miércoles, 8 de marzo de 2017

JUANA P. MANSO, LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER, Por Claudio Javier Castelli

JUANA P. MANSO, LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER, POR CLAUDIO JAVIER CASTELLI

(El siguiente es un artículo, que hace algunos años publiqué en el periódico Reflexión Bautista, como hoy se  celebra el día internacional de la mujer, y como solidaridad a la lucha de NI UNA MENOS, quería reproducirlo )


Juana P. Manso, la educación pública y los derechos de la mujer - El rostro femenino del espíritu de Mayo, Por Claudio Javier Castelli


Juana P. Manso
Hace algunos años participé de una charla sobre los derechos de la mujer, que daba un sacerdote, había algo en el ambiente de la conferencia que no cerraba, no creía que fuese un religioso y, en especial un sacerdote católico el que tuviera a su cargo la defensa de los derechos femeninos. Hay algo, que parece no ser apoyado por la historia; sin embargo, tampoco creo, que las reivindicaciones de género sean sólo sustentadas por las mujeres, si además no son acompañadas por los hombres, que en muchos casos son los victimarios de la condición de aquellas.
Claudio Javier Castelli
Estas cosas me pregunto al tratar de hablar de alguien, que inspira mucho respeto, como la nombrada Manso, considerada como la mujer más destacada del Siglo XIX argentino, su planteamiento fue realmente atrevido. Hizo lo que ninguna mujer hubiera osado: se negó a aplicar lo que ella llamaba virtudes negativas: callar, ignorar y obedecer. El uso de la palabra escrita fue su principal arma, poderosa a la vez que sencilla, pero que encendió no pocas mechas con una elegante ironía. Fue pródiga en estímulos para las mujeres en las que veía el germen o expresión de su propia conciencia.

Apoyó la Ley del Matrimonio Civil que otorga derechos a la mujer, así como los derechos del niño y la eliminación de castigos físicos hacia él.
Nació en Buenos Aires, el 26 de Junio de 1819, hija del ingeniero andaluz José María Manso y de la porteña Teodora Cuenca. Bregó por ampliar la participación de la mujer en el campo de la educación y por anular las discriminaciones impuestas por su condición de género. Había leído con fruición a George Sand y a Concepción Arenal.
Fue periodista, novelista, poeta y educadora, destacándose en todos esos aspectos de su personalidad batalladora. Sus vínculos con figuras del protestantismo en Buenos Aires, y el exterior, a la vez que con hombres de pensamiento liberal (como algunos de los exiliados Montevideanos, como 
José Marmol; y como Avellaneda, Mitre y Sarmiento) la llevaron a acercarse a las iglesias anglicana metodista y, finalmente, a abrazar la 
fe evangélica a los 46 años de edad,decisión en la cual tuvieron lugar preponderantemente sus lecturas de la Biblia.

En las Sagradas Escrituras encontró el solaz que necesitaba su alma, tras el abandono del que fue objeto por parte de su esposo, como también por las constantes críticas a 
su accionar y a su persona, al parecer poco agraciada físicamente.
Conoció las “escuelas dominicales” protestantes, a las que ponderó por su valor educativo y por incluir actividades que facilitaba el acercamiento y el consiguiente conocimiento entre maestros y padres de los alumnos.
Activa cristiana evangélica, procuró ser luz y sal en los medios culturales y educaciones en los que se desenvolvía. Perseguida por los que la rodeaban, y muy especialmente por el clero, que consideraba subversivas y peligrosas sus ideas, fue en palabras de Domingo F. Sarmiento, “el único “hombre”entre los cuatro millones de habitantes en Chile y Argentina que comprendiese mi obra de educación y que, inspirándose en mi pensamiento, pusiese el hombro al edificio que veía desplomarse.”
La actividad de Juana Manso como fundadora de escuelas para niños, jardines de infantes y bibliotecas populares es particularmente notable. El 10 de Noviembre de 1866 fundó en la ciudad de Chivilcoy, en la Provincia de Buenos Aires, la primera biblioteca popular.
“Vosotros ricos, ¿por qué no la educáis ilustradas en vez de crearlas para el goce brutal? Y vosotros pobres ¿ por qué le cerráis torpemente la vereda de la industria y el trabajo, y la colocáis entre la alternativa de la prostitución y la miseria?.”, dijo con su pluma certera.
Los aspectos más significativos de sus ideas pedagógicas son: Educación popular, obligatoria, gratuita, igualitaria, toleranciareligiosa y los derechos y el rol social de la mujer.
Es amplia su labor como traductora del francés, del inglés y de sus propias obras escritas en portugués. Trasladó al castellano el Reglamento de Bibliotecas de Nueva York.

