales.