A
Carlos Cruz ex Presidente de la Unidad de Información Financiera
La leyenda yanqui es que las UIF se crearon para combatir el lavado de
dinero proveniente del narcotráfico. Nosotros no lo creemos así y sostenemos
que fue por el enorme avance del poder financiero internacional, el flujo de
dinero líquido y la necesidad de poner mano ahí, de controlarlo.
Motivados en ese principio y como el francotirador que siempre fuimos en
todas partes del Estado, como lo fue David Baigún en el Banco Central, y como
se lo confesara, en su despacho en el Banco de Italia liquidado a fines de la
década del “80”, es que llegamos con perfil bajo, al principio, a la UIF en
Abril del 2004. Después de mucho hacer, estuvimos allí hasta el 2017, cuando habíamos trocado en un
testigo de lo que Mariano Federici estaba realizando con sus adversarios
político, con sus vínculos con la Embajada de Estados Unidos, con servicios de
inteligencias ilegales dentro de la UIF.
Entonces fuimos traslados –no pudieron echarnos porque somos planta
permanente del Estado- a la Biblioteca del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación. Para ellos era una sanción y una mordaza. Para nosotros,
lectores inveterados, era un hallazgo, un refugio desde donde tramar la vuelta y
resistir.
Ser un francotirador supone un compromiso permanente con la temporalidad.
¿Qué significa esto?
Un francotirador contra el poder económico financiero sabe de su
transitoriedad en el Estado u Organismo donde esté. En algún momento ha de
ubicado por ese poder, identificado y al poco tiempo humillado y despedido de
su lugar en las azoteas, altillos y escondites.
Por eso ser un francotirador contra el poder económico es incompatible con
convertirse en un burócrata, en un timorato, en un pusilánime, sabe desde un
principio, cómo “Giovanni Drogo”, que los tártaros han de venir a buscarlo.
Por eso muchos silencian la voz, se acomodan a la ola y acompañan los
procesos y nunca intentan cambiarlo, faltos de coraje, de bolas –como se dice
en el barrio-.
El tema que hay con eso es que se pierde una gran oportunidad, los procesos
electorales son cada dos años, y cuatro años dura la gestión presidencial. De
ahí que haya que actuar rápido y firmar y firmar: escritos, denuncias,
querellas, informes, investigaciones, supervisiones, jugarse y jugarse, y jugarse y jugarse.
El poder económico financiero es implacable con sus enemigos.
Le dijimos esto y mucho más a principio de enero de 2020, en su estudio de
la calle Uruguay, estaban presentes además de Ud, Mariel Cirigliano, Gustavo
Rojas y Leandro Ventura.
Entre las muchas cosas más que le dijimos está que había que sacar la UIF del área del Ministerio de Economía donde la había puesto el macrismo. La UIF no está para transparentar inversiones sino para investigarlas, es un Organismo de control, sabe.
También que no había que esperar gestos de las máximas autoridades del país para actuar. Estos temas le interesan a todos los argentinos por el perjuicio que provocan. Y esos gestos nunca llegan. Nadie se mete alli; ni Baigún, ni nosotros, ni muchos más alrededor del Cipce esperaron los gestos que saben que no vendrán nunca.
¿Por qué no se animó Cruz?
¿Su cómodo piso en Belgrano, sus necesidades como abogado de la matrícula
de mantener buenas relaciones con todas las personas para volver después de la
gestión pública a seguir facturando en su estudio donde nunca escatimó con sus
defensas a brindarle servicios a algún delincuente económico, como aquel por
quién recorrió todo el Banco Central haciendo lobby por su cliente?
Qué raro usted, a su edad, seguir engañándose a sí mismo y a los demás.
En la vida de los hombres y mujeres de
esta patria llega un momento pasado los años que ese dilema se nos presenta. Nosotros
siguiendo a Charles Bukowski –sospecho que no está entre sus lecturas- decidimos no
hacerlo más hasta el final de nuestros días.
