lunes, 13 de julio de 2015

APUNTES AL ARTÍCULO "EL ESPECTRO DE LA IDEOLOGÍA", DE SLAVOJ ZIZEK, Y OTROS COMENTARIOS A DIFERENTES TEXTOS, POR CLAUDIO JAVIER CASTELLI



 
SLAVOJ ZIZEK
MAESTRÍA EN FILOSOFÍA DEL DERECHO, DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UBA.

MATERIA: SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO. PROFESORA MAG. NORA WOLFZUN

ALUMNO  ABOG. CLAUDIO JAVIER CASTELLI

TRABAJO DOMICILIARIO

1)     SELECCIONAR Y CONTRASTAR DOS CONCEPCIONES DEL TÉRMINO “IDEOLOGÍA”, EN EL ESPECTRO DE LA IDEOLOGÍA, DE SLAVOJ ZIZEK

A)   INTRODUCCION

El diccionario de la real academia, según su vigésima segunda edición, actualizada hasta 2012, define a la ideología: ideología. (Del gr. δα, idea, y -logía). 1. f. Doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas. 2. f. Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.

En la página 12, de su trabajo Zizek, analiza la crítica “progresista” corriente del psicoanálisis, y a través de esa crítica, se denota un problema central de toda concepción de ideología, su carácter falsario, oculto, no evidente, por sobre la aserción manifiesta, que precisamente silencia otras referencias. La crítica progresista generalmente se centra en el reproche acerca de que la explicación psicoanalítica del malestar y  sufrimiento psíquicos a través de complejos libidinales inconscientes, o aun por medio de una referencia directa a la “pulsión de muerte”, vuelve invisible las verdaderas causas de la destructividad, que hay que anclarlas en el cambio de las relaciones sociales, y en lugar de ese cambio, se espera un cambió psíquico. Tanto esperarla en un cambio psíquico, como en las relaciones sociales –que pone una causa externa-, demuestra una paradoja que “el apartamiento de lo que experimentamos como la ideología, es la forma precisa en que nos volvemos sus esclavos.  Desde el comienzo de su trabajo, el autor nos dice (y compartimos) que la ideología es la negación de las contradicciones, de los antagonismos, de la lucha por el poder. 

El concepto de ideología para quien esto escribe es la Weltanschauung (cosmovisión), es relacionar el mundo como un todo, y con todo, lo finito, con lo infinito, y precisamente con el tiempo histórico político, que le toca vivir.

“La nueva ideología hegemónica del “eurasismo” (contínúa Zizek) que predica el vínculo orgánico entre la comunidad y el estado, contra la influencia corrosiva del principio “judío” del mercado y el atomismo social, el imperialismo nacional ortodoxo, como antídoto contra el individualismo occidental”.

Es imposible separarnos, o estar ajenos, a una determinada ideología –como parece colocarse Zizek-, cuando decimos nuestra concepción política o apolítica demostramos una; la apolítica generalmente es de Derecha, en nuestro país. También en los actos mínimos, en el azar, en la ignorancia.

Pensar en la ideología como espectro es reducir la ideología a mero reflejo de Pavlov (lo experimentaba el perro al oir la campanilla, que anunciaba la comida), es reducir el individuo concreto y sobre todo el individuo metafísico, a mero cálculo, a mera resonancia sin crítica. Aun cuando las clases medias y altas de las grandes ciudades argentinas –como Buenos Aires- y el mundo, no se muestran muy autocrítica con su propia procedencia de clase; no es imposible pensar en realidad, un alto grado de aceptación, por sus agraciadas condiciones sociales. Aunque realmente fuera así –faltarían estudios estadísticos sobre esto-, la ideología que los atraviesa no es mero espectro de su condición social.  Parece ser algo constitutivo de su propio ser.

Volviendo más meticulosamente al ejemplo de Zizek –página12/13- sobre la crítica progresista al Psicoanálisis, cuando dice: “…¿Acaso esta noción de un rebelde que, a través de su resistencia “irracional” a la autoridad social, expresa sus tensiones psíquicas no resueltas no es ideología en su máxima pureza?. Sim embargo, como ha demostrado Jacqueline Rose, la externalización de la causa, hacia las “condiciones sociales” no es menos falsa, en la medida que le permite al sujeto evitar la confrontación con la realidad de su deseo”. No es ideológica también esta respuesta, y la ideología como verdad se encuentra en esta dialéctica, entre los dos polos, donde cada una es falsa aisladamente considerada, pero verdadera en su relación. No es que nos volvamos sus esclavos al decir de Zizek, sino que la verdadera libertad solo existe en el pensamiento, aunque también en el acto, aunque sean fuerzas irracionales y racionales, en una síntesis, aisladora de esas dos abstracciones, mediante la actuación.

Con relación al caso del “Neues Forum”, Zizek concluye, que la crítica posmoderna a la ideología, consiste en “designar los elementos que dentro de un orden social existente –bajo la forma de una ficción, es decir, de relatos utópicos, de historias alternativas posibles pero fracasada; apuntan al carácter antagonista del sistema y por lo tanto, permiten que tomemos distancia de la autoevidencia, de su identidad establecida” (página13). Era una crítica a la tercera vía, pero también puede derivarse de allí una crítica a los populismos  -Ernesto Laclau todavía no había publicado su libro “La Razón Populista”, de 2005-. Acaso la identidad que ve Zizek, en la crítica ideológica a la 3era vía, no es más que inversamente proporcional a su ilusa concepción del lugar desde donde critica –real lacaniano, y antagonismo dialéctico marxista-, tan ilusa como la esperanza de esos intelectuales en esos momentos, que el neoliberalismo deglutió en europa; pero el neoliberalismo engendra su propio contrincante: los populismos latinoamericanos, que hoy han encontrado referentes en España –podemos- y Grecia –Syriza-.

Todos los análisis anteriores son precompresiones espontáneas de ideología.

“En otras palabras, el punto de partida de la crítica de la ideología debe  ser el reconocimiento pleno del hecho de que es muy fácil mentir con el ropaje de la verdad” (Zizek, pag. 15). Ejemplo, la intervención en un país del 3er. Mundo; o la intervención en Irak del año 2003: el petróleo.

“Ellos no lo saben, pero lo están haciendo (Marx); “ellos saben muy bien lo que están haciendo y lo hacen de todos modos”. También es importante el planteo de Zizek: “de cómo pasar de la doxa a la verdad”, en materia de ideología. La transposición histórico-dialéctica hegeliana del problema, en su propia solución: en lugar de evaluar directamente la adecuación a verdad de las diferentes posiciones de ideología, uno debería leer esta multiplicidad misma de determinaciones de la ideología como señal de diferentes situaciones históricos concretass”. Históricas y lógicas de una metafísica histórica concreta. Esa logicidad une historia en concepto y realidad en la idea preeminente de una época histórica. Por supuesto que ese marco forma parte del objeto enmarcado (Derrida, Althusser, página 15)-.

