lunes, 29 de abril de 2019

ESTRELLA DE LA MAÑANA por Claudio Javier Castelli


         




                                          A Jacobo Fijman
                                                                  In memoriam


Tu ungüento es el aroma de la mañana,
el  soplo transparente
que pone pausa en la naturaleza.

¿Quiénes vendrán hacia mí
de todos los puntos cardinales de la tierra?

¿Quiénes?

¿Los que sufren opresión y desensillan
todas las maldades?

¿Los alegres bandoleros
hurtadores del puñado de tierra
donde estaban reunidos
los diversos colores?

¿Quién ha creado el destruidor
para destruir?

¿Los  que predican 8 horas
un viernes santo?

¿Nosotros suplicantes de migajas
de la Ciudad Nueva?

¡Oh Estrella de la Mañana!
no debiste entrar por la puerta del pueblo
sino por las escolleras
donde los sacerdotes y pastores toman
las cintas de las águilas
para dejarlas a los pies de los ángeles.

¿Quiénes vendrán?

Sólo los esperadores de prodigios
y señales
volverán sobre sus pasos.

Los vientos y las aguas amainan;
nadie sabe lo que ha recibido
de la Estrella de la Mañana,
sí, en la gruta de nuestros padres.

El anunciador de los pensamientos.

¿Cuánto tiempo pasará
para transformar la llama,
el cordero y el perro?

Todos y todas,
incluso los elegidos,
recibirán misericordia.


Semana Santa de 2019.-





jueves, 18 de abril de 2019

EL ALMA BRASILEÑA ESTÁ ENFERMA, Por Leonardo Boff

Todo lo que está sano puede enfermar. La enfermedad remite siempre a la salud. Esta es la referencia principal, y constituye la dimensión esencial de la vida en su normalidad.

Los desgarros sociales, las andanadas de odio, ofensas, insultos, palabras groseras que están predominando en los medios sociales o digitales e incluso en los discursos públicos, revelan que el alma brasilera está enferma.

Las más altas instancias del poder se comunican con la población usando noticias falsas (fake news), mentiras directas e imágenes que se inscriben en el marco de la pornografía y de la escatología. Esta actitud revela la falta de decencia y de sentido de la dignidad y respetabilidad, inherentes a los más altos cargos de una nación. En el fondo se ha perdido un valor esencial, el respeto a sí mismo y a los otros, marca imprescindible de una sociedad civilizada.

La razón de este desvío se debe a que la dimensión de lo Numinoso ha quedado oscurecida. Lo “Numinoso” (numen en latín es el lado sagrado de las cosas) se revela a través de experiencias que nos envuelven totalmente y que confieren densidad a la vida aún en medio de los mayores padecimientos. Posee un inmenso poder transformador. La experiencia entre dos personas que se aman y la pasión que las vuelve fascinantes configuran una experiencia de lo Numinoso. El encuentro profundo con una persona que en medio de una grave crisis existencial nos encendió una luz, representa una experiencia de lo Numinoso. El choque existencial ante una persona portadora de carisma por su palabra convincente o por sus acciones valientes, nos evoca la dimensión de lo Numinoso. La Presencia inefable que se deja sentir ante la grandeurdel universo o de una noche estrellada, suscita en nosotros lo Numinoso. Igualmente los ojos brillantes y profundos de una criaturita.

Lo Numinoso no es una cosa, sino la resonancia de las cosas que tocan lo profundo de nuestro ser y que por eso se vuelven preciosas. Se transforman en símbolos que nos remiten a Algo más allá de ellas mismas. Las cosas, además de ser lo que son, se transfiguran en realidades simbólicas, repletas de significados. Por un lado, nos fascinan y atraen, y por otro nos llenan de respeto y de veneración. Producen en nosotros un nuevo estado de conciencia y perfeccionan nuestros comportamientos.