Tampoco los vimos esas amargas tardes de agosto de 1989 recorriendo el
Banco Central para acompañar a “Tute” Baigún despedido por el Directorio del
Banco comandado por Javier González Fraga y disuelto el CAEP donde usted solo
ocupo su eterna función docente, nosotros hicimos algo más logramos las
primeras condenas a Banqueros en la historia judicial del país (Banco de Intercambio
Regional y Banco de los Andes, en Mendoza, el poderoso “Grupo Grecco”, además de estimular 70 causas contra Bancos.
Le habrá ocurrido como el resto de los abogados que entraron con él y
desparecieron atemorizados porque había que negar, como Pedro, al Cristo
derrumbado de la tierra judicial.
Nosotros salimos de nuestro despacho
y fuimos hasta el despacho de Tute, a pocos pasos del nuestro. Cuando abrí la
puerta lo vi a David “Tute” Baigún inmenso, enorme, recogiendo sus petates y
ordenando la nota que le iba a dirigir al Presidente del Banco; sin levantar la
mirada nos dijo:-Te estaba esperando.
Intenté levantarle el ánimo, le dije que iba a volver, Tute con ojos
brillosos dijo como poniéndose a cuentas con la historia: -20 años estuve en la
Facultad de Derecho, 20 años afuera, conocí la cárcel, siempre me fueron proscribiendo por ser de
izquierda, y sabés que es ser de izquierda, Claudio, defender los derechos
humanos.
Dijo también que sabía que no lo iban a dejar volver.
Así fue.
Se hizo un silencio, con entusiasmo juvenil y decisión de hierro le dije
que iba a continuar la tarea trunca. Nos dijo:-Ya lo sé.
No pudiendo contener las lágrimas me levante y salí del despacho. Busqué
las calles del centro donde deambulé por unas horas, volví, “Tute” ya había juntado
sus petates. Vinieron a buscarlo Cecilia Grossman, su compañera, y Ricardo
Huñiz, su socio en el estudio, y profesor en la cátedra. Los acompañé hasta el
auto. Ni cuando nos despidieron a nosotros, cuatro años después –diciembre de
1993 –Roque Fernández instado por Domingo Cavallo- sentimos tanta tristeza en esa
caminata hasta la calle.
¡Qué injusto es este país con sus mejores hijos e hijas!!!!
Se había consumado una enorme concesión al poder económico financiero
internacional en nuestra nación. Una más de otras, de otras, de otras y de
otras que la historia nos lo iba a refregar.
Pero tampoco lo vimos esos diez años que estuvimos en la Superintendencia de Seguros de la Nación, adonde fuimos después del Banco Central, y convocado por el actual presidente, Alberto Fernández a continuar el legado de "Tute". Allí hicimos 200 denuncias y querellas a los empresarios y operadores del seguro -190 a empresarios, 10 a Productores-. Ud siempre fue allí para hacer lobby, algunas veces por productores, otras por empresarios; es que a nosotros siempre nos interesaba saber que hacen con el legado de "Tute" sus seguidores, vio.
Sabe Cruz el homenaje que le hizo a “Tute” en la UIF nos mantuvo conmovidos todo el día, estábamos contentos que una sala de la UIF lleve su
nombre, hubiéramos preferido –como se lo propusimos nosotros-que fuera la sala
de reuniones donde se toman las decisiones. Pero es nada más que un detalle.
Un Presidente de la Nación Argentina, en un gobierno peronista le rindió homenaje
y eso nos basta.
Hubo algunas omisiones sabe. Algunos nombres imprescindibles. Pero bueno,
los rencores personales nos hacen miserables a todos los humanos.
Pero hay dos que son imperdonables: el jurista Alberto Binder y el Centro
de investigación y persecución a la Criminalidad Económica (CIPCE, creación dilecta de "Tute") que a través de innúmeros
seguidores, que pueblan los organismos del Estado, el Poder Judicial, el
Ministerio Público, la docencia, homenajean todos los días a un Baigún viviente
entre nosotros con sus compromisos para ponerle límites y darle batalla al
Poder Económico Financiero de manera real y efectiva. La misma que le faltó a
Ud, en su bochornosa gestión –la peor de todas, inclusive peor que la de
Faldutto- al frente de la UIF.