La ideología proletaria (leninismo-estalinismo, 1920), la propia fuerza subjetiva impulsora de la actividad revolucionaria del proletariado, este desplazamiento en la noción de ideología era estrictamente correlativa reinterpretación del propio marxismo como ciencia objetiva imparcial, como una ciencia que no contiene en sí misma la posición subjetiva proletaria (Zizek, pag. 15/16). Llamaba a los proletarios a cumplir su misión histórica. De alguna manera Marx la había insinuado con su “Proletarios del mundo uníos”. Otro pasaje marxista, fue de la crítica de la economía política a la crítica de la razón instrumental (Lukacs, y la primera escuela de Francfort). La distorsión ideológica se deriva de la forma de mercancía. La razón instrumental es vista como una concepción antropológica, cuasi trascendental, que nos permite explicar la realidad social de la dominación y explotación. Para Zizek es relativismo historicista que suspende el valor cognitivo del término ideología y lo transforma en mera expresión de las circunstancias sociales (Zizek pag. 16). Sin embargo la ideología puede ser no solo constitutiva del orden social, sino también antropológicamente fundada; pero también es cambiante, lo que no implica relativismo, sino adecuación al juego de poder e intereses de una época, por ejemplo, en un proceso populista de radicalización de la democracia.
ERNESTO LACLAU

B)   La posición de Ernesto Laclau y Slavoj Zizek, y la posición de quien esto escribe.

 Zizek destaca que Ernesto Laclau tiene un abordaje innovador sobre el fascismo y el populismo, “cuyo resultado teórico principal es que el significado no es inherente a los elementos de una ideología, sino que estos elementos funcionan más  bien como “significantes flotantes”, cuyo significado es fijado por el modo de articulación hegemónica. La ecología, por ejemplo, no es nunca la ecología como tal; siempre está incluida en una cadena específica de equivalencias: puede ser conservadora (cuando abogad por el retorno a las comunidades rurales equilibradas y a modos tradicionales de vida), estatista (sólo una fuerte regulación del Estado nos salvará de la catástrofe que se cierne sobre nosotros), socialista (la causa última de los problemas  ecológicos reside en la explotación capitalista (…) La cuestión, por supuesto, es que ninguna de estas cadenas de equivalencias es, en sí misma “verdadera”, ninguna está inscripta en la naturaleza misma de la problemática ecológica: cuál de los discursos logre apropiarse de la ecología dependerá de la lucha por la hegemonía discursiva, cuyo resultado no está garantizado por ninguna necesidad subyacente o “alianza natural”. La otra consecuencia inevitable de la noción de articulación hegemónica es que ya sea estatista, conservadora, socialista etcl, la inscripción de la ecología no designa una connotación secundaria que complemente su significado literal primario, como lo había formulado Derrida, este complemento (re)define retroactivamente la naturaleza misma de la identidad literal: una cadena conservadora, por ejemplo arroja luz específicamente sobre la problemática ecológica en sí (“debido a su falsa arrogancia, el hombre abandonó sus raíces en el orden natural”, etc. (ibid pág.20)

Aquí el concepto de hegemonía es clave, en tanto ese predominio, supone la lucha democrática, que ora puede ser para unos, ora para otros, pero en la radicalización de la democracia, en tanto se satisfacen las demandas de los diferentes grupos, inclusive los minoritarios (derechos de los homosexuales, pueblos originarios, etc.), se producen antinomias necesarias que vivifican la política. Ernesto Laclau (en “La razón populista”, Fondo de Cultura Económica, 2005, página 167), dice “Las conversiones radicales y los cambios repentinos en el ánimo público son entonces sumamente usuales” (a raíz de la confesión de un miembro del partido laborista ingles que se pasó al partido conservador, siguiendo la radicalidad e Margaret Thacher). Lo que es discutible es el bastardeo de Zizek a los conceptos hegelianos de en sí, para sí, y en y para sí. En Hegel son constituciones ontológicas en su devenir. Las críticas que Zizek, pone como ejemplo en la página 25, son en realidad críticas a lo que podría decir un pastor evangélico, que azotan una dimensión obviamente, no presente, en su artículo, el espíritu, que es capaz de provocar un avasallamiento voluntario en el actuar. De alguna manera serían crítica a cierta retórica heideggariana sobre la escatología del ser.

El supuesto lugar extraideológico de Zizek no es más que fruto de su posición radical, como europeo, que no puede ver más que nazifascismo, neoliberalismo y comunismo. Ese lugar vacío es una posición sólo compatible para un filósofo, tan perfecto, como la república platónica, y tan imbuida de ideología como esa obra.“La única posición no ideológica es renunciar a la noción misma de la realidad extraideológica y aceptar que todo lo que tenemos son ficciones simbólicas, una pluralidad de universos discursivos, nunca la realidad (Zizek, pága 26). ¿Lugar vacío? Un lugar muy difícil de acceder. Guarda relación ese lugar con los tanteos a ciegas de Kant, para referirse a la metafísica. Por ejemplo: La experiencia de leer concienzudamente  “La Ciencia de la Lógica”, de Hegel, representa un camino hacia la deconstrucción absoluta de la conciencia y del mundo real percibido por los sentidos. También la austeridad religiosa Luterana agrega un tamiz para esa ascensión a un lugar de alguna manera absoluto. También es la experiencia heideggariana con la nada.  En esa obra, Hegel concebía su tarea como pensar los pensamientos de Dios antes de la creación de la naturaleza, y de un espíritu finito, pero llenaba esos pensamientos de categoría dialécticas. ¿Lugar vacío? Ese estar sin ver, es un lugar al cual se accede a través de un mistagogo, un sabio, un religioso, un psicoanalista, o un autodidacta. Pero nadie, en la sociedad capitalista, quiere llegar, motu proprio hasta ahí.

En realidad donde hay una idea hay un componente ideológico. Donde hay un juzgador de la ideología de los demás, hay una concepción teñida de ideología; ese lugar ideal no es más que una abstracción religiosa, como un “paraíso”. La posición de Zizek, tiene los mismos inconvenientes del hombre rebelde, del “periodismo independiente”, están transitados por componente ideológicos.

El ejemplo de Zizek (nota 23, página 28), cuando dice “no percibidos por la crítica de izquierda habitual de los jóvenes intelectuales que, aunque son teóricamente conscientes de la maquinaria capitalista de la industria cultural, disfrutan de la industria del rock sin problematizarlos.” Quién esto escribe siempre tomó el rock, con severas reservas, precisamente por esa matriz, que había dejado de ser contestataria en 1970, cuando se separaron The Beatles, y John Lennon dijo que el “sueño había terminado” Había sido cooptado por el mercado anglosajón y mundial. ¡Qué extraña parodia de millones de dólares y mueca sin aliento son hoy los The Rolling Stones; Mick Jaegger es hoy una farsa que intensifica su propio simulacro gestual.

Frase brillante de Slavoj Zizek “bien puede ser que la ideología oficial de nuestra sociedad sea la espiritualidad cristiana, pero su fundamente real no deja de ser la idolatría del becerro de oro, el dinero”. Tan brillante como poco profunda, con la apariencia de profundidad que critica más arriba en el texto.

Al interpretar  a Schelling (Zizek, página 30), quien divide: a) El elemento espiritual de la corporeidad (magnetismo animal) b) El elemento corpóreo de la espiritualidad (muertos vivos).  Estos dos excedentes representan  “la lógica del fetichismo de la mercancía y de los AIE (Aparatos ideológicos del Estado, en Althusser): el fetichismo de la mercancía supone la misteriosa espirtualización del cuerpo, mercancía, mientras que los AIE, representan el gran otro de la ideología espiritual y sin sustancia.

En la nota 25 de Zizek, hay otra excelente reflexión, universidades –anglosajonas- y hermandades y su espíritu transgresor, con respeto irremediable del orden existente y la autoridad. Los Jean Lee en los sesenta se vendían en el país, juntamente con los movimientos estudiantiles en Berkeley, hoy son trapisondas sin sustento, mera máscara, como los profesores que en Oxford, entran en bicicletas a las clases.

La realidad (ibid página31) siempre es incompleta, fracasada. El núcleo preideológico de la ideología consiste, entonces, en la aparición espectral que llena el hueco de lo real”. “Lo que el espectro oculta no es la realidad sino lo “primordialmente reprimido” en ella, el X irrepresentable sobre cuya “represión” se funda la realidad misma.”

El lugar de lo real lacaniano y el antagonismo marxista. Es la mejor perspectiva para analizar los procesos. La lucha de clases como real. Es una apelación a la discordia de Heráclito, a la dialéctica hegeliana y su carácter ontológico, no como mero método. Sin embargo la riqueza del concepto se ve neutralizada por el materialismo con que Zizek, observa el mundo. Un materialismo imposible de sostenerse, en un mundo donde el entramado cultural es complejo e imbricado y no solamente un reflejo de la materia. Pero el permanecer igual de ese lugar extraideológico, en realidad es la posición del psicoanalista, es una profesionalización de la ideología. En realidad no hay ninguna forma de ocultar la irrepresentación del antagonismo, para mirar antagonistamente, porque las minorías ricas, las clases acomodadas son las que más conciencia de clase  tienen en esta época posmoderna. La oligarquía anula toda idea de irrepresentabilidad, basta pasar por un barrio cerrado, o visitar la zona norte de Buenos Aires, y Gran Buenos Aires. Es la sola palabra utilizada (espectro) profundamente eufemística e ideológica en su utilización. Es ideología, esa disminución de la cualidad del espíritu, a mero reflejo de Pavolv, de la materia, lo que cosifica el propio acto crítico de la ideología de Zizek. La religión, mero reflejo de la materialidad, ha sobrevivido a todo, al positivismo científico, al marxismo y al propio capitalismo neoliberal. Hoy el opio de los pueblos son los medios de comunicación.

PUNTO2: ¿CUÁL ES LA CATEGORÍA ANALÍTICA, IDEA O AUTOR QUE MAS TE CONMOVIO (GUSTÓ, INTRIGÓ, DISGUSTÓ, IRRITÓ, ETC) FUNDAMENTAR EN UNA CARILLA.

El artículo “El espectro de la ideología”, de Slavoj Zizek, me irritó, me gustó, me hizo pensar. Me pregunto, y Usted Dra. Nora Wolfzun, que tanto habla de articular autores. El artículo de Zizek, sí, que articula autores. Había husmeado otro artículo de Zizek, y me había dado esa impresión. Me pregunto si el destino de esta época sea articular, si pensar se reduce hoy a articular, enhebrar diferentes categorías y autores. Semejante afirmación supone, que está todo pensado o casi, y la única forma de interpretar los hechos de la realidad, sea elaborar esa rendija imprescindible. Pienso en Niklas Luhmann, y la cirugía conceptual que realiza, utilizado, enhebrando diferentes autores –no solamente alemanes, como nos tienen acostumbrados, los pensadores de ese país, sino que recolecta autores franceses e italianos-, y lo comparo con Zizek, hay un viento de época parecido. Pero Luhmann intentó realizar una teoría sistemática de la sociedad. Tal vez no sean comparables. Pero hay algo que los une: la posmodernidad. He dividido la posmodernidad entre posmodernidad dura y posmodernidad blanda. Luhmann está en la posmodernidad dura. ¿Zizek? Es de difícil lectura, requeriría varias. Lo comparo con Váttimo, que lo pongo en la posmodernidad blanda. Pero las articulaciones de Zizek, son profundas, se nota una lectura concienzuda de la Ciencia de la Lógica, de Hegel, y la Fenomenología del Espíritu. Tal vez demasiado materialista para mi gusto. Tengo mucho rechazo por la materialización del espíritu y del hombre. Ese maldito reflejo de Pavlov.

Me irritó mucho el “lugar extraideologico” (¿?) desde donde (Real lacaniano y antagonismo marxista) Zizek, pretende que individuos debidamente psicoanalizados por él,  u otro psicoanalista lacaniano, deconstruya un sujeto, ¿para que pueda votar? Voto calificado, sí voto calificado, me suena en los oídos esa propuesta imposible de universalizar, de generalizar, de hacer masivo, para que pueda articular en democracia real, ese sujeto.

Me gustaron mucho sus notas críticas de ciertas costumbres que vinculan al mundo anglosajón (la del rock, la de las hermandades universitarias) Recordé mucho la película “La sociedad de los poetas muertos”, ese profesor rebelde, tiene mucho del profesor que entra en bicicleta al aula. Tengo que reconocer que tengo mucho rechazo a la cultura anglosajona (Estados Unidos e Inglaterra) sobre todo por su vulgaridad adocenada con defensa del orden existente, por un sentido común, que vende como pensamiento profundo. Son prejuicios ya lo se. Pero me gusto encontrar en Zizek, esas críticas, que arroje oportunamente en soledad. Sobre todo al Rock. Recuerdo mucho cuando en el año 1981, todo el mundo cantaba en inglés, en el estadio de Velez Sarsfield  -creo que fue en el mes de Noviembre- el grupo “Queen”. Fue uno de los tantos momentos en que me sentí exiliado en Buenos Aires. Unos meses después empezaba la guerra de Malvina, y la difusión del rock nacional, es decir en castellano.
Claudio Javier Castelli


PUNTO 3: CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE UN MITO (NARRAR A SAN MARTÍN, DE MARTÍN KOHAN; COLLINGWOOD Y EL CONSTRUCTIVISMO HISTÓRICO, DE ROSA BELVEDRESI)

El diccionario de la RAE, en su vigésima segunda edición, actualizado hasta el 2012, define: mito1. (Del gr. μθος). 1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad. 2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal. 3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. 4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.

