martes, 11 de octubre de 2016

CIVILIZACIÓN Y BARBARIE NEOLIBERAL por Claudio Javier Castelli


OBERTURA DEL 19 DE JUNIO DE 2021



No hay nada que se pueda hacer ante una conciencia que dice no



DELIREMOS UN POCO



El título es pomposo. Bien de abogado. El subtítulo es reticente: Durante toda la vida no hice otra cosa que delirar. Pero la vida misma es un delirio. La historia Argentina también es un delirio. ¿Qué es delirar? Dejarse llevar por el pensamiento o los pensamientos, seducirse con el libre fluir que viene de no sé dónde. Ya sé que los psicoanalistas van a hablar de narcisismo, del goce; pero me gusta más libre fluir, la seducción del espíritu.

Deleuze, creo que en “Crítica y clínica”, dice que “cuando el delirio es estado clínico ya las palabras no desembocan en nada”. Es cuestión de gustos, me fascina Jacobo Fijman, y mucho los que se editaron este siglo, y escribió aquel en el hospicio. Muchísimo los poemas de la locura de Friedrich Holderlin. Sólo después de los noventa empezaron a tallar los poetas “cuerdos”.

Borges dice en alguna parte –seguramente de algún abogado, me incluyo- “hablaba con fluidez e incorrección”.

Pero ser es pensar. Esto es una vieja idea metafísica de los griegos y hegeliana. El principal delirio porqué me gusta Hegel. Pero el profesor alemán razonaba con el más imposible esfuerzo racional. Por algo es el último gran metafísico de la filosofía occidental, al decir de Heidegger. ¿Pero cómo se hunde en la realidad no?. Para un latino que lo lee desde Latinoamérica es imposible leerlo sin que la propia lógica dialéctica se disgregue en pedazos, salte de un lado a otro, se convierta en lectura saltimbanqui, en balbuceos. ¿Queda algo del alemán después de eso? Creo que no.

Como Aristóteles, que recepto el legado de Grecia, Hegel, quiso hacer lo mismo con toda la filosofía anterior desde los griegos. ¿Lo logró? No creo. Es imposible hacer algo así. Lo cierto es que cambió el mundo. Todo se ha pensado a su influjo o en su contra.

No somos tantos los hegelianos; operamos en sectas como el capitalismo. Las grandes Corporaciones multinacionales, las empresas, nuestros empresarios, los banqueros también operan como sectas, muy influyentes por cierto. Las clases acomodadas también operan como sectas.

¿Qué es “Clarín”: una secta. 

Pero una cosa es una secta y muy otra: una mafia. Aquí ya entramos en problemas con las leyes en general y con las leyes penales en particular.

Este blog es un apéndice más personal del blog Vagos y Vagas Peronistas. El segundo artículo que publiqué en el mismo, después del Manifiesto de la agrupación, fue “Elogio de la sectas y los sectarios” https://vagosperonistas.blogspot.com/2014/10/elogio-de-las-sectas-y-los-sectarios.html 

Es necesario cuando uno se propone estudiar un tema, o hacer un grupo de estudio, de militancia, o luchar por una idea, o lo que sea, constituirse como una secta.

¿Qué son las feministas hoy? Una secta también muy influyente. En el peronismo conviven infinidad de sectas. ¿Qué es una Unidad Básica, un Comité, un Club? Pero el líder, el conductor, no puede ser “sectario ni excluyente”. Debe integrar el movimiento, las diferentes sectas que lo componen.

Lo que pasa que la palabra secta tiene un hondo sentido peyorativo, y creo que es por la cultura católica que lo ha impuesto. En el mundo protestante es muy habitual el de constituirse como secta. Los evangélicos bautistas sobrevivieron como sectas durante siglos. ¿Cómo se difundió el cristianismo? Era una secta del judaísmo. Los marxistas que quisieron cambiar el mundo en el Siglo XX, trabajaron en sectas como los primeros cristianos.

Fidel Castro, escribió un librito sobre –no recuerdo muy bien el nombre- organizaciones integradas. ¿Cómo empezó la Revolución Cubana?

Hay un momento en que las sectas se integran con la totalidad particular de un momento histórico, no solo por el bregar de la secta, sino por el punto nodal, en que la cantidad se transforma en cualidad. Uno de los ejemplos que daba Hegel en la gran Lógica: un soldado francés es un soldado francés, diez soldados franceses son diez soldados franceses, 100.000 soldados franceses son el Ejército Francés.

