viernes, 31 de agosto de 2018

"NO SE DEBE CULTIVAR EN EL PUEBLO UNA ESPERANZA DE VIDA BURGUESA", Por Frei Betto

El intelectual y teólogo brasileño analiza, en entrevista para Granma, distintas aristas de la situación actual en Brasil y ofrece sus consideraciones sobre los retos que enfrentan los movimientos progresistas de América Latina y el Caribe
Elson Concepción Pérez, 28 de agosto de 2018


Frei Betto participa en marchas por la liberación de Lula. Foto: El Mercurio Digital

Frei Betto es uno de los intelectuales latinoamericanos más conocido por sus aportes teóricos, sus vínculos con líderes de la región, su amistad con Fidel y su permanente trabajo a favor de los movimientos sociales y de las causas justas del continente y el mundo.

Sus conceptos, inherentes a su condición de uno de los principales teólogos de la liberación brasileños, lo vinculan –no solo en su país, sino en toda América Latina y en otras naciones– a importantes movimientos que representan esperanza para los desposeídos.

En Brasil, no solo es un militante de izquierda, sino un combatiente de primera fila, al lado de Lula y otros dirigentes que luchan por el mejoramiento humano, y es capaz de analizar críticamente aquello que, en su opinión, han sido factores negativos que se han impregnado en algunos partidos y movimientos sociales despojados del poder por medio de golpes de Estado –jurídicos y mediáticos– como los que hoy se observan. 

Comienzo esta entrevista por Brasil, el país de Betto, donde se tiene tras las rejas, ilegalmente, al líder más popular y comprometido con su pueblo: Luiz Inácio Lula Da Silva. 

–Brasil vive momentos decisivos: un proceso electoral que puede perpetuar el golpismo derechista, o producir el cambio que mayoritariamente el pueblo desea, con Lula al frente

¿Puede usted predecir un desenlace en este contexto?

–Es imposible predecir un desenlace. Incluso, no hay seguridad de que Lula vaya a poder presentarse oficialmente como candidato. En septiembre vamos a tener un mes de muchas sorpresas, para bien (espero) o para mal (temo).

«Mi esperanza es que Lula, aprobado por el 37 % de los electores, pueda transferir sus votos a Fernando Haddad, incluso si le es impedido postularse. El 21 de agosto ha sido publicada una encuesta que confirma que el 39 % de los electores de Lula no pretenden votar por Haddad. En resumen, la coyuntura electoral brasileña todavía está muy nebulosa. Espero que Jair Bolsonaro (candidato de la ultraderecha) pierda electores al empezar la propaganda electoral en la tv, a partir del 30 de agosto».

–¿Cómo explicar que el gobierno golpista se haya mantenido en el poder, a pesar del gran retroceso en los programas sociales?

–Temer se ha mantenido porque tiene el apoyo del Congreso, que ha comprado a muchos diputados y senadores. Por otro lado, los gobiernos del pt no se han dedicado, a lo largo de sus 13 años, a la alfabetización política del pueblo. No han sido fortalecidos los movimientos populares. Así, la movilización contra este gobierno golpista no ha sido suficiente para echarlo abajo, a pesar de que esta movilización ha logrado impedir la reforma de la seguridad social.

–¿Considera que Lula y el pt pueden tener concebido un posible Plan b, para lanzarlo en la última etapa preelectoral si no pudiera acudir como aspirante a Presidente en octubre próximo?

–Sí, el Plan b es conocido por todos: Fernando Haddad del pt como candidato a Presidente y Manuela D'Ávila, del Partido Comunista de Brasil (PcdoB) como vice. El reto es lograr transferir los votos de Lula a ellos.

–En su opinión, ¿cuáles son los mayores desaciertos de la izquierda latinoamericana en la última década en países como Brasil y Argentina?

–En Brasil, no haber trabajado 
mejor la formación política del pueblo, fortalecer sus movimientos y promover la democratización de los medios de comunicación. Hemos criado una nación de consumistas y no de protagonistas políticos. Muchos quieren que Lula vuelva de nuevo al poder para tener el mismo nivel de consumo bajo su gobierno y del primero de Dilma.
«En Argentina tampoco se ha cuidado la alfabetización política de la gente. Un gobierno progresista no se mantiene a base de consignas».

–¿Qué opinión tiene de lo que ocurre en Ecuador y las imputaciones que se hacen contra Rafael Correa?