“El héroe nacional consigue siempre mantenerse en pie, precisamente porque tambalea (Kohan, página13). “El culto sanmartiniano –no se trata de San Martín, eso queda claro; no se trata de su persona, sino de la imagen erigida por y para el culto patrio, ofrece no pocos flancos y una sensata objeción: la santificación, el militarismo, el esencialismo, el deber reverencial” (Kohan, pág.14) “Porque San Martín no era un hombre como cualquier otro; no cualquiera podía hacer lo que hizo él, y de hecho, nadie lo hizo” (Koha, pág.15).  “En la potencia impar de su subjetividad, en la plenitud del yo de su condición de Gran Hombre, la Fábula de la Identidad Nacional encuentra la irradiación necesaria para constituir un sujeto colectivo, un Nosotros, el de los Argentinos. La figura heroica de José de San Martín abarca todos los tiempos de esa identidad: el presente, porque su vigencia es indudable, su figura es siempre actual; el pasado, porque es el héroe de la historia, pero además es el héroe del origen, es uno de los padres fundadores de la nación; y el futuro, porque es el héroe moral por excelencia, impone su mandato ejemplar hacia el porvenir, el deber ser de la argentinidad (no en vano es el que reciamente estableción: “Serás lo que debas ser…”). San Martín hace que –al decir de Eric Hobsbawm- “los conflictos simbolicen su reconciliación en un plano más elevado y abarcador”. La caída en el Combate de San Lorenzo, lo hace humano e inmortal, sus soldados se juegan la vida para salvarlo. Hablar de un mito en plena posmodernidad, después de la universalización del consenso de Washington, de la fiebre neoliberal de los 90, de la globalización del capital financiero sin límites, y sin referencias, que circula por el mundo, sobre todos, con las guaridas fiscales, es un desafío. Aun después del 2003, en Argentina, de Chavez, de Lula, de la Cumbre de Mar del plata.

Buenos Aires, es una ciudad cosmopolita, pero nación y bloque regional latinoaméricano, se vuelven condiciones indispensable. Por eso son muy buenos estos textos para hablar de la construcción de un mito. El libro está fechado, el año del no al Alca.

Muy difícil compartir las derivas de la introducción de Kohan, sobre los nacionalismos –Pág.18/19-, siempre a punto de vincular nacionalismo con “nazionalismo”, siempre a punto de relacionar toda reivindicación nacional con Hitler. Algo que no se sostiene. Comparto con la izquierda nacional (Norberto Galasso, Jorge Enea Spilimbergo, Jorge Abelardo Ramos) la consideración de la Argentina como una semicolonia norteamericana. Donde la vigencia del pensamiento colonizado causa estupor, sobre todo cuando leo estas introducciones. La ciudad puerto y haber vivido toda la vida o parte en él, hace que mucha gente no advierta su pensamiento antinacional. Asimismo, sigo a Mao Tse Tung –en su artículo “La contradicción”, en Cinco Tesis filosóficas de Mao Tse Tung, Ediciones en Lenguas extranjeras, Beijing, China, 1980)- cuando se refiere a la contradicción principal –nación e imperio-, como previa a la lucha de clases. Se pregunta por su perduración en el presente (Kohan, pág.19 o 20) como si fuera una enfermedad, cuando el amor al terruño, es un principio natural, de cualquier orden social, un deber para cualquier ciudadano, como el amor a los hermanos, a los padres. En el episodio del inmigrante coreano (Kóhan, pag.23/27), el autor descubre la estigmatización del otro, frente a un nosotros que merece preservarse Y como la figura de San Martín, sirve para afirmar ese nosotros. Cómo la guerra de Malvinas vino a debilitar el honor nacional y el militarismo de la sociedad argentina. Pero a ese militarismo le practicó el golpe mortal el Juicio a las Juntas del 85, y los procesos abiertos desde 2003, así como la incansable lucha de las madres de plaza de mayo.

La dictadura ya tenía la suerte sellada, yo estuve en la plaza el 30 de Marzo del 82, acompañando a los trabajadores que en cientos de miles se lanzaron por el centro de Buenos Aires, un acto multitudinario contra el gobierno militar, Malvinas o no caía. Malvinas en todo caso aceleraron la caída.

La frase de San Martín, utilizada por Moreno Ocampo, Fiscal Adjunto del juicio: “La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes”, y el contexto en que fue empleada, es muy bueno, para mostrar la forma en que se deja a salvo a San Martín, de los horrores del ejército en  la dictadura.

A través de sus viajes, la gesta de la cordillera, va estableciendo los límites del territorio argentino; es el héroe de la consolidación nacional, pero el establecimiento del estado, se realiza con  Generación del 80, y las masacres de Roca en el sur. Hasta esa ignominia, le fue negada a San Martín. Viajes, exilio, cadáver repatriado, como muchos en la historia argentina. Pero necesita el rapsoda que cante a esa épica, el Homero.  Esos grandes hombres de la argentinidad que lo relataron: Juan María Gutiérrez, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre y Ricardo Rojas (entre 1841 y 1933). Sarmiento le dedica varias notas, Juan María Gutiérrez, un bosquejo, pero Mitre “aporta a la representación de San Martín como Padre de la Patria el gran relato de dimensiones monumentales. (Kohan, pág.43)

Ricardo Rojas, publica en 1933, “El santo de la espada”, y potencia a San Martín, “con un salto de trascendentalismo espiritual” (Kohan, pág. 45).  “Su representación narrativa ha quedado completa” (Kohan, pág.46). Posteriormente  “es un objeto a invocar para validar y validarse” (Kohan pág.46) El peronismo lo hizo asociando  a San Martín con Perón, el revisionismo asociando a San Martín con Rosas, la izquierda lo hizo asociando a San Martín, con el Che Guevara” (Kohan, pag. 46). “La imparcialidad el juicio justo, corresponden siempre al discurso de la historia; la inexorable injusticia de las apreciaciones de los contemporáneos se corrige siempre con el inequívoco fallo de la posteridad” (Kohan, pág. 55). Es interesante en reparar en las estatuas –la de la Plaza Marte, hoy San Martín-en el recurso ficcional de Sarmiento de acudir a un teniente de artillería, que supuestamente había participado de la batalla de Chacabuco.

“Mitre escribe una historia monumental de San Martín, ese héroe de los monumentos que, ya en vida, lograba adoptar la apariencia de un monumento”. (Kohan, pág 61). Rojas también como los anteriores hagiógrafos de San Martín, lo hacen “con alguna forma de marginación o repliegue político” (Kohan, pág.66). Pero la de Rojas es “la de la santificación lacia, la de la relativa desmilitarización del héroe militar, desde las amplitudes del nacionalismo liberal” (Kohan pág.67). El mismo año de la publicación de Rojas -1933-, se produce el día de San Martín, 17 de Agosto, y desde 1938, pasa a ser feriado nacional.

¿Qué es un héroe? Acudimos a la RAE: héroe. (Del lat. heros, -ōis, y este del gr. ρως). 1. m. Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes. 2. m. Hombre que lleva a cabo una acción heroica. 3. m. Personaje principal de un poema o relato en que se representa una acción, y especialmente del épico. 4. m. Personaje de carácter elevado en la epopeya. 5. m. En la mitología antigua, el nacido de un dios o una diosa y de una persona humana, por lo cual le reputaban más que hombre y menos que dios; como Hércules, Aquiles, Eneas, etc.