Ese Numinoso, en el lenguaje de los místicos, como en el mayor de ellos, Mestre Eckhart, o en Teresa de Ávila, así como en el de la psicología de lo profundo de C.G. Jung, está representado por el Sol interior o por nuestro Centro irradiador. El Sol tiene la función de un arquetipo central. Como el Sol atrae a su órbita a todos los planetas, así el arquetipo-Sol satelitiza a su alrededor nuestras significaciones más profundas. Él constituye el Centro vivo e irradiante de nuestra interioridad. El Centro es un dato-síntesis de la totalidad de nuestra vida que se impone por sí mismo. Habla dentro de nosotros, nos advierte, nos apoya y, como el Gran Anciano o la Gran Anciana, nos aconseja para seguir los mejores caminos. Y entonces nunca seremos defraudados.

El ser humano puede cerrarse a este Centro o a este Sol. Hasta puede negarlos, pero nunca puede aniquilarlos. Ellos están ahí como una realidad inmanente al alma.

Este Centro o su arquetipo, el Sol, nos dan equilibrio, armonía personal y social y la convivencia de los contrarios sin exacerbarse por la intolerancia ni por los comportamientos de exclusión.

Pues bien, este Centro se ha perdido en el alma brasilera. Hemos ensombrecido el Sol interior, a pesar de que él está ahí continuamente presente, como el Cristo del Corcovado. Aunque escondido tras las nubes, él sigue allí con los brazos abiertos. Así nuestro Sol interior.

Al perder nuestro Centro y al oscurecer la irradiación del Sol interior, perdemos el equilibrio y la justa medida, bases de cualquier ética, de la sociedad y de toda convivencia. Desequilibrados, andamos errantes, pronunciando palabras desconectadas de toda civilidad y compostura. Nos empequeñecemos y abandonamos la ley áurea de toda ética: “trata humanamente a todos y a cada uno de los seres humanos.” En este momento en Brasil, muchos y muchas no tratan humanamente a sus semejantes. De eventuales adversarios en el campo de las ideas y de las opciones políticas o sexuales se hacen enemigos a quienes cabe combatir y eventualmente eliminar.

Tenemos, urgentemente, que curar nuestra alma herida, recuperar nuestro Centro y nuestro Sol interior, acogiendo las diferencias sin permitir que se tornen desigualdades, a través del diálogo abierto y de la empatía con los que más sufren. Como decía el perfil de una mujer inteligente en twitter: “al colocarnos en el lugar del otro, hacemos del mundo (de la sociedad) un lugar para todos”. Esta es nuestra urgencia, si no queremos conocer la barbarie.

viernes, 12 de abril de 2019

POLITIZAR LAS TICs: UN NUEVO ORDEN MUNDIAL, INTERNET, GOOGLE, Por Alfredo Moreno

De la "Ruta de la seda" a la “Ruta de los bits”, la experiencia aprendida por oriente indica que el gobierno chino creará una bifurcación de la Red Internet que será dominada por el gigante oriental. El escenario más probable es una bifurcación en una Internet dirigida por chinos y una Internet no china liderada por Estados Unidos.



China presentó el pasado 15 de mayo el mayor proyecto de obras de infraestructura que haya promovido un solo país en la historia. Cubrirá 65 por ciento de la población mundial, un tercio del PIB global y moverá la cuarta parte de los bienes del planeta.


La escala de las empresas que se están construyendo, los servicios que se están demandando, la riqueza que se está creando requieren una Internet a escala del cambio. Se trata de la red de obras de infraestructura que conectará por tierra y por mar a China, los países de Asia Central, Medio Oriente, África y Europa.


La globalización significa que China también puede jugar en el mercado de servicios globales disputando liderazgos actuales con foco en Inteligencia Artificial.


La iniciativa One Belt, One Road (OBOR) o Centurión y Ruta de la Seda, es el proyecto de infraestructura de China para vincularse con 70 países de Asia, África, Europa y Oceanía con ferrocarriles y rutas marítimas.