Sabe Cruz, coqueteamos con el marxismo mientras estuvimos cerca de “Tute”.
Teníamos mucha curiosidad, como era ese demonio del cual hablaban los Jueces y
operadores judiciales en la dictadura, mis familiares, algunos amigos, etc. Nos
gustó mucho. Pero nosotros buscamos verdades eternas, trascendencias, y
habíamos buscado la cátedra de Baigún porque éste nos había sorprendido con su
calidez humana e intelectual actuando como abogado en Tribunales. Era pinche
vio. Los que somos muy sensibles al espíritu de los demás percibimos un más
allá en otras personas, singulares por supuesto. Eso percibimos en Baigún. Nos
importaba un comino que fuera ateo. No es solamente lo que los hombres y mujeres son acá
lo que nos interesa, sino si además no traen un mensaje del más allá. Son
pocos, muy pocos, hay que descubrirlos, con un oído atento en Dios, y otro en
el Pueblo. Baigún, estimado Cruz, era un Justo. Y éstos son bendecidos por Dios.
Al lado de ellos quiero estar. Toda la vida lo hicimos. Y sabe Cruz que
mensajes del más allá se puede percibir en cualquier persona o ser o cosa de
este planeta: en feministas, gay, lesbianas, negros, judíos, musulmanes,
budistas, hinduistas, confucionistas, ateos, pecadores, etc. Los que
descubrimos nosotros es que siempre los encontramos del lado de acá de las
cosas. Habrá otros que los descubrirán del lado de allá. Son los trabajos y los
días de los cristianos mientras somos pasajeros en esta tierra.
Bueno Cruz, lo voy dejando, es la última nota que escribo sobre su gestión
en la UIf, Ahora vienen por todos nosotros y hay que ocuparse. Nos quedan dos
años al 2023.
Me llamó a silencio sobre Ud. No le guardo rencor. A veces pienso que es el
destino. Nosotros sabíamos que tarde o temprano íbamos a ser excluidos de la
UIF y mancillados nuestros 44 años de orgullosa función pública. Lo raro, lo
paradójico es que quien llevara a cabo esa tarea haya sido un compañero.
Pero en definitiva estamos a mano. Yo le dije que mi partida de la UIF iba
a ser dura para todos no solamente para mí, y que íbamos a ver quién se quedaba
y volvía a la UIF. Así fue. Ud ya no es presidente de la UIF, desde donde no hizo el bien.
Permítame que le dé un último consejo, acaso me tomo el derecho por guardián de la función pública en qué nos convertimos todos y todas los y las que la amamos. Si ha de volver relea este texto.
¡Ahh!! Y no se rodee de una cohorte de eunucos, mediocres, vendehúmos, ignorantes del derecho penal económico y de la
administración pública que lo acompañen. Baigún nunca lo hizo.
Seguro que me entenderá.
Sarmiento al final de su vida y ante la tumba de Facundo Quiroga en la
Recoleta, dice:
“Somos de la misma sangre”.
Usted sabe de misticismo, estuvo muy cerca del Padre Mugica en los setenta,
entenderá este texto y su metáfora.
Vuelva a la academia, a la Facultad de Derecho, a su estudio, y no le pida
por un tiempo a su amigo y cliente en el estudio, Santamaría, dueño de
página12, que le haga publicar sus notas.
Un poco de silencio le hace bien al alma.
Como le dije es la última nota que le escribo.
Adiós, Carlos Cruz.
Estamos a mano.
Estamos en paz.
Claudio Javier Castelli
Ex Director de Litigios Penales
De la Unidad de Información
Financiera
20 de Noviembre de 2021
Día de la soberanía nacional
Recuerdo de la batalla de la Vuelta de Obligado.
San Telmo
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