“Un héroe es un destinado” (Kohan, pág. 71) “Esta manera de concebir lo que es un héroe no puede sino determinar la manera en la que se contará su vida” (ibid, pág.72). “El relato de la vida del Padre de la Patria define e integra, por lo tanto, no solamente una secuencia de hechos, sino también diferentes momentos de una subjetividad : un sujeto que se inicia (y para iniciarse, se va): que se revela ante sí mismo (y entonces regresa); que se singulariza (revelándose también ante los demás); que se vuelve único (y entra en el panteón); y que se sacrifica (alcanzando la superioridad moral que lo convierte en el padre supremo de la argentinidad)” Y la instancia de la repatriación (Kohan, pág. 75). Se destacan los valores morales del héroe, así como la astucia y el ingenio (Alvarez Condarco, enviado por San Martín, como parlamentario a Chile, pero en realidad para conocer el camino del cruce), “convierte la mentira en un instrumento militar” (Ibíd, pág. 78). Rojas también destaca la épica, pero también la tragedia de la historia argentina.

“Narra a San Martín haciendo que su campaña militar se sublime como lucha espiritual” (Ibíd, pág.87).

A través de su retórica, Rojas, les dirige admoniciones a los militares argentinos –Recuérdese el golpe militar de 1930, que derrocó a Irigoyen-

El héroe militar que había forjado Mitre, fue discutido también, por Juan Bautista Alberdi; la forma de Mitre de concebir la argentinidad. “Dijo que era un genio entre mediocridades” (Ibíd, pág.94) Y que su delimitación del territorio argentino, fue limitante, porque excluyó territorios, que pertenecían al Virreinato del Río de la Plata. Pero discute con Bartolomé Mitre, su disposición a hacer de la historia, una historia bélica, y no a hacer una historia de la libertad. Todo lo que Mitre no destacó, y lo que Alberdi puntualizó, es neutralizado por Rojas, con su héroe santo. Leopoldo Torre Nilsson filma en 1968 y estrena en 1969, la película “El santo de la espada”. Vuelve a representarse el soldado, aparece uniformado, aun en momentos íntimos. “Torre Nilsson lleva a cabo, no ya una versión del libro de Rojas, sino una reversión del libro de Rojas” (Ibíd, pág.102), dictadura de Onganía mediante –y la evidente censura-, como sea “San Martín es el hérode simultáneo del militarismo y del antimilitarismo, del clericalismo, y del anticlericalismo, de los liberales, y de los revisionistas (su sable corvo lo destinó a Rosas).

Su sable corvo también pobló la historia argentina de sucesos, reinvindicaciones, para apañar determinadas posturas de movimientos izquierdistas. Este 25 de Mayo se volvió a llevar el mismo al Museo Histórico Nacional, donde estará custodiado por Granaderos.

-El trabajo  de Rosa Belvedresi (Collingwood y el constructivismo).

R. G. COLLINGWOOD
“En general se coincide en que el desarrollo intelectual de Collingwood podría dividirse en diversas etapas o momentos, las propuestas varían, según cual sea el aspecto de su filosofía que se considere pero si se tiene especialmente en cuenta la actitud de Collingwood frente a la historia pueden distinguirse entre los intérpretes dos posiciones básicas: la de quienes entienden que sus ideas sufrieron un cambio fundamental desde el realismo al antirrealismo; y aquellos para los que las modificaciones posteriores no son más que una profundización de tesis que ya habían sido insinuadas antaes en cuyo caso los cambios, entonces, son más bien transiciones que rupturas fundamentales” (Belvedresi, pág 187).

Definamos diacrónico: diacrónico, ca. 1. adj. Se dice de los fenómenos que ocurren a lo largo del tiempo, en oposición a los sincrónicos. 2. adj. Se dice de los estudios referentes a estos fenómenos. Real Academia Española © Todos los derechos reservados

La autora del artículo dice “En este trabajo trataré de mostrar que existe en la obra de Collingwood una unidad si se considera su concepción de la historia y, si bien no creo que algunos cambios en su desarrollo puedan obviarse, me inclino por una lectura que tienda a verlos como modificaciones en sus tesis que, vistas diacrónicamente, permiten reconocer cierta continuidad” (Belvedresi, lpág. 189). “Esta unidad significa inicialmente, la posibilidad de leer las tesis contenidas en cada libro a la luz de los otros” (Mink, cit. Por Belvedresi, pág.189). Collingwood, en su etapa realista, había definido el fin supremo de la historia como la determinación o interpretación del hecho individual” (Ibíd, pág.192). “El conocer no supone diferencia para lo conocido” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág.192).

Dice Belvedresi que la calificación de “realismo” puede ser discutida, la insistencia sobre los hechos no apuntaría a su carácter independiente del conocimiento del historiados sino  a acentuar la actividad individualizadora de éste” (Ibíd, pág. 193). En su  Speculum Mentis “se propone la construcción de un mapa del conocimiento en el que se distinguirán cinco provincias, o formas de experiencia: arte, religión, ciencia, historia y filosofía (Ibíd, pág.190). Es decir si la historia  se somete a la filosofía, ello “explicita los supuestos de la historia” (Ibíd. Pág. 194). “El único objeto al menos del que puede decirse que su naturaleza es alterada al ser conocido (…) es la mente que conoce” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 195). “El mundo del hecho que la historia suponía real no es independiente del historiador” (Collingwood, cit. Ibid. Pág.195), “el mundo del hecho que para la historia es un presupuesto exerno de su pensamiento, se torna para la filosofía un mundo de perspectivas” (Ibíd, Pá.195) “Elijo la expresión constructivismo histórico para referirme a la posición de Collingwood porque me parece más adecuada en este contexto que las de “anti-realismo” o “no realismo”. “Lo que el historiador construye no es sólo una teoríqa o explicación de lo que ocurrió, sino los eventos mismos” (Belvedresi, pág. 197).

“El historiador construye o constituye su objeto no está diciendo que crea un objeto que antes no existía (y que nunca existiría si él no lo inventase); no está diciendo que si no fuese porque el historiador tomó el diario personal de Simón Bolívar y lo consideró evidencia para afirmar su existencia, Simón Bolívar no hubiese existido. Lo que dice, menos pretensiosamente, es que el historiador construye un Simón Bolívar historiográfico al interpretar las pruebas de las que dispone como pertenecientes a un tal personaje” (Ibíd, pág. 198). La tesis constructivistas hacen hincapié en la evidencia y la interpretación. Una narración histórica es verdadera no porque se adecue a un hecho, sino porque 1) da una interpretación coherente de la prueba disponible y 2) toma en consideración la evidencia considerada relevante por la comunidad científica de los historiadores.” (Ibíd, pág. 198). Collingwood, entonces debería “reconocerse que aceptó una tesis constructivista desde sus comienzos aun cuando no fuera explícita y consistentemente formulada como en sus obras posteriores” (Ibíd, pag. 198)

Ello no “transforma a la historia en una variante más o menos culta de la ficción literaria, más todavía, esa condición parece favorecerla ya que el debate entre relatos alternativos resulta en la apreciación cada vez más controlada de las pruebas, así como también en la exposición de los supuestos que a veces enturbian el trabajo del historiados” (Ibíd. Pág.200).