El Secretario General del Partido Comunista de China, Xi Jinping, propuso en septiembre de 2013 en sus respectivos viajes a Rusia, Kazajistán y Bielorrusia; "hace más de dos milenios, las personas diligentes y valientes de Eurasia exploraron y abrieron nuevas vías de intercambio comercial y cultural que unían las principales civilizaciones de Asia, Europa y África, respectivamente llamadas ruta de la seda por generaciones posteriores”.


La magnitud del OBOR amenaza el papel del G-7 o el G-20 como foros para debatir el desarrollo en infraestructura en países en desarrollo. En esta red caben todos, especialmente los países en vías de desarrollo, y queda al margen de las alianzas militares.






La nueva red de Internet integra a 60 países que representan el 75 por ciento de las reservas energéticas conocidas al mundo y al 70 por ciento de la población mundial y generaría el 55 por ciento del PIB mundial.


El gobierno comunista chino tiene previsto invertir unos 1,4 billones de dólares. Se trataría de un cinturón político económico, basado en cinco pilares: comunicación política, circulación monetaria, entente entre pueblos, conectividad vital y fluidez. Así el proyecto tendría que estar terminado para el 2049, año donde el país rememoraría los 100 años de fundación de la República Popular.


Google ha retomado sus tratos con China, el actual CEO, Sundar Pichai, sostuvo conversaciones con el gobierno sobre el lanzamiento allí de una versión censurada del buscador. El portal The Intercept filtró que Google está trabajando en un buscador para el país asiático.


Si los resultados financieros de Google ya son buenos ver: El relato del mundo, con la entrada en China podrían crecer a un ritmo exponencial. Sin embargo, dentro de Google hay muchos empleados que ven este proyecto con mucho recelo.


Las reuniones que desarrolla Google con sus empleados, “todos formamos parte del talento”, derivaron en situaciones tensas que llevaron a que los directivos afirmen que todavía estaban lejos de tener un producto viable para China, pero que efectivamente están explorando la vuelta.


China, definitivamente, ha ganado la batalla a Google. Internet no ha cambiado China, pero el Internet que quería China (controlado) es cada vez más una realidad en más países del mundo.


Antecedentes a la nueva ruta de Internet fueron manifestados por los países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) al iniciar el proyecto para dotarse de su propio sistema de Internet con el fin de salir de la órbita del control de Estados Unidos.


Lo que hoy conocemos como Internet se halla bajo la administración de la ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), una asociación administrativa del Departamento del Comercio de Estados Unidos que otorga a los países los bloques de direcciones IP que serán utilizados por los proveedores de Internet (ISP) locales.


La creación de una nueva “internet”, con su propio órgano de administración y gestión es una proposición del Consejo de Seguridad Nacional de la Federación Rusa. Todavía no se sabe cómo se articularía eso con el sistema de DNS (Domaine Name System) alternativo que ya funciona en China.


La Tecno política preocupa a los Estados Unidos ya que las posibilidades de perder el control de las telecomunicaciones mundiales son cada vez más ciertas. La nueva Internet global tiene la configuración de las tensiones políticas del poder global, las comunicaciones en Internet se bifurcan en más zonas, de manera que, para estar al alcance de todos los internautas, los sitios web tendrían que estar adscritos y mostrar pasaporte digital para navegar entre los diferentes sistemas o zonas políticas con intereses económicos en tensión social.


Alfredo Moreno

Computador Científico. Delegado FOETRA ARSAT. Profesor TICs UNM
















miércoles, 10 de abril de 2019

OLIGOPOLIO DIGITAL, Por Frei Betto

Todos somos dependientes de Google, Apple, Amazon, Microsoft, Facebook y, ahora, Netflix. Y no hay manera de escoger libremente: nuestros smartphones solo funcionan con los sistemas Android e IOS.