–Es una lástima la situación de Ecuador. Con aquella izquierda no hay necesidad de derecha.

–¿Cree que hay un reverdecer de la derecha latinoamericana?

–Sí, la izquierda «está entrando en el closet» y la derecha está saliendo.
Los gobiernos progresistas han 
tomado medidas para mejorar la situación social y reducir la desigualdad, pero no han trazado una estrategia pedagógica de educación política del pueblo y su consecuente organización y movilización. En nombre de un futuro mejor la izquierda no debe cultivar en el pueblo una esperanza de vida burguesa.
«Educar la subjetividad humana es tan importante como garantizar a la gente los bienes materiales esenciales para una vida digna. Como decía el cuentista cubano, Onelio Jorge Cardoso, saciar en la gente el hambre de pan y de belleza».

–¿Cree que serán reversibles las pérdidas provocadas en la izquierda de la región?

–Sí, creo que son reversibles, a partir de que hagamos una autocrítica, reconociendo nuestros equívocos, como pensar que el gobierno es un violín, que se agarra con la izquierda y se toca con la derecha. También la corrupción de algunos sectores de la izquierda ha debilitado mucho nuestra credibilidad.
«Fidel me dijo que un revolucionario puede perder todo, incluso la vida, pero no puede perder la moral».

–En este contexto, dos grandes hombres ya no están físicamente: Chávez y Fidel. ¿Cómo los recuerda?

–Recuerdo a Chávez, que era el tercer hermano de Fidel, después de Raúl. Fidel y Chávez tenían mucha sintonía. Coincidían en la inteligencia estratégica, en la macrovisión de la coyuntura, en la fuerte empatía con las masas. Son pérdidas irreparables.



























lunes, 27 de agosto de 2018

CRISIS POLÍTICA Y DESESPERANZA GENERAL, Por Leonardo Boff

Uno de los efectos perversos de nuestra crisis nacional es, sin duda, la desesperanza que está contaminando a la mayoría de las personas. Nace de la angustia de no ver ningún horizonte desde el cual podamos atisbar una solución salvadora. Emerge la sociedad del cansancio y de la pérdida de la alegría de vivir.

Son las consecuencias de la falta de sentido, de que todo continuará con la misma lógica, hecha de corrupción, de falsificación de noticias (fake news) y de la realidad, difamación generalizada, la dominación de los poderosos sobre las masas abandonadas a su destino.

Esta desolación proviene también de la percepción del futuro de nuestro mundo y de la humanidad, importa poco lo que pueda suceder. Bien lo observó el Papa Francisco en su encíclica “Sobre el cuidado de la Casa Común”: «las predicciones catastróficas no pueden subestimarse con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiadas ruinas, desiertos, basura. Dado que el estilo de vida actual es insostenible, sólo puede terminar en una catástrofe» (n. 161). Pero, ¿quién piensa en todo esto a no ser los que se mantienen al día acerca del discurso ecológico mundial?

Por lo tanto, además de las múltiples crisis que nos oprimen y nos hacen sufrir, tenemos esta sombría amenaza de naturaleza ecológica.

En este contexto, vuelven los pensamientos de molde nihilista, como los del Nobel de biología Jacques Monod: «Es superfluo buscar una sensación objetiva de la existencia, porque simplemente no existe. Los dioses están muertos, el hombre está solo en este mundo» (El Azar y la Necesidad, Vozes 1979, p. 108). O lo que el famoso C. Levy Strauss que tanto amaba a Brasil dejó escrito en sus admirables Tristes Trópicos (1955): «el mundo comenzó sin el ser humano y terminará sin él. Las instituciones y costumbres que he pasado toda mi vida en inventariar y comprender son una floración pasajera de una creación en relación a la cual no tienen sentido, a no ser, tal vez, el que permite a la humanidad desempeñar su papel» (n. 477).

¿Pero es que el ser humano no es lo inverso de un reloj? Éste funciona por sí mismo y continúa según sus mecanismos internos, pero el ser humano no es un reloj. Funciona correctamente cuando está en armonía permanente con el Todo lo que lo envuelve por todos los lados y lo sobrepasa. Por lo tanto, debemos dejar de lado todo antropocentrismo y asumir una lectura más holística del sentido de la vida.