“Toda historia es el fruto de una interpretación más o menos crítica y científica de las pruebas” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 201). “El constructivismo se aplica incluso a las pruebas, puede decirse que la evidencia es creada por el pensamiento histórico: “creada, no descubierta, porque la evidencia no es evidencia hasta que no vuelve algo evidente” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 201). “Nada debes afirmar, aunque sea cierto, para lo cual no puedas producir evidencia” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 201).

“La construcción de la imagen del pasado no es, entonces arbitraria, en la medida en que es discutida y controlada intersubjetivamente” (Belvedresi, pág. 205). “La imaginación a priori de Collingwood, y en general su tesis constructivista, sólo se aplican a la constitución del pasado histórico, no a su creación”.

-Conclusión de los dos trabajos

El constructivismo parece como la única posibilidad de articular la historia, a partir de las pruebas, pero donde a cada prueba, corresponde una interpretación del historiador, es interesante distinguirla de las ficciones, que radican solo en la imaginación, aquí se trata de imaginación histórica, pruebas, construcción de un Mito. Pero en la obra de Collingwood, “Idea de la historia”, Fondo de cultura económica, Méxijo, 1952, en la página 301, dice “A manera de ilustración de esta tesis he de demostrar cómo nuestro conocimiento de que la actividad humana es libre lo hemos alcanzado solamente a través de nuestro conocimiento de la historia”. Eso la relación entre constructivismo y libertad, quería señalar.

PUNTO 4: DAR CUENTA DE LA ARTICULACIÓN “MUNDO LENGUAJE” EN LOS SIGUIENTES AUTORES (TOMAR UNO A ELECCIÓN). PIERRE LEGENDRE, LO QUE OCCIDENTE NO VE DE OCCIDENTE.

¿Qué es mundo? (RAE) mundo. (Del lat. mundus, y este calco del gr. κσμος). 1. m. Conjunto de todas las cosas creadas. 2. m. Planeta que habitamos. 3. m. Esfera con que se representa el globo terráqueo. 4. m. Totalidad de los hombres, género humano. 5. m. Sociedad humana. El comercio del mundo. Burlarse del mundo. El Redentor del mundo. 6. m. Parte de la sociedad humana, caracterizada por alguna cualidad o circunstancia común a todos sus individuos. El mundo pagano, cristiano, sabio. 7. m. Experiencia de la vida y del trato social. Tener mucho mundo. 8. m. Ambiente en el que vive o trabaja una persona. El mundo de las finanzas. 9. m. Vida secular, en contraposición a la monástica. Dejar el mundo. 10. m. En sentido ascético y moral, uno de los enemigos del alma, según la doctrina cristiana.

¿Qué es lenguaje? lenguaje. (Del prov. lenguatge). 1. m. Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente .2. m. lengua ( sistema de comunicación verbal). 3. m. Manera de expresarse. Lenguaje culto, grosero, sencillo, técnico, forense, vulgar. 4. m. Estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular. 5. m. Uso del habla o facultad de hablar. 6. m. Conjunto de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los ojos, el de las flores. 7. m. Inform. Conjunto de signos y reglas que permite la comunicación con un ordenador. ~ de alto nivel. 1. m. Inform. lenguaje que facilita la comunicación con un computador mediante signos convencionales cercanos a los de un lenguaje natural. ~ ensamblador. 1. m. Inform. lenguaje muy similar al de máquina, con pequeñas modificaciones mnemotécnicas que facilitan su uso. Es de nivel inmediatamente superior al de máquina. ~ máquina. 1. m. Inform. Conjunto de instrucciones codificadas que una computadora puede interpretar y ejecutar directamente. Real Academia Española © Todos los derechos reservados

“Loysel: Se enlazan los bueyes por los cuernos y a los hombres por las palabras”. Las obras heredadas de Roma y la Edad media, sobre derecho, iban con la definición de las palabras empleadas.  “EL lazo del lenguaje, distingue al hombre” (Legendre, pág.68). Cita a Aristóteles, quien en La Política, dice que el hombre es un animal político, porque es el único que tiene la palabra” (Ibíd, pág 68) “La filosofía de Aristóteles da testimonio del trabajo de la cultura en orden a edificar las categorías por cuyo intermedio el humano se identifica, se reconoce a sí mismo diferenciándose” (Ibíd, pag. 69). Los descubrimientos e Freud, en relación al combate del hombre por la cultura, a su malestar, inquietud y desgarramiento, confirman en Legendre la necesidad de seguir la senda de una antropología dogmática. Legendre considera al ser humano, no como un ser indiviso socializado, “compuesto por una única pieza, sino como un ser dividido por el lenguaje, separado de sí y del mundo y sin embargo unificado por los lazos del lenguaje constitutivos también de lo que llamamos sociedad, cultura, civilización” (Ibid. Pág.70). El viviente que habla se halla articulado y puesto en relación según “la lógica del montaje” (Ibíd. Pág.70) del discurso, que “en cuanto tal, ocupa el centro de nuestra problemática: el objeto antropológico.” (Ibid, pág.71). El concepto de lazo tiene aquí una connotación doble. Por un lado, remite a la idea de relación entre elementos separados, remite a la división por el lenguaje. Y, por el otro, significa también coacción y evoca, pues, lo normativo, lo instituido. “El animal dividido por el lenguaje, pero también el animal instituido” (Ibíd., pág. 71). El animal dividido por el lenguaje, es la corporalidad y la palabra. El fenómeno del discurso y de la relación del cuerpo con el discurso, relación específica de nuestra especie” (Ibíd, pág. 72).