Todo el Occidente está colonizado hoy día por las corporaciones digitales. Ellas saben lo que pensamos y lo que nos gusta. No es casual que el valor de mercado de Apple y Amazon ya llegue al billón de dólares cada una. Casi la mitad del PIB brasileño de 2017.

Esa concentración de poder no ocurre en ninguna otra esfera de la actividad humana. Y poco nos importa, ya que los recursos que nos ofrecen son útiles y cómodos.

Según el Foro Económico Mundial, entre los 20 gigantes de la economía digital no aparece ninguna empresa europea. Las cinco mayores son “made in USA”: Apple, Amazon. Alphabet (Google), Microsoft y Facebook. El sexto y el séptimo lugares los ocupan dos gigantes chinos: Alibaba y Tencent.

Todas esas empresas invierten enormes sumas en innovación tecnológica y, en especial, en el terreno de la inteligencia artificial. Putin declaró en 2017 que el país que obtuviera el liderazgo en la inteligencia artificial sería “el dueño del mundo”.

Es en Silicon Valley, California, que se urde la estrategia capitalista de la manipulación de emociones y elecciones, como hizo la empresa británica Cambridge Analytica con datos de Facebook, y los bots rusos (cuentas falsas que funcionan automáticamente) en las elecciones de Trump y Bolsonaro, y en el referendo sobre el Brexit.

Todas esas poderosas empresas nos ofrecen cada vez más entretenimiento y menos cultura, más información y menos conocimiento. Cultura es lo que enriquece nuestra conciencia y nuestro espíritu. El entretenimiento les “habla” a los cinco sentidos y, por lo general, carece de valores. En él los “valores” son la exacerbación del individualismo, la competitividad, el consumismo y el hedonismo, regados con una buena dosis de violencia.

Cuanto más controla la hegemonía ideológica ese oligopolio digital, y más controlan las finanzas las grandes corporaciones bancarias y las instituciones como el FMI, menos democracia hay en el mundo. Todo conspira para que aceptemos la propuesta del sistema: cambiar libertad por seguridad. Según la óptica del sistema, basta echar un vistazo alrededor para comprobar que todo respira violencia: el noticiero de televisión, las novelas y las películas; los memes de internet y los mensajes de Facebook; la delincuencia en las calles y la inseguridad permanente del ciudadano. Entonces, sugiere el mensaje subliminal, entréguese a quien se deshace de un manotazo de la tolerancia y las convenciones de derechos humanos y vivirá en un mundo seguro, donde nada ni nadie lo amenazará.

Como la base del sistema es el consumismo compulsivo, los oligopolios ponen a funcionar sus algoritmos para saber cómo se identifica usted con millones de personas en busca de determinado producto. Si tiene gripe y se lo comunica a sus amigos en su red digital, y otros responden que también están con gripe, y las palabras “gripe”, “resfriado”, “tos” se multiplican por millones en la web, los oligopolios captan esa información y se la pasan a laboratorios y farmacias que, a su vez, aumentan la propaganda y los precios de los medicamentos en la región donde se detectó la epidemia de gripe. El mercado sí que es capaz de asegurarle bienestar y felicidad.

Cuando se abre Google para realizar una búsqueda, aparecen numerosos anuncios, pues son ellos los que sostienen al poderoso oligopolio. Si se busca, por ejemplo, “Cómo viajar a la Amazonia”, aparecen varias informaciones, y, al pie de la página, una secuencia numérica que indica que hay otras que contienen más datos. ¿Cuál es el criterio para que una información figure en la primera página? ¡Pagar por eso! Por lo general, la respuesta a su búsqueda aparecerá en la primera página en forma de paquetes turísticos y empresas de transporte.

Los gigantes digitales amoldan al mundo a imagen y semejanza de lo que hay de más sagrado para el sistema: el mercado y sus astronómicas ganancias, de las que se apropia la selecta secta de los brujos que transforman la información virtual en dinero real.