El pensamiento del físico británico Freeman Dyson (*1923) es diferente: «Cuanto más examino el universo y los detalles de su arquitectura, más evidencia encuentro de que el universo sabía que un día, en el futuro, los seres humanos naceríamos» (Disturbing the Universe, 1979, p. 250). Casi con las mismas palabras lo dice el gran cosmólogo contemporáneo, Brian Swimme (The Universe Story, 1996, p. 84).

Las tradiciones espirituales y religiosas son un himno al sentido de la vida y del mundo. Por esto, el gran estudioso de las utopías, Ernst Bloch, en sus dos grandes volúmenes de El principio esperanza observaba: «donde hay religión, siempre hay esperanza».

La cuestión del sentido es inaplazable. Cito aquí al más crítico de los filósofos, Immanuel Kant: «Que el espíritu humano abandone definitivamente las cuestiones metafísicas (del sentido del ser y de la existencia) es tan poco probable como esperar que nosotros, para no respirar aire contaminado, dejemos de respirar de una vez por todas» (Prolegomena zu einer jede kunftigen Metaphysik, A 192, vol. 3, pp. 243).

Que el Cristo del Corcovado se haya escondido detrás de las nubes no significa que ha dejado de existir. Él está allí encima de la montaña, extendiendo sus brazos y bendiciendo a nuestra población sufrida.

En el Brasil de hoy debemos recuperar la esperanza de que el legado final de la presente crisis será la configuración de otro tipo de Estado, de política y de partidos, de justicia e incluso del destino mismo del país.

Termino con el profeta Jeremías, que vivió en el tiempo de la esclavitud de Babilonia bajo el rey Ciro. Los habitantes de Babilonia se burlaban de los judíos porque ya no cantaban sus canciones y, desanimados, colgaban sus instrumentos sobre las ramas de los sicómoros. Le preguntaron a Jeremías: «¿Tú tienes esperanza?», a lo que él respondió: «Tengo la esperanza de que el rey Ciro, con todo su poder, no podrá impedir que nazca el sol». Y yo añadiría: no podrá impedir el amor y los niños que de ahí nacerán y renovarán la especie humana.

Alimentamos una esperanza similar de que aquellos que han provocado esta crisis, que han roto la Constitución y no han seguido los dictados de la justicia, no prevalecerán. Saldremos purificados, más fuertes y con un mayor sentido del destino al que está llamado nuestro país, para beneficio de todos, empezando por los más pobres, y para toda la humanidad.











miércoles, 15 de agosto de 2018

¿UN CUENTO CHINO O ARGENTINO?, Por Roberto Sutil para Vagos y Derecho (Taller Literario)


Carlos se definía como un obrero. Eso que lo llenaba de orgullo y le inflaba el pecho. Sus años de gloria, de fuerza, de energía los había puesto al servicio de Astilleros. Cuando decía donde trabajaba lo manifestaba desde el lugar de pertenencia, no era un simple sitio era su significación de vida. Él nunca se sentía individuo, formaba parte de un equipo que su cristalización era ver recorrer en los mares los resultados de aquel esfuerzo colectivo. Carlos ingresó a la década de los 90 con muchos años de servicios, con tres niñas que alimentar y con la expectativa de un nuevo gobierno. Ese gobierno inició una política de privatizaciones que llegó a cada rincón del país, se aplicaban recetas que otorgaban señores extranjeros. Astilleros no pudo evadir ese contexto político pese a su lucha congruente del conjunto de trabajadores. La realidad le marcó que no le depositarían el salario por varios meses y tuvo que aceptar el soborno de un retiro voluntario, así le dieron una suma de dinero que significaba la mitad de una indemnización por despedido, pero tenía sus hijas que alimentar. Así deambuló sus años entre depresiones y miserias luego de haberse terminado la suma entregada como retiro. A sus 65 años y por sus más de 30 años de servicios pudo alcanzar una jubilación mínima para poder subsistir y empezó un largo recorrido judicial para que le reconozcieran su haber conforme a los años trabajados. En el 2015 logro sentencia definitiva por un reconocimiento del Estado de 800 mil pesos más intereses por ese reclamo justo que había iniciado. En ese 2015 empezaba un nuevo proceso político que lanzaba una reparación histórica para los jubilados. Carlos con sentencia en mano fue en busca de su reparación para poder disfrutar sus años, con 75 sobre su espalda, con lo que honestamente se ganó como obrero. Un hombre de saco y corbata le explico que la reparación consiste en hacerle una quita del 60 % o más de la sentencia, pero que le darán cerca 200 mil en efectivo. Hoy Carlos está mirándose al espejo recordando cuando tuvo que aceptar el retiro voluntario, porque le han dejado saber que si no acepta esta reparación quizás a la sentencia no la cobre nunca. ¿Puede Carlos ser dos veces maltratado tan sólo por ser un trabajador?. ¿Usted se va a quedar cómodamente en el sillón mientras todos los Carlos son apuñalados por políticas de un Estado insensible? Sí decide esto último sepa que esas políticas tienen un puñal para Usted.