¿Cuándo tendrá su punto nodal el feminismo? Cuando la mayoría de sus reclamos sean sentido común de la mayoría en este país. Uniformidad nunca va a haber.

¿Cuándo el peronismo tendrá su punto nodal? Cuando en algún futuro vuelvan al gobierno los neoliberales y sepan que no pueden echar trabajadores, o excluidos, o diferentes, ni tocar sus derechos, y la justicia social sea sentido común en la mayoría del país. Por eso el peronismo se tiene que pensar por un plazo largo de veinte años, mediano de 8, y corto de 2. Porque cada dos años se vota.

El delirio, esa abstracción inútil, como un molinete vuela y se arrastra en el barro caliente y peregrino de todas las cosas, mientras tomamos mate con yuyos, el burrito no puede faltar. Nosotros buscamos el sentido no las incongruencias lógicas, ni el fondo de las palabras, sino el fondo de lo que no tiene fondo, lo que Schelling llamaba “Ungrund”, el fondo incausado, el fundamento primitivo, donde la libertad tiene su hogar. Al encontrarme con la contingente finitud no queda más que la melancolía.


Pero si entramos a contestarles a “ellos”, los medios de comunicación concentrados, y nos encerramos en la coyuntura política periodística, sin pensar a largo plazo. Va a ser muy difícil. Siempre lo ha sido, es cierto.

Es que tanto para el reclamo feminista, como para el de la “Justicia Social”, se necesita una mediación en el pensamiento. No es algo que aparece inmediato a la conciencia y el corazón de mucha gente. “Ellos” se manejan con lo inmediato, lo primero que aparece a la conciencia y el corazón, los prejuicios, los impulsos primitivos, “el sentido común” existente en grandes capas de la población de este país. ¿Cómo lograron instalarlo en el “sentido común”? Algo se ha escrito sobre la cooptación de la subjetividad por parte de las grandes corporaciones multinacionales, los medios hegemónicos concentrados y del poder económico en general.

Hoy un trabajador de Burzaco creé querer lo mismo que Benito Roggio, o Paolo Roca. Son “la gente” de la cual hablan los medios. Todos son “burgueses” y “tienen los mismos intereses”, “todos queremos los mismos”.

Esta disparatada uniformidad está lograda en el “sentido común” de grandes capas de nuestra población. Sí, ya sabemos, empezó con la Dictadura y lo que siguió después acá, y en el mundo.

Ocurre también que la implosión del socialismo real se produjo en gran medida porque no supo crear riqueza, libertad, y espiritualidad. Las tres son necesarias no solo para una organización económica social, sino como apetencia deseante en cada ser humano.

Por eso pensar o tratar de pensar –como con rudimentos artesanales lo hace el escriba- es imprescindible. Pero el origen del pensamiento crítico no es Marx, como muchos dicen sino Kant y su crítica a la metafísica, seguido por Hegel y su dialéctica de la idea, y de las ideas, en el sentido, por supuesto, en que Hegel pensaba la idea.

Los medios nuestros tienen que difundir más la idea, las ideas, sin excluir, va de suyo, la noticia, o la coyuntura. Pero si nos limitamos a las contiendas maniqueas con las estupideces que dicen “ellos”, sus medios, el necio de Luis Majul, las boberías de los editoriales de “La Nación”, las “ideas” obsesivas de Eduardo Feinmann, las manías de los Leuco, los “eruditos” comentarios de Marcelo Bonelli, la columna de “señora gorda” –Landrú- de Joaquín Morales Solá, la pesadumbre sin fin de ese médico devenido periodista, que ni el nombre me acuerdo, el que hablaba de la “hubris”-hybris-, aquel que miraba la cámara con cara de señor mayor, que se yo, tantos otros y otras, las ocurrencias fascistas de Patricia Bullrich –, sin lanzar ideas relevantes al mismo tiempo. El acontecimiento periodístico se convierte en crónica y no en análisis, en cronistas de la coyuntura política periodística, cronistas del maniqueísmo político. Así se nos va a hacer muy difícil para todos y todas y todes.

No doy lecciones de periodismo, cosa que nunca ejercí, es delirio crítico lo que hago. No puedo hacer otra cosa.

Los yanquis, que pensaron esto de hacer un mundo a la medida del poder económico, sabían que había que trabajar con la subjetividad, el “sentido común”, neutralizar la conciencia, el pensamiento, las ideas, agostar la herencia del derecho romano, reducir la idea de justicia a la venganza personal y colectiva –tienen que vender armas y simplificar el “enemigo”- (la mayoría de su cine está basado en la venganza, el impacto, la sorpresa, el desenlace inesperado y vengativo que se consuma). En suma no hay nada complejo en el mundo, todo es simple, a la mano. No hay película de amor en el cine yanqui que no incluya un asesinato. Qué raro esto, yo nunca vi un homicidio cerca de las historias de amor que tuve.