Frei Betto es autor, entre otros libros, de Oficio de escrever (Rocco/Anfiteatro).


www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.


Traducción de Esther Perez

Copyright 2019 – Frei Betto - 

QUIÉN ES FREI BETTO

El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico. conocido internacionalmente como teólogo de la liberación. Autor de 60 libros de diversos géneros literarios -novela, ensayo, policíaco, memorias, infantiles y juveniles, y de tema religioso en dos acasiones- en 1985 y en el 2005 fue premiado con el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores. 

Asesor de movimientos sociales, de las Comunidades Eclesiales de Base y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, participa activamente en la vida política del Brasil en los últimos 50 años.




viernes, 5 de abril de 2019

ENTREVISTA A NANCY FRASER, TEÓRICA DEL FEMINISMO: "NECESITAMOS UNA DEFINICIÓN TOTALMENTE DIFERENTE DEL CONCEPTO DE CLASE TRABAJADORA, Adriana M. Andrade y Elena de Sus

Nancy Fraser (Baltimore, 1947) tiene los ojos cansados. Su primera mañana en Madrid la ha dedicado a dar entrevistas. Al acabar esta con CTXT, tiene una hora para descansar antes de hablar con más periodistas. Por la tarde dará una charla y al día siguiente, dos más. La activista feminista ha venido invitada por el museo Reina Sofía en colaboración con Medialab y el Grupo de Estudios Críticos (GEC) y nadie quiere perder la oportunidad de escucharla. Mientras intenta acabar un café, la profesora de la New School for Social Research de Nueva York se emociona al hablar de las nuevas generaciones de mujeres demócratas, se enfada cuando se le sugiere que el feminismo divide a la izquierda y defiende la participación de los hombres en el feminismo.

En 2017, en otra entrevista con CTXT, predijo que la clase obrera estadounidense acabaría rebelándose contra Trump porque no estaba cumpliendo con lo que había prometido. ¿Cree que está sucediendo?

Es difícil de decir. Sospecho que sí, sospecho que tendrá problemas para ser reelegido, no creo que pueda mantener su base de votantes de clase trabajadora. Creo que la situación es muy volátil, lo más importante es que la gente no quiere seguir viviendo bajo esta forma de capitalismo neoliberal financiarizado y globalizado. Esto empeora sus condiciones de vida, y la gente quiere un cambio. Trump lo prometió, pero resulta que no ha creado más empleo ni nada parecido. Está empeñado en levantar el muro. Llegados a cierto punto eso ya no es satisfactorio para, al menos, una parte de sus votantes. Para algunos eso es suficiente, pero no para la gente que le hizo presidente. Ganó las elecciones gracias a la clase trabajadora blanca de Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Estos no son racistas radicales, votaron a un racista porque no había nadie más que ofreciese algo parecido a un gran cambio. Antes, muchos de ellos habían votado a Bernie Sanders en las primarias demócratas, los mismos que votaron a Trump. Y ocho millones de ellos habían votado a Obama en 2012. Eso demuestra que no son racistas. Esta gente sigue queriendo un cambio y si los demócratas eligieran al candidato correcto, lo votarían. Por otro lado hay muchos racistas en Estados Unidos, y estos seguirán con Trump. También está la pregunta de si el Partido Republicano y los votantes acérrimos republicanos se quedarán con Trump o acabarán hartos. Estos son votantes que, en cualquier caso, los demócratas nunca han conseguido. Creo que Trump será vulnerable en 2020.

¿Cree que es más fácil votar a un racista que a una mujer?

No creo que ese fuese el problema. Era más fácil votar a un racista que iba a hacer grandes cambios que a una mujer que decía que iba a continuar con las políticas de Obama.

¿Las candidatas demócratas, nuevas como Alexandria Ocasio-Cortez o antiguas como Elizabeth Warren, pueden ser una alternativa real?