viernes, 10 de agosto de 2018

EL 40% DE LOS BENEFICIOS TERMINA EN PARAÍSOS FISCALES, Por Isidro Esnaola

Obertura del Editor: Después de más de treinta años trabajando en diversos organismos públicos en el área penal económica, el editor no tiene la menor duda en afirmar que el lavado de activos más importante que hay en el país -Argentina- se debe a la evasión impositiva provocada por la fuga permanente de divisas. La evasión de divisas es más grave en un país en vías de desarrollo que en un país desarrollado, es que en aquel la necesidad  de realizar contención social y garantizar derechos sociales establecidos en sus constituciones implica la necesidad de recursos cuantiosos, no así para el gasto militar muy importante en el país del norte, que mucha contención social no tiene. Después de las quiebras bancarias de los años ochenta -a partir de la quiebra del Banco de Intercambio Regional en marzo de ese año- el tipo penal más utilizado era la administración fraudulenta -art. 173 in. 7 del Código Penal- para analizar los casos de fraudes bancarios, desde el Banco Central República Argentina -en el Centro de Asuntos y Estudios Penales (CAEP), que dirigía el prestigioso penalista David Baigún- este editor utilizó en varios casos la subversión económica en la acusación -Ley 20840, art. 6- donde se lograron condenas, en el 2002 el Fondo Monetario Internacional pidió la derogación de esa ley porque a su juicio promovía inseguridad jurídica. En realidad no es que promovía la inseguridad jurídica sino que neutralizaba la impunidad porque era un tipo penal más descriptivo y abarcaba todos los casos posibles en el delito económico, sabido es que las maniobras realizadas en este tipo de delincuencia es muy complejo y no alcanzan con las figuras típicas tradicionales como la Administración Fraudulenta. Hay quienes como Zaffaroni cree que con este último tipo penal es suficiente. Es cierto que el lavado de activos ha provocado que el poder judicial penal tenga un recurso amplio para investigar la delincuencia económica; siempre y cuando los organismos del estado encargados de perseguirlos lo hagan eficazmente, no es lo que ocurre actualmente. Pero la persecución de la evasión impositiva de los banqueros y empresarios debería ser política de estado, cosa que tampoco ocurre actualmente. Vamos al artículo:









Isidro Esnaola
Naiz.eus

La cantidad de beneficios que evaden las empresas y que suelen terminar en paraísos fiscales es una gran incógnita. Muchos son los intentos de cuantificar esta fuga de recursos, aunque por su propia naturaleza no es una tarea sencilla; a fin de cuentas, evadir es poner fuera de circulación. Esas ganancias no aparecen en las estadísticas públicas y quedan camufladas en las cuentas de las empresas. Uno de los últimos intentos de cuantificar este fraude está protagonizado por Gabriel Zucman, investigador de la Universidad de Berkeley que ha colaborado entre otros con Thomas Piketty. Zucman y dos profesores de la Universidad de Copenhague, Thomas Tørsløv y Ludvig Wier, han publicado un estudio 1/ en el que concluyen que el 40% de los beneficios de las multinacionales termina en paraísos fiscales. Según los datos que han recopilado, las multinacionales estadounidenses son las más activas en este tipo de evasión; sin embargo, son los países de la Unión Europea los que más recaudación pierden en el Impuesto sobre Sociedades.