Sí, los hay, y muchos en los femicidios. Pero no hablan mucho de estos temas, siempre hay intereses económicos codiciosos de por medio.

La “gente” lo pide. ¿Qué? La pena de muerte. La educación. Defender la propiedad. La “gente” la odia a ella.

Todos estos temas: lo que la “gente” pide, la pena de muerte, la educación, odiarla a ella, son problemas mucho más complejos que las simplificaciones y frases hechas del “sentido común” que ultradesarrollan los medios concentrados, su origen más remoto está en el cine y series yanquis que difunden, es decir el más difundido, no quiere decir que no haya buen y gran cine yanqui.

Hace unos años iba a escribir –nunca la escribí- una carta para el suplemento, “Radar”, de página. Jamás omitía en sus entregas algún o muchos comentarios a alguna producción estadounidense, o autor, o escritor, o poeta, que se yo. Cuando advertí eso lo dejé de leer. No lo he vuelto a leer desde entonces. Supongo que otros países también tienen producciones culturales, escritores, poetas.

¿Tan al influjo cultural de ellos estamos? Pareciera que después del menemismo sí. En una época la Rock and Pop parecía estar preocupada por la última banda que había sonado durante dos meses en las disquerías y medios de Connecticut.

Ayer leí –en página- una nota muy buena de Esther Díaz –siempre las leo- apelaban a Gottfried Leibniz y sus mónadas para llegar a la multitud o multitudes; las sectas en su singularidad también pueden ser observadas como mónadas. El tema es la relación entre mónadas –es la crítica de Hegel-. La apetencia de infinitud que lee Díaz, en la película de Gabriel Axel, “La Fiesta de Babette”, y encuentra en la celebración que une las diferencias políticas, religiosas, paganas, y como sea, son las que persistentemente se nos da por azar mientras transitamos este mundo, y también lo son las pasiones políticas colectivas que tanto añoramos en esta pandemia. Esta pandemia es como un “coitus interruptus” cuando se iniciaba el gobierno de Alberto Fernández.

Hay que buscar, más allá de las vacunas imprescindibles, en las masas populares la relación de este gobierno con las monadas perdidas y excluidas en el conurbano y todo el país.

En un diálogo en una novela de García Márquez, creo “Crónica de una muerte anunciada”, un personaje dice: “El mundo ha cambiado mucho”, el otro: “Yo no”. Será un signo de senectud. Los poetas también envejecemos por mucho que intentemos mantenernos jóvenes de espíritu al menos. ¿Las ideas envejecen? Maduran con rabia me parece.

Recuerdo imprecisamente los versos de un poema, creo de Raúl Gustavo Aguirre:

“Todo está dicho: la piedra es dura, la lluvia moja, en el desierto hay sed. En el verano hace calor. En el invierno hace frío. Digámoslo de nuevo”.

Basta de alharacas y vamos al texto:





Chantal Mouffe





“NO HAY DOCUMENTO DE CIVILIZACIÓN QUE NO SEA, SIMULTÁNEAMENTE, UN DOCUMENTO DE BARBARIE” (Walter Benjamín, Iluminaciones IV).


Civilización y barbarie son dos modelos de relaciones políticas, económicas y culturales, unidos e inseparables y son el testimonio de la agonía del proyecto liberal en lo político. Pues este presupone unidad para interpretar los principios éticos y políticos, un acuerdo sobre límites y facultades de la democracia liberal. Y pregona, "unidad para todos los argentinos". La falsa unidad o consenso para todos los argentinos es la hegemonía del capital, brutal, y engañosa.


Dice Hegel –en las tesis de habilitación- “la contradicción es la regla de lo verdadero, la no contradicción de lo falso”. 


Sin contradicciones es imposible caminar en sociedad. Chantal  Mouffe[1], diferencia lo político de la política. “Lo político” se refiere a esta dimensión de antagonismo que puede adoptar diversas formas y puede surgir en diversas relaciones sociales. Es una dimensión que nunca podrá ser erradicada”. Por otro lado “La política” se refiere al conjunto de prácticas, discursos e instituciones que busca establecer un determinado orden y organizar la coexistencia humana  en condiciones que siempre son potencialmente conflictivas, ya que están afectadas por la dimensión de lo “político”[2].