La nueva generación de gente como Ocasio-Cortez es fantástica. Algunas de ellas son socialistas democráticas como Bernie Sanders y tienen mucha energía y destreza en el uso de las redes sociales, para mí son impresionantes. Elizabeth Warren también es muy impresionante, incluso más que Sanders, tiene propuestas concretas. No es tan buena como Sanders a la hora de articular una visión general, pero en los detalles de las políticas es excelente. Estas son mujeres de izquierdas, mujeres antisistema, que quieren hacer un gran cambio estructural en el funcionamiento de nuestro país y del mundo. Esto me da muchísima esperanza.

Mi candidato preferido sigue siendo Bernie Sanders. Es un milagro, extraordinario y maravilloso. Ninguna otra persona ha hecho tanto en Estados Unidos como él. Ha empujado al Partido Demócrata hacia la izquierda, ha cambiado el discurso y, de momento, le apoyo a él. Pero también estaría muy contenta si Elizabeth Warren fuese presidenta.

Hablemos de feminismo. Usted lleva militando y teorizando desde los años 70. ¿Cómo ha cambiado el movimiento?

Para mí este es el momento más emocionante de mi vida desde los años 60 y 70. Creo que estamos viendo una ruptura con el feminismo corporativo liberal que ha dominado las últimas décadas, el feminismo de Sheryl Sandberg, Christine Lagarde o Hillary Clinton. Ahora las feministas más jóvenes se han dado cuenta de que esa vía está muerta, de que ese camino solo nos lleva a más Trumps. Porque eso conecta al feminismo con las fuerzas que, básicamente, destruyen la vida de la gente en todo el mundo.

Hay un sentimiento de que necesitamos una nueva dirección, en gran parte centrada en la lucha por la reproducción social, las escuelas, las viviendas, el transporte público, la sanidad. Todas aquellas áreas donde el neoliberalismo empuja a los Estados a “desinvertir” en nombre de la austeridad. Esto se ve en las huelgas en aquellos trabajos donde predominan las mujeres: profesoras, enfermeras… Se ve en cosas como el #MeToo, que es fundamentalmente una lucha de clases (una revuelta contra los jefes) y sobre el derecho a tener un espacio de trabajo libre de violencia, asaltos y abusos. Aunque los medios han puesto el foco en Hollywood, el centro real de esta lucha está en la agricultura, en las camareras de piso, en las empleadas domésticas, y también en las actrices que son muy vulnerables al abuso. Muchos de estos colectivos tienen menos recursos, no tienen papeles y no les queda más opción que rendirse. Estas son las áreas vanguardistas de la lucha feminista, y no solo de la feminista, también de la social, y punto. Dada la debilidad de los sindicatos en los centros manufactureros tradicionales, la primera línea de la lucha ya no es la industria como lo era en los años 30. Esta es una crisis que pone la reproducción social como centro y frente de batalla. Y por lo tanto, a las mujeres. Es una nueva situación estructural: tenemos nuevas generaciones de mujeres a las que no les interesa el feminismo de las élites liberales. Es un momento tremendamente fructífero, muy emocionante. Por supuesto, la misma crisis que ha propiciado el cambio en el feminismo también ha causado el auge de movimientos repugnantes, supremacistas, xenófobos, anti-inmigración y racistas. Es un momento de riesgo y de oportunidad.

Para lograr un cambio, entendemos que el capitalismo tiene que ir desapareciendo, poco a poco pero sin pausa. ¿O qué sistema se propone?

No sé si necesitamos un nombre para ese sistema, aunque yo lo llamaría socialismo democrático, pero no soy dogmática, puede tener otros nombres. Creo que la idea central es que ya no es suficiente el pensamiento de los movimientos socialistas tradicionales, no basta con cambiar las relaciones de producción y socializar la propiedad de los medios de producción. Lo que de verdad tenemos que pensar es la relación entre producción y reproducción. La relación entre la economía y el sistema político. ¿Cómo dibujamos la línea entre las cuestiones que marcan las relaciones entre el mercado, los propietarios de las empresas y las decisiones democráticas? Tenemos también que pensar en una nueva relación con la naturaleza, que no esté basada en los combustibles fósiles. El cambio es mayor de lo que propone el socialismo tradicional. Porque no está centrado solo en la producción, sino en otros aspectos de la vida.