A juicio de estos investigadores, el principal problema para detectar la evasión de beneficios es que estos no aparecen como tales en las cuentas financieras de las empresas. Los autores estiman que solamente el 17% de los réditos de las multinacionales es visible. Diversas ONG y grupos contra la evasión fiscal han exigido reiteradamente que se obligue a las grandes multinacionales a presentar sus cuentas de tal modo que se pueda conocer cuál es la parte del beneficio que se genera por la actividad de las empresas locales y cuál por las filiales extranjeras. Esa presión ha dado algunos frutos. Así, la Unión Europea aprobó la directiva 2013/36/EU que, entre otras cosas, obliga a los bancos a desglosar su actividad país por país. La mejora en los datos de pagos intragrupo y el comercio bilateral entre filiales de un mismo grupo han permitido a los investigadores afinar sus estimaciones. Esos movimientos, así como los datos de inversión directa de los propietarios finales, han posibilitado conocer qué multinacionales evaden impuestos.

Las vías de evasión

El informe identifica tres vías contables por las que las multinacionales esconden beneficios. La primera se conoce como la de los «precios de transferencia». Consiste básicamente en manipular los precios de los productos que se mueven entre la matriz y las filiales: unos precios bajos a lo producido en las sucursales dejan sin ganancia a estas y dan la oportunidad de acumular los beneficios a la matriz, lejos del escrutinio de la administración tributaria. También permiten, llegado el caso, cerrar la filial aduciendo pérdidas. Esta forma de evasión no requiere complejas estructuras, solamente situar estratégicamente la matriz y las filiales.

El segundo sistema son los pagos de intereses dentro del grupo. Normalmente el abono de intereses suele ser un gasto deducible, se restan de los beneficios a la hora de declarar las ganancias. La lógica es sencilla. Si una empresa pide un préstamo para realizar una inversión, comprar una máquina por ejemplo, los intereses de ese préstamo son un gasto asociado a la inversión y por tanto se descuentan de los beneficios. Los grandes grupos utilizan esta posibilidad para traspasar rendimientos utilizando los préstamos entre filiales. Pero es una vía que también se utiliza dentro de los países, lo que ha llevado a la administración tributaria a establecer límites sobre la cantidad de intereses pagados que se pueden deducir.

El tercer canal para la evasión es la colocación estratégica de los intangibles de la multinacional. Patentes y marcas se domicilian en paraísos fiscales. La multinacional exige a sus filiales elevados cánones por el uso de estos intangibles, trasladando de esta manera los beneficios de los lugares donde opera a los paraísos, camuflados en este caso como gastos por uso de patentes o marcas.

La magnitud de la riqueza evadida

Definidos los principales canales de evasión, los investigadores han establecido la proporción de cada uno de estos gastos en las cuentas de las corporaciones locales y de las multinacionales, y a partir de esos coeficientes han calculado la dimensión de lo evadido. Así, por ejemplo, han determinado que, mientras la proporción de beneficios en relación con el gasto en sueldos supone el 36% de media en el mundo, en los paraísos fiscales supera el 200%; es decir, las multinacionales tienen unos beneficios anormalmente altos para los pocos trabajadores que mantienen en esos territorios. Correlativamente, las grandes corporaciones suelen tener menos beneficios que las empresas locales en aquellos países que no son paraísos fiscales.

Los autores se inclinaron por ese criterio para cuantificar la evasión: el porcentaje de beneficios en relación con el gasto en sueldos. Valoraron que la única distorsión posible era que esas sucursales pudieran haber realizado importantes inversiones de capital; es decir, que las filiales en paraísos fiscales fueran más intensivas en capital que el resto de delegaciones. Pero una somera comparación confirmó que no era así. Los beneficios se mueven, pero las máquinas no. Especialmente significativo era el aumento de los beneficios de las filiales de las multinacionales norteamericanas registrados en los paraísos fiscales. Sin mayores inversiones en capital, los beneficios eran del 100% sobre los sueldos de los trabajadores a principios de los años 90 y en la actualidad alcanzan ya el 350%.

Para valorar quiénes son los perdedores, los autores del estudio han calculado las pérdidas comparando las operaciones dentro de los grupos multinacionales con la balanza comercial de los países. En este cotejo destaca que los paraísos fiscales no reciben beneficios netos y, en cambio, cobran una enorme cantidad de intereses y sus filiales tienen un balance comercial positivo con las empresas del propio grupo multinacional. Ese balance comercial positivo indica claramente que los precios de transferencia están manipulados para mover discretamente los beneficios.