“La negación de lo político en su dimensión antagónica es lo que impide a la teoría liberal concebir la política de una manera adecuada. No es posible hacer que desaparezca la dimensión antagónica de lo político simplemente negándola o deseando que desaparezca”. Este es el típico gesto liberal”[3].


El pensamiento liberal también es impotente para pensar las pasiones y las identidades colectivas. El hombre racional abstracto es el que actúa en política, y el individualismo extremo, le impide ver las identidades colectivas.



Al no admitir los conflictos gobierna con un aparato comunicacional y financiero a su medida que escatiman toda noticia conflictiva. Ayer domingo, 10/10/16,  salió en La Nación, una noticia del Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Rosario el fin de semana y congregó más de 70.000 mujeres de todo el país, y países limítrofes. La noticia se refería a los “desmanes” provocados al final del acontecimiento frente a la Catedral, y la represión realizada por la infantería. Nada había dicho anteriormente, lo mismo Clarín, y Perfil.


Esta forma de invisibilizar un reclamo de género multitudinario es la forma en que el neoliberalismo político elimina conflictos de su agenda que concuerda con su representación de la política.


Habría que verificar la totalidad de motivos por los cuales la sociedad argentina, eligió la barbarie (el gobierno de Macri) para disciplinar al país. El neoliberalismo es barbarie por la fiereza y crueldad con que se dirige a los más débiles, trabajadores, y, simultáneamente, cede el gobierno a los poderosos, banqueros, empresarios, ceos, con nula experiencia política y brutal codicia, para desde el estado beneficiar a sus empresas. Es barbarie por el altísimo nivel de endeudamiento externo que colapsará en un futuro al país sometiéndolo a las finanzas internacionales de las grandes potencias. Es barbarie porque ello provocará más desocupación, más pobreza, más concentración económica, acompañada de represión política institucional con durísimos efectos en sectores desprotegidos. Y es barbarie por su matriz  cultural, para dar un ejemplo,  la“ley de mecenazgo”, "para permitir la deducción de impuestos a empresas que co-participen en proyectos artísticos, puede juzgarse por los resultados diversos que ya se han registrado en Brasil y Chile, países donde hace tiempo se ha aprobado", dice Horacio González, en una crítica nota sobre el proyecto; nosotros decimos si algo de resistencia cultural queda, y creemos que mucho, el mecenazgo es la forma de convertir los productos culturales en fiambres del carrefour que uno elige de las góndolas al compás de música funcional. "Cuando el mercado se apodera de todo, es pobreza para la mayoría, riqueza para minorías, y cultura vedada para el pueblo"[4] .


Pero es la naturaleza de la reacción lo que une civilización  y barbarie. En su intrínseca ideología está el limpiar “la grasa militante” del Estado, “¡Campaña del Desierto!,  ¡Ni idea del número de desaparecidos!, ¡El carnicero que vuelva con su familia!, ¡Si no pueden que no consuman!, ¡Cambien salario por estabilidad!”[5].


Pero la característica de barbarie que más queremos señalar para el gobierno de Macri es la falta de reconocimiento de la naturaleza conflictual de la sociedad la que lo hace apelar civilizadamente a la deshistorización consensualidad, y "unión de todos los argentinos" a través   de la brutalidad de los medios de comunicación dominantes "extirpando" a los partidarios del gobierno anterior de la vida política.


Vayan estas consideraciones como ejemplos de “Civilización y Barbarie" Neoliberal.










[1] “Agonística”, Pensar el mundo políticamente, Fondo de Cultura Económica de Argentina, S.A., 2013, pag. 15: “Pensar de un modo político requiere del reconocimiento de la dimensión ontológica de la negatividad que no puede superarse dialécticamente que nunca podrá alcanzarse la objetividad plena, y el antagonismo es una posibilidad siempre presente. La sociedad está marcada por contingencia y todo orden es de naturaleza hegemónica; es decir, es siempre la expresión de relaciones de poder. En el campo de la política, esto significa que la búsqueda de un consenso sin exclusión y la ilusión de una sociedad armoniosa y perfectamente reconciliada debe ser abandonada. En consecuencia el ideal emancipatorio  no puede formularse en términos de realización de alguna forma de “comunismo”.

[2] “Ibíd. Pág. 22.

[3] Ibíd. Pág. 23

[4] http://vagosperonistas.blogspot.com.ar/2016/09/economia-y-cultura-por-horacio-gonzalez.html


[5] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-311473-2016-10-11.html carta abierta

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