Y no sé exactamente qué nombre dar a esto, pero lo importante es empezar a analizar el alcance de lo que necesitamos. El cambio climático es suficiente para entender que estamos al borde de una catástrofe y que necesitamos un cambio de dirección rápido y transformador. Dudo que el capitalismo pueda desfosilizar la economía a tiempo, y esto hay que hacerlo en unas pocas décadas. Si resulta que estoy equivocada y hay una nueva forma de capitalismo que aún no podemos imaginar, que puede hacer todas las cosas que necesitamos, vale, dejemos que lo intenten. Pero si no pueden, tenemos que estar listas para hacer otra cosa, el capitalismo no es sacrosanto, es un sistema histórico que tuvo un inicio y puede tener un fin.

¿Entonces no necesitamos una revolución?

Tal vez no una revolución con la vieja idea de la toma de la Bastilla, ni de cortar la cabeza al rey, ni de tomar el Palacio de Invierno, pero creo que será una revolución. Si una revolución quiere decir un cambio transformador en las estructuras básicas de la sociedad y no simplemente reformas, entonces creo que sí, que estamos hablando de una revolución. No creo que estemos hablando de un proceso largo y lento de cambio gradual. Primero, como he dicho antes, con el cambio climático no tenemos tiempo. Segundo, estamos en medio de una crisis tan severa como la de los años 30, que llevó a cambios enormes. Fue el cambio de un tipo de capitalismo a otro, pero igualmente un cambio estructural grande: la invención de la democracia social, del capitalismo de Estado, todo eso vino tras dos guerras mundiales. Estamos en una crisis aguda y esperemos no necesitar una tercera guerra para solucionarlo. Los cambios suceden rápidamente. Deberíamos distinguir entre reformismo en un determinado periodo que se desarrolla en varias décadas y los periodos de crisis donde hay cambios más rápido y profundos. Y este es un periodo de crisis.

Hay algo de controversia dentro de la izquierda porque algunos dicen que el protagonismo del feminismo o el ecologismo favorecen la división de la clase trabajadora. ¿Qué les diría?

Estoy completamente en desacuerdo. Lo han entendido completamente al revés. Primero, ¿qué quieren decir con clase trabajadora? ¿No son las mujeres parte de la clase trabajadora? ¿No lo son las personas trans? ¿Las migrantes, las racializadas? ¿Quién creen que está haciendo el trabajo para que la sociedad siga funcionando? Necesitamos una definición completamente diferente de lo que es la clase trabajadora. No son solo hombres blancos en fábricas, de hecho, de esos, cada vez hay menos dentro de la clase trabajadora. El tipo de feminismo por el que abogo es un movimiento de clase, contra el 1% o el 10%, y eso tiene que ver con poner las preocupaciones de las mujeres pobres, racializadas, migrantes y de la clase trabajadora en el centro, en vez de integrar a las clases profesional y directiva en el feminismo. Estamos en plena lucha de clases dentro del feminismo: debemos reorientarlo hacia la clase trabajadora. Además creo que si le dices a la gente que no hable de sus problemas reales no creas solidaridad, no consigues que se unan a tu movimiento. Les llevas a un camino de exclusión, y no necesitamos un feminismo excluyente, ni una clase obrera excluyente. Necesitamos una posición en la que todas estas corrientes se comuniquen y se apoyen mutuamente. Diciéndoles “shhh, estáis dividiendo”, les echas fuera. Tendrían que estar diciendo justo lo contrario, deberían estar diciendo: “Queremos ser parte de vuestra lucha y que seáis parte de la nuestra”.