Siguiendo ese criterio, los países que más pierden son los de la UE, alrededor del 20% de sus ingresos por el Impuesto sobre Sociedades; después le sigue Estados Unidos con el 15% y el resto de la OCDE, y los países en vías de desarrollo pierden entre un 6% y un 7%. Aunque cuantitativamente la pérdida sea mayor en los países desarrollados, el daño es mucho mayor en los países en vías de desarrollo, que no cuentan con grandes posibilidades para la recaudación de impuestos.

Crítica a las autoridades fiscales

Los autores del estudio señalan, por último, que los países con altos impuestos suelen dirigir sus esfuerzos a evitar la evasión hacia otros territorios con los que comparten altas tasas impositivas, pero que ignoran a los paraísos fiscales. Es como si se robaran contribuyentes mutuamente mientras dejan que los paraísos fiscales florezcan. Así lo demuestran las estadísticas de disputas y acuerdos fiscales entre administraciones tributarias: solo un 10% de los casos se dan con los paraísos fiscales.

Una afirmación que contiene ciertas dosis de verdad, pero que olvida un importante detalle. Si bien es obvio que las administraciones tributarias tratan de recuperar los impuestos que se evaden a través de otras administraciones tributarias, lo cierto es que para perseguir el fraude fiscal es básico tener acceso a la información y, precisamente, la ausencia de información es lo que convierte a determinados territorios en paraísos fiscales. No se trata por tanto de que no haya voluntad de investigar esas operaciones, sino que muchas veces la administración tributaria de países con alta tributación carece de información relevante para hacerlo.

Implicaciones políticas de la evasión de capitales

Los autores del informe concluyen que su trabajo tiene dos implicaciones políticas. Por una parte, los modelos utilizados sugieren que entrar en una dinámica de competencia a la baja en el Impuesto sobre Sociedades, como ha hecho la Administración Trump, no conduce a una mejora de los salarios de los trabajadores. Eso solo ocurre cuando otros factores de producción también se modernizan, para lo que es necesario que haya un flujo de capital real, no un mero flujo de ganancias contables. Por otra parte, la evasión de beneficios reduce la tributación de las multinacionales con respecto a las empresas locales, lo que condiciona la capacidad de maniobra de estas últimas. Además, se reducen los impuestos pagados por los propietarios de las grandes corporaciones, que habría que compensar cambiando la tributación de las multinacionales o los impuestos individuales para que las grandes fortunas coticen. Por último, los autores se muestran escépticos sobre el alcance de los mecanismos que negocian la UE y la OCDE si dejan fuera a los paraísos fiscales.





jueves, 9 de agosto de 2018

PÁJARO HERIDO, Por Horacio "Chino" Martínez para Vagos y Derecho (Taller Literario)




PÁJARO   HERIDO


Tan sumiso se acerca y solicita
con su mano tendida  su pedido,
con un rostro tristón y adormecido,
se refleja el olvido en su cartita.


Lo veo de pie, como una estalactita
que me clava y me deja malherido
saborea ese pan que no ha comido,
dulce zorzal herido en sus alitas.


Pienso en la noche, en sus garras de frío,
¿tendrá cobijo, un techo, algún reparo?
o a su sueño lo ahoga algún rocío.


Pequeña flor con el tallo doblado,
mi alma me reprocha tanto hastío,
le di solo ese pan que me ha sobrado.


(Horacio "Chino" Martínez, poeta de La Paz, Pcia. de Entre Ríos, el poema es del libro "Retazos del alma", Editorial El Tren zonal; su último libro publicado es "Linares Cardozo, el Cacique", Editorial de Entre Ríos)

lunes, 6 de agosto de 2018

EL DESAFÍO ACTUAL: CONTRA EL ESTADO POS-DEMOCRÁTICO RESCATAR LA DEMOCRACIA, Por Leonardo Boff


Obertura del Editor: En un reciente artículo publicado en el blog de vagos y vagas peronistas, Heinz Dieterich -http://vagosperonistas.blogspot.com/2018/07/el-arte-de-la-politica-las-tres.html- lanza la idea que el imperativo de la época es conservar la democracia posible, algo muy similar a lo que propugna en este artículo, Leonardo Boff, de recuperar la democracia formal. Desde universos conceptuales muy diferentes ambos coinciden en la democracia posible hoy por hoy. Tema para debatir, este editor cree, por lo menos para nuestro país -Argentina- si volviera un proyecto nacional y popular debería avanzarse hasta el hueso en el cumplimientos de programas largamente requeridos por la izquierda nacional, o la CGT de los Argentinos -1° de Mayo de 1968-, sabemos que las épocas son distintas, no así las paupérrimas condiciones de las mayoría populares. No podemos desaprovechar una nueva oportunidad.