Tanto en “Occidente como en todas las demás culturas, el como si, la dimensión de la ficción, es el rodeo obligado que posibilita al hombre ser ese cuerpo entero evocado por el maestro del Tao; dicho de otra manera, ser el animal dividido, enlazado, instituido, el animal hablante” (Ibíd., pág. 74). “Los vocablos, las palabras, son una meditación gracias a la cual el humano entra en relación con su propia materialidad animal y con la materialidad del mundo.” (Ibíd, pág. 74). “Aparece la necesidad lógica de una desmaterialización de la materialidad, de una desmaterialización del cuerpo y del mundo para que la vida surja, para que la vida viva y se reproduzca en la especie dotada de la palabra” (Ibíd., pág. 75). La pantalla de las palabras supone la identificación con uno mismo y la identificación del mundo y con el mundo por el humano. “De qué modo la división por el lenguaje se articula con la vida de la representación, con el juego de las imágenes.  Pero también hemos de tener en vista el lado normativo inseparable del lenguaje. (Ibíd, pág. 775/76). Las palabras las analiza siguiendo la estructura del signo de Saussure: el significado, el significante, y el lazo. Llama lazo dogmático porque es del mismo tipo “que el que une al sujeto con su imagen en la escena del espejo, ese lazo es resultado de un disparidad, de una distancia entre los dos términos. El signo revela una estructura ternaria, donde la disparidad funciona como elemento tercero. La disparidad es la mensajera del sentido. Pero el soporte es la relación consigo mismo. Pero el humano se inscribe en la escenificación de sí y del mundo mediante los signos, con el fin de crear la exterioridad en el interior de sí. “El cuerpo mismo se vuelve, diría yo, espacio teatral, objeto de la representación anclada en la palabra” (Ibíd, pág.81). Pero la modernidad disolvió la separación introducida por el cristianismo y dio lugar a “una incomprensión del montaje lingüístico, incomprensión hoy prácticamente total” (Ibíd, pag.81).  Está en juego “la división psico-somática no opone la materialidad somática a la inmaterialidad psíquica, pues esta división es ante todo un discurso: un discurso que designa el montaje lingüístico del humano, del animal hablante.” (Ibíd, pág. 82) “La materialidad del cuerpo no queda suprimida, sino que en el montaje es asumida como imagen: como imagen instituida (Ibíd., pág. 82). Estas consideraciones sobre la división psico-somática introducen en la interrogación sobre el viviente la cuestión de los montajes dogmáticos. El espejo implica liberarse de las explicaciones implica fe en las imágenes. El espejo nos hace entrar en lo original de la vida de la representación. El espejo nos sumerge en el abismo de la identidad (Ibíd.pág- 84). La lógica del espejo “demuestra la naturaleza relacional de la identidad” (Ibid. Pág. 84). El sujeto no necesita ninguna prueba para plegarse a la verdad de su imagen (Ibid. Lpág 85). “Para elaborar su lazo con la alteridad del mundo, con la imagen del mundo, construye la alteridad de sí mismo”. “El lazo de imagen es la otra vertiente de la relación lingüística. El hombre mantiene con el mundo relación de interlocución. (Ibíd, pág. 85). “El espejo es la metáfora del poder de dividir”. Espejo y palabra son indisociables, pues uno y otra expresan la misma lógica ternaria (Ibid., pág. 86). El pincel invisible o el Dios pintor del alma expresan pues, metafóricamente, el poder de un sitio lógico significativo de la disparidad, de la distancia de sí a sí mismo, de la desgarradura, pero que también abre para el humano, el universo de la ficción” (Ibid. Pág. 87).

Aparece entonces en el animal instituido, la exigencia de legitimidad que hunde sus raíces en lo oscuro y lo informe, es el lazo del viviente que interroga. Pero el hecho de vivir “la pregunta contenida en la lógica de la palabra” interdicción, es el aspecto negativo, el límite implicado por el yugo del lazo. El núcleo antropológico del orden normativo es el principio genealógico vehiculado por el lenguaje. La institución lógicamente primera es la lengua (Ibid. Pág. 91), y el hombre paga la deuda de la palabra a la cultura misma, que es la que construye la legalidad de los nombres. (Ibíd. pág. 92). Segundo punto es la ordenación genealógica del mundo, que pasa por la institución de la diferencia de sexos. La institución como un montaje y, a modo de consecuencia, la sociedad misma como un montaje. La sociedad trabaja con los mismos medios que el individuo. En otros términos una sociedad se inventa los medios para hablar, que no pueden ser sino medios de ficción. (Ibíd. Pág. 93). Toda sociedad tiene una escena fantástica de lo social o reinado social de las imágenes, y por otro lado, la escena de las relaciones que dependen de la positividad mensurable, de lo jurídico gestionario, de la presencia materializada de la técnica. Mantener unida estas dos escenas es la función mediadora del poder de instituir, un poder que hoy es proteiforme, que nos remite a la problemática del espejo.

Conclusión: El texto obviamente me remite a Hegel y su dialéctica triádica, pero además a la “Filosofía del derecho”, de Hegel, cuando considera, en su primera parte, la relación del cuerpo, con la voluntad. Asimismo me remite al texto de Heidegger “La época de la imagen en el mundo”, Caminos de bosque, Alianza, Universidad, pág 75 y sig., Madrid, 1984. Agrego alguna palabras para armar una discusión “El verdadero sistema de la ciencia reside en la síntesis del proceder anticipador y la actitud que hay que tomar en relación con la objetivación de lo ente resultante de la planificación correspondiente” (Heidegger, pág.85). “La ciencia se convierte en investigación única y exclusivamente cundo la verdad se ha transformado en certeza de la representación” (Ibíd. Pag. 86). “La imagen del mundo sería una especie de cuadro de lo ente en su totalidad” (Ibíd. Pag. 88). “El hombre se sitúa respecto a lo ente en la imagen”: “Al hacerlo, el hombre se pone a sí mismo como esa escena en la que a partir de ese momento, lo ente tiene que representarse a sí mismo, presentarse, esto es imagen. El hombre se convierte en el representante de lo ente en el sentido de lo objetivo.” (Ibíd. Pág. 90). No puedo extenderme sobre la confrontación que podríamos hacer, pero basta decir criticar l visión decisivamente institucionalista de Legendre. No hay mucho espacio para la libertad, y para el espíritu.
ZYGMUNT BAUMAN

PUNTO 5: CÓMO EXPONEN EL SÍNDROME DEL PODER-CONOCIMIENTO LOS SIGUIENTES AUTORES (TOMAR UNO, A ELECCIÓN): ZYGMUNT BAUMAN, LEGISLADORES E INTÉRPRETES.

 “La forma en que se había constituido el mundo vivido intelectual hacia fines del siglo XVIII también fijo los parámetros externos del capital posible que el conocimiento podía aportar a su contrato de matrimonio con el poder” (“Legisladores e Intérpretes, Zygmunt Bauman, pág. 139). “Sólo existimos –dijo Desturt de Traci- a través de nuestras sensaciones y nuestras ideas. Ninguna cosa existe salvo por la idea que tenemos de ella”. “Deliberadamente o no, esa imagen era, por necesidad, un mundo regido por las personas que producían y distribuían las ideas; un mundo en el cual el discurso era la actividad central y decisiva; en el que las personas participantes en el discurso eran igualmente centrales y decisivas para el destino de la sociedad” (ibíd, pág. 142). “Los intelectuales de la época del Instituto Nacional tenían todos los motivos para creer que cumplían tales condiciones” (Ibíd, pág.143). “La ideología iba a ser la ciencia de la sociedad; o la ciencia de la sociedad se identificaba con la producción y comunicación de ideas”. (ibíd. Pág. 144). “Cómo la física o la química, la ideología iba a ser un instrumento de dominio de su objeto, “conocerla a fin de dominarla” (…) Los ideólogos percibían la sociedad y a sus miembros, antes que nada, como un objeto para la acción intencional; como un  material que debía estudiarse como cualquier otro que quisiera emplearse en la construcción de planes deseables” (ibíd, pág. 147). “La idea de la educación pasó a ocupar el centro mismo del programa” (ibíd. Pág. 149)., “ilustrar a los legisladores y otras personas a cago de la administración de la sociedad y la interacción humana” (ibid. Pág. 149)  “Solo unos pocos años después, en 1822, Auguste Comte, el más audaz de los ideólogos, hará la apuesta en términos que no dejaran nada librado a la imaginación” (ibíd. Pág. 150), pero con el nombre de sociología, que reemplazada la denominación para la ciencia bautizada “ideología”, por Destutt de Tracy. “Gradualmente, los ideólogos se convirtieron a los ojos de Napoleón en competidores por el poder estatal; tan radicalmente diferente era su concepción de la administración de la sociedad, que en determinado momento pasaron a ser el epítome mismo de las fuerzas políticas rivales” (ibíd. Pág. 151.). Era la diferencia entre expertos de formación científica y ejecutores de políticas. La reyerta iba a ser tratada por los dos bandos durante un siglo.