Hablemos de los medios de comunicación. ¿Cómo están tratando los grandes medios estadounidenses los temas de feminismos?

La cuestión principal es que son militantemente anti Trump. Esto es lo más importante en cuanto a los medios tradicionales consolidados. Algunos tienen mucho que hacerse perdonar, especialmente el New York Times, que básicamente nos vendió la guerra de Irak en base a la mentira de las armas de destrucción masiva, y ahora intenta enmendarse y recuperar su credibilidad. Están investigando cualquier pequeña cosa sobre Trump para tratar de pillarlo. Su línea editorial es profeminista, lo que siempre ha querido decir feminista liberal, pero hoy buscan ofrecer un espectro de opinión algo más amplio. En esto no son los líderes, pero siguen el asunto, si hay algo importante, lo publican. El movimiento del feminismo del 99% en Estados Unidos no está para nada cerca del éxito del 8M en España. Nosotras somos más pequeñas y estamos más marginadas. Pero los medios empiezan a notar que algo está pasando en el feminismo. The New Yorker tiene mucho más mérito por la estupenda investigación sobre los abusos de Harvey Weinstein que realizó Ronan Farrow.

¿Y la televisión?

La televisión está completamente dividida por Trump. Tenemos un paisaje mediático polarizado, a todas horas, todos los días de la semana.

¿Los canales anti Trump apoyan el feminismo?

Sí, y están muy preocupados por la diversidad. Siempre tienen cuidado de tener a mujeres negras, a hombres negros, a latinos, mujeres queer… Todo está muy bien empaquetado, pero creo que su fuerza reside en su furia hacia Trump. Las distinciones entre un tipo y otro de feminismo palidecen y se vuelven insignificantes, y eso es un problema. Pero luego está la blogosfera, en la que puedes encontrar de todo. Y por supuesto las redes sociales. Trump es un mago de las redes sociales, especialmente Twitter. Pero Alexandria Ocaso-Cortez y la nueva generación de políticas de izquierdas feministas también. Así que hay un contrapeso desde ese lado.

El #MeToo, por ejemplo, empezó en las redes sociales.

Las redes sociales son importantes a la hora de que las mujeres cuenten sus propias historias. Pero hay que decir que fueron los periodistas de investigación los que de verdad consiguieron que las mujeres empezaran a hablar.

O sea que seguimos necesitando buen periodismo y periodismo de investigación.

Absolutamente, es extremadamente importante. Hay que distinguir el periodismo de investigación, que es esencial, de los tertulianos [talking heads] en el negocio de la opinión. Los programas de televisión 24/7 son bustos parlantes. El problema es que los periódicos no son rentables y muchos no han aprendido a usar su presencia online para crear beneficios. Con lo que han tenido que hacer recortes en el periodismo de investigación, lo que es una pena.

Para ir acabando, ¿qué papel deben jugar los hombres en esta nueva etapa feminista? ¿Qué posición deben tomar?

Mi definición es muy simple: eres feminista si crees que la desigualdad de género existe, si crees que no está bien y quieres cambiarla. Con esa definición los hombres pueden ser feministas, y eso no quiere decir que quiera que sean los líderes del movimiento. Es fantástico que en las manifestaciones del 8M en España hayan participado tantos hombres, eso es maravilloso, demuestra que el feminismo es un movimiento para la humanidad, no un movimiento para los grupos de interés. Estoy muy contenta de ver a los hombres apoyándolo y uniéndose. En tanto que es una lucha sobre la reproducción social, también quiere decir que los hombres feministas se comprometen a hacer su parte del trabajo de reproducción social. Estamos intentando cambiar la relación entre producción y reproducción y desgenerizar los trabajos reproductivos para que todos estén involucrados en el cuidado de niños o en las tareas domésticas.

¿Y cómo lo conseguimos?

No creo que pueda responder a eso. Pero crear este movimiento es el primer paso.