No son pocos los analistas sociales y juristas del más alto nivel que denuncian la actual situación política de Brasil como la instauración de un Estado de excepción. El golpe parlamentario, jurídico y mediático de 2016 permitió que los golpistas pasasen por encima de la Constitución, modificasen las leyes laborales a favor de los patronos, engañasen al país con un techo de gastos en salud y educación, impidiendo que se cree un Estado de Bienestar Social.

La justicia ha dejado de ser imparcial, e incluso en los niveles más altos, se muestra parcial contra el PT y la figura carismática de Lula. Lo que el juez federal de primera instancia Sergio Moro hace es la aplicación descarada del lawfare y no esconde el ánimo persecutorio contra el expresidente, condenándolo sin pruebas materiales irrefutables. Por eso es considerado un prisionero político.

Es importante observar que este tipo de política obedece a una amplia estrategia pensada a partir de los intereses del imperio con los aliados internos de nuestro país. Brasil es decisivo en términos de geopolítica y de bienes y servicios naturales abundantes, capaz de garantizar la base física y química que sustenta el sistema de vida y el sistema-Tierra, ya en alto grado de erosión.

El golpe fue dado bajo la égida del más riguroso neoliberalismo y de la voracidad del capital especulativo de cariz capitalista que domina la política en el mundo entero.

Es sabido que el orden capitalista, por su individualismo y la furia de acumulación nunca se ha llevado bien con la democracia. Si la democracia, más que el derecho de votar, implica buscar la igualdad de todos los ciudadanos en referencia a las leyes, los derechos básicos, la justicia social y las garantías fundamentales, debemos decir que es más un señuelo que una realidad. La democracia moderna se construyó como representativa de toda la sociedad. En realidad, en general representó los intereses de los poderosos y subrepresentó los del pueblo trabajador o pobre.

Los datos de varias entidades serias nos indican que cerca de ocho mil multimillonarios controlan gran parte de la economía mundial, dejando a millones y millones de personas en la pobreza y el hambre. Como la lógica capitalista es la competencia y no la solidaridad, entra en una era de barbarie y de gran inhumanidad.

Este tipo de capitalismo necesita de democracias de bajísima intensidad, con un Estado sometido al mercado, con la menor participación popular posible. La estrategia de los países capitalistas apunta a recolonizar América Latina y Brasil, condenados a ser meros exportadores de commodities (alimentos, minerales y otros).

El golpe de 2016 se dio con ese propósito, en sí antipatriótico, antipopular y profundamente injusto, en beneficio de los ricos y herederos de la «Casa Grande». Este golpe liquidó el Estado democrático de derecho. Guardó las apariencias y las instituciones, pero no funcionan como prevé la Constitución, o funcionan sin imparcialidad.

Se inauguró el «pos-Estado democrático», categoría usada por Rubens Casara, juez de derecho del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro y profesor universitario, con notable capacidad teórica para pensar el desastre de la democracia brasileña y la ideología subyacente. En la actualidad rige, en efecto, un estado de excepción, a la moda del jurista alemán Carl Schmitt (1888-1985), que justificaba el régimen de Hitler, pues para él el criterio del político reside en la definición del enemigo a ser satanizado y destruido (cf. El concepto de lo político, Voces 1992, 51-53). Por encima de todas las leyes está el «Führer» o el «Duce», que siempre tienen razón.

La consecuencia se lee en el sub-título del libro: «neo-oscurantismo y gestión de los indeseables». Es decir, se mantiene la farsa democrática y se castiga a los más pobres, pues son indeseables para el sistema de acumulación y de consumo.

El desafío actual consiste en rescatar la democracia mínima (no aquella «sin fin» de Boaventura de Souza Santos, o como «valor universal» de Norberto Bobbio, ni la democracia «socio-ecológica» de Zaffaroni y mía) sino simplemente la pura y simple democracia, expresada en el Estado Democrático de Derecho. Debemos repudiar al Estado posdemocrático como una excrecencia de la democracia y otro nombre para el régimen de excepción.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=896