Marx y Engels en su “Ideología alemana” concibieron la ideología en los mismos términos que los que generaron la idea, pero le agregaba el tono idealista de la sociedad, “que convocaba a los filósofos a liberar al pueblo de las quimeras, las ideas, los dogmas, los seres imaginarios bajo el yugo de los cuales está constantemente sujeto; “el asalto contra la ideología alemana apuntaba contras el idealismo filosófico (Ibíd. Pág. 153).

“Ideología y utopía”, de Mannheim, se lee ciertamente como la respuesta tardía del Instituto Nacional a las censuras de Napoleón” (Ibíd. Pág. 155/156), y puede interpretarse plausiblemente como un intento de reanimar el “viejo idioma de los intelectuales como legisladores” (Ibíd. Pág.157), pero su revisión fue el último del viejo drama y no el comienzo del nuevo.

La confianza de las élites europeas se proyectó en las categorías adyacentes de la humanidad, y forjó la idea de progreso, a partir de la inmaculada experiencia de su propia superioridad. “El hombre fáustico de Nietzsche y sus seguidores se talló a imagen de la era moderna, orgullosa de su poder y su superioridad y segura de que todas las otras formas humanas eran inferiores a ella” (Ibíd. Pág.163); Freud describe la modernidad en un momento en que el “principio de realidad” logra dominar al “principio del placer”, y cuando las personas cedes parte de su libertad, a cambio de cierto grado de seguridad, fundada en un marco higiénicamente firme, limpio y pacífico.” (Ibíd. Pág.163). Después del “Malestar en la cultura”, el joven Norbert Elías decidió someter la hipótesis de Freud, a las pruebas de la investigación histórica. Simmel dio una compleja actitud de amor y odio hacia la modernidad, una dialéctica retorcida de contradicciones insolubles, sobre todo la tragedia de la cultura, la ineptitud humana “para asimilar productos culturales, sobreabundantes debido a la creatividad sin límites del espíritu humano. Estas visiones generaron seguidores e impactos en las conciencias, pero una nueva perspectiva cognitiva generó que las reyertas tuvieran un clima familiar, fundado en que los cambios de que la modernidad significó o trajo como secuela tienen carácter irreversible, aunque como un proceso inconcluso, autorreferencial y autoconvalidante. Pero a partir del posmodernismo, desde una posición histórica privilegiada, ve a la modernidad como un objeto cerrado, un producto esencialmente completo, un episodio de la historia con un principio y un fin. La posmodernidad empezó en las artes con su rebelión antiradicionalista y nuevos paradigmas, y la súbita popularidad de la hermenéutica posterior a Wittgenstein y Gadamer en las ciencias sociales. A diferencia de la noción de una sociedad posindustrial, el concepto de posmodernidad se refiere a una cualidad distintiva del clima intelectual, a una postura metacultural claramente nueva, a una autoconciencia distintiva de la era, aunque también a una falta de confianza en sí misma, y por abandonar la búsqueda de los presupuestos de las modernidad (la lógica, la moralidad, los preceptos culturales, etc.).

“Ningún poder se siente en condiciones de sostener una superioridad de la forma de vida que representa”(Ibíd. Pág.172). Claramente esto no ha sido con relación a la Política Exterior Norteamericana, y su rapiña por el petróleo, frente al mundo árabe. “El mundo contemporáneo se adapta mal a los intelectuales como legisladores, la autoridad se ha vuelto innecesaria, y los intelectuales fueron despojados de las funciones y títulos que querían ver como propios, es el mecanismo del mercado el que hoy toma a su cargo el papel de juez, formador de opinión y verificador de valores. El ascenso del intérprete encuentra un mundo pluralista, donde no hay sistema indiscutido de definición de realidad, “puede discutirse si el pluralismo que diagnostica Kliever es un giro en la estructura del mundo o en la percepción que de este tienen los intelectuales. El arte posmoderno siguió un revolucionario camino desde Duchamp, y su “manantial”, simultáneamente los críticos de arte, que tenían un cuasimonopolio de la belleza y lo vulgar, perdieron el lugar frente a la autonomía del juicio crítico, y al lugar desde donde se ha emitido ese juicio estético. A los filósofos del arte les parece un estado anarquía es sobre todo la impureza inherente de factores que participan en la fabricación de X o Y como obra de arte, y la imposibilidad consecuente de separar el arte del no arte, o el buen arte del malo; es que la impureza deviene del consumo cultural en expansión acelerada, que definen como “cultura de masas”.  Howard S. Becker intenta una teoría institucionalista del arte, medido por los lugares dadores de reputación (galerías, etc.), pero agrega que mediante esa teoría no es posible satisfacer el deseo filosófico de decidir definitivamente. Simultáneamente se produjo un cambio en la estética de los intelectuales y de los intelectuales para analizar la estética en su propio trabajo.

“Además de la estética las áreas más afectadas por el desafío posmoderno son los discursos filosóficos consagrados a las cuestiones de la verdad, la certidumbre y el relativismo, y los que se ocupan de los principios de la organización societal” (ibíd. Pág. 200). La multiplicidad e voces y escenarios, requieren del “arte de la conversación civilizada”, donde el intérprete puede ser calificado. “La mayoría de las elaboraciones recientes más influyente en filosofía y ciencias sociales apuntan en la dirección de esa especialidad. El paso de una noción negativa a la noción positiva de la ideología, el redescubrimiento de la hermenéutica, y abrir a la comunicación mundos de sentidos que de otra manera quedaría cerrados unos a otros. Se intenta por supuesto una defensa del modus de vida occidental, antaño solidificada en su supuesta “superioridad”. “Comunidad” es sin duda el concepto central de la filosofía y las ciencias sociales autoconscientemente posmodernas. Vino a reemplazar a la razón y la verdad universal y el método único que conduce a ambas. Ya no hay déspotas ilustrados a la búsqueda del consejo de los filósofos. Sólo hay filósofos que tratan desesperadamente de crear comunidades y mantenerlas. Conclusión: Una excelente radiografía del paso de intelectuales a intérpretes. Me parece que guarda excesivo optimismo filosófico artístico, del mundo actual, y no advierte la inconsistencia del mercado, y su límite de injusticia y redistribución de riquezas. Frente a ello, el estado, la nación, los localismos, los bloques continentales y geopolíticos vuelven a tener importancia, en este momento del Siglo XXI. Sin embargo la búsqueda de universalidades comparables emparentan a Bauman, con las mejores tradiciones de la racionalidad clásica europea.  

Claudio Javier Castelli (Junio de 2015)

  


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