La primera edición de su novela Misterios del Plata, escrita en portugués, comenzó a aparecer por entregas en el periódico O Jornal da Senhoras, a partir del 4 de enero de 1852 hasta el 2 de Junio del mismo año. La narración expresa el cuadro de la época. Se percibe en ella el grito angustiado y hondo de la generación romántica argentina durante el período rosista.
Manso reintroduce la temática de civilización y barbarie, todos los males provendrían de la incultura, consecuentemente la necesidad de la educación se hace indudable. Si miramos el siglo XIX nuestro, es difícil seguir pensando que todos los males provinieran de la incultura, y no también, de una organización económica y social, que no favorecía la integración de todas las provincias, y de sus ciudadanos, por una economía, agroexportadora, cuyo puerto era Buenos Aires, y miraba a Europa. Sobre todo si pensamos la educación como algo vertical del maestro al alumno, y no que tenga también el alumno algo que aportar en ese proceso.
De todas formas, el acento puesto en la educación, la llevó a sostener que la misma debía ser el cuarto poder del Estado, con Constitución, Ejecutivo y Legislativo propio. Si algo ha traído el pensamientoposmoderno, es la idea de defensa del diferente, por cuestiones raciales, de género, de creencia religiosa, de identidad sexual, de reivindicación política, en fin; lo que queda claro, es que tales planteamientos no aportaron más soluciones que la tolerancia, que es la misma de la cual hablaba Juana Manso en el Siglo XIX.
Conviene recordar la novedad de las escrituras, que introdujo Pablo en Gálatas 3:28, “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”.
Todos somos iguales y todos gozamos de los mismos derechos ante la ley y Dios. Para ello habría que traer a cuenta el art. 16 de la Constitución Nacional. Pero también es una ingenuidad de abogado, que cree que porque está en la norma ya vive en la realidad, o de pastor, porque está en la escritura, se cumple o se debe cumplir.
La actualidad de los planteamientos de Juana Manso, nos salen al encuentro en el Siglo XXI, pero es difícil pensar que sólo con la tolerancia, individual y social, lograrán las mujeres los derechos de género, que les son negados a diario, en la familia, en el trabajo, en la política; es necesario que esa tolerancia sea introducida institucionalmente y respetada en los hechos por los diferentes actores. Educacionista, de fe protestante, activa luchadora en pro de los derechos de la mujer, múltiple en su actividad de fundadora de escuelas para niños y en la publicación de revistas femeninas, temprana novelista, traductora y pianista, en su época mereció algún comentario irónico y hasta jocoso de algunos, pero ganó la justificada admiración de la historia.

Fuentes:
• “Juana Manso”, Una vida al Servicio de la cultura argentina. Manon V. Guaglianone de Delgado Fito, Buenos Aires, 1968.
• “Juana Manso, educacionista. Un arduo Manual de Historia Rioplatense para las Escuelas. León Benarós, Todo es Historia Nº 452.
• “Juana P. Manso”, Misión, Enero-Marzo 1995, David R. Powell.
• “Juana Manso”. Lidia F Lewkowicz, Cuadernos Hispanoamericanos, Septiembre /03. Nº